Aunque dediquemos suficiente tiempo y atención a la educación de nuestros peludos, a veces, podemos vernos involucrados en situaciones desagradables o incluso peligrosas. Una de ellas puede suceder cuando, mientras paseamos o disfrutamos de un momento al aire libre, otro can se acerca a nuestro mejor amigo con una evidente actitud agresiva. Si has pasado por algo similar, seguramente te haces preguntas como: “¿qué hacer si un perro viene a atacar a mi perro?”.
Veamos en detalle qué es lo que puede causar que tu perro sea atacado y cuáles son nuestras opciones para evitar dicho ataque.
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¿Por qué otros perros atacan a mi perro?
Quizás te sorprenda saber que no siempre un perro ataca al tuyo porque es agresivo o ‘mal educado’. De hecho, existen factores ambientales, aspectos comunicacionales y características inherentes a cada can que pueden acabar ‘desencadenando’ este tipo de ataques. Por ejemplo:
- Tu perro es muy impulsivo al interactuar con otros canes. Si tu peludo tiene una tendencia a sobreexcitarse en la presencia de otros individuos, es muy probable que actúe de una manera invasiva o excesivamente confiada al acercarse a otros perros. Este comportamiento puede asustar o incluso ‘molestar’ a algunos canes, provocando algunas actitudes defensivas u ofensivas (por ejemplo, gruñir, mostrar los dientes, morder…). La impulsividad es particularmente común en perros jóvenes que transitan la ‘pubertad’ canina y en los que no han experimentado un buen proceso de socialización.
- Fallos en la comunicación. Los perros tienen sus propios códigos de conducta social y el lenguaje corporal cumple un rol clave en su comunicación. Eventualmente, cuando dos perros se encuentran y uno de ellos – o ambos – no ha tenido la oportunidad de asimilar estos códigos de conducta y/o ha sido expuesto a métodos inapropiados en su crianza (por ejemplo, el uso de la fuerza física y la violencia como ‘herramientas educativas’), pueden producirse problemas de comunicación. Entonces, aunque tu perro esté bien educado y se acerque con una postura pacífica a otro perro, es posible que sufra un ataque debido a que este otro perro no es capaz de entender sus intenciones, probablemente por malinterpretar el lenguaje corporal de tu peludo.
- Características anatómicas. Algunas razas caninas tienen rasgos y características anatómicas que dificultan el sistema de comunicación con otros perros. Por ejemplo, los perros braquicéfalos, como el pug y el bulldog francés, pueden tener dificultades para plasmar ciertas expresiones fáciles y tienden a emitir unos sonidos muy particulares (similares a un ronquido) debido a que conviven con dificultades respiratorias. Lamentablemente, algunos canes pueden ‘malinterpretar’ estas acciones involuntarias y entenderlas como señales de amenaza. Y cuando ello sucede, lo más probable es que adopten una postura defensiva u ofensiva.
- Enfermedades. Algunos problemas de salud alteran el olor característico de los perros, en especial de las regiones donde hay una mayor concentración de feromonas (por ejemplo, los genitales y el ano). Aunque estas alteraciones puedan pasar desapercibidas para el olfato humano, los perros la percibirán fácilmente al interactuar con el tuyo. Y es posible que este olor ‘extraño’ genere cierto rechazo o emociones negativas (estrés, ansiedad, miedo) a los demás perros, conllevando a un ataque.
¿Cómo actuar si un perro intenta atacar a mi perro?
Para evitar que este intento de ataque se convierta en una pelea de la que tu peludo puede salir lastimado, lo primero que necesitas hacer es conocer el lenguaje corporal de los perros. ¿Sabes por qué? Porque, de esta manera, serás capaz de reconocer las señales que indican que el otro perro se prepara para atacar, lo que te permitirá anticipar el ataque y tomar las acciones necesarias para proteger a tu mejor amigo.
El lenguaje corporal de los perros es muy amplio e incluye todas las acciones, gestos, sonidos y posturas empleadas para expresarse y comunicarse con otros individuos (ya sean personas, perros u otros animales) y también con su entorno. Y los canes utilizan todo su cuerpo con estos propósitos, incluyendo las expresiones faciales, las formas como posicionan u orientan sus orejas y su cola, la intensidad y la frecuencia de sus ladridos, los diferentes tipos de sonidos que pueden emitir, etc.
Pero, cuando hablamos de ‘prever’ un ataque de otros perros, resulta particularmente relevante identificar las señales de agresividad ofensiva y defensiva en el lenguaje corporal canino, las cuales resumimos a continuación:
- Postura defensiva: el perro suele tener las extremidades rígidas y el pelo erizado, además de emitir ‘señales de alerta’, como enseñar los dientes, gruñir o latir rápido y constantemente (sin hacer pausas).
- Actitud agresiva ofensiva: aquí veremos a un perro que se prepara para el ataque, y las señales de alerta se tornan aún más evidentes. Sus extremidades estarán mucho más tiesas y rígidas, su pelo erizado, el hocico arrugado, y los ladridos se escucharán más fuertes y cortos.
Si percibes que el perro con el que el tuyo intenta interactuar muestra alguna de estas señales o cualquier signo de incomodidad o estrés, te recomendamos que mantengas una postura neutral y sencillamente llama a tu peludo para que te siga y, en consecuencia, se aleje del can que deja trasparecer la intención de atacar. Es importante que actúes con la mayor normalidad posible, evitando gritar, hacer ruidos extraños o movimientos bruscos, pues estas actitudes solo incrementaran los niveles de estrés (que ya son altos en estos contextos).
Vale recordar la importancia de trabajar el ejercicio de la llamada con tu perro para asegurarte de que acudirá hacia ti cuando lo llames por su nombre. Ello es fundamental no solo para evitar posibles ataques y accidentes durante sus paseos, sino también para optimizar la comunicación entre ustedes y facilitar su adiestramiento.
Consejos evitar que tu perro sea atacado
En caso de que algún perro se acerque directamente al tuyo mostrando alguna señal de que pretende atacarlo, hay otras pautas básicas que debes conocer para prevenir que esta situación se convierta en un conflicto mayor.
En este sentido, nuevamente reforzamos la importancia de conservar la calma para poder actuar de forma consciente, evitando aumentar los niveles de estrés. Pero, además, te facilitamos los siguientes consejos:
- No tires de la correa para alejar a tu perro del ‘posible agresor’. Aunque puedas tener este impulso, evita tensar la correa mientras tu perro esté saludando a otro can. Al hacerlo, solo estarás transmitiéndole tu miedo y/o nerviosismo, y estas emociones negativas pueden repercutir en un ataque por parte del otro can. Si la idea es alejar a tu peludo de otro perro, siempre recurra a la llamada o trata de generar una distracción para que se vaya espontáneamente.
- No levantes a tu perro para evitar el contacto con otros canes. Esta es otra actitud muy impulsiva de los tutores que puede acabar lesionando a su propio peludo. Si un perro viene a atacar a tu perro y lo levantas para evitar que ello suceda, lo único que lograrás es que al otro can le resulte aún más sencillo agarrarlo y zarandearlo. Además, el perro ‘agresor’ también puede interpretar tu actitud como una señal de amenaza, dirigiendo su ataque también hacia ti.
- Recurre al tutor del otro perro. Si percibes que el perro que se acerca a atacar al tuyo está bien cuidado y tiene collar o arnés, lo más probable es que su tutor esté cerca y pueda ayudarte a manejar esta situación. De ser así, puedes – y deberías – captar su atención y solicitar que llame a su perro o venga a su encuentro para sujetarlo.
- Intenta sujetar al perro que trata de atacar al tuyo. Si tu peludo sigue manteniendo una actitud pacífica y puedes atarlo por un momento para actuar con más libertad, o pedir a alguien que lo sujete, puedes intentar sujetar al ‘perro agresor’ para evitar que el ataque se concretice. ¡Atención! Para hacerlo, siempre debes ponerte tras el perro agresor y sujetarlo por el arnés o collar con firmeza.
- No te interpongas entre tu perro y su posible ‘agresor’. Jamás debes intentar inmovilizar al otro can sujetándolo por cualquier parte de su cuerpo. Ello sólo le provocará más tensión y tienes muchas chances de sufrir alguna lesión o recibir una mordida. Tampoco debes usar tus manos o tu propio cuerpo como un ‘escudo’ para proteger a tu peludo, pues si te ubicas entre dos perros en un contexto de inminente ataque o pelea, lo más probable es que salgas herido.
- No intentes golpear o herir al otro animal para ahuyentarlo. Nuevamente, solo estarás haciendo que los niveles de tensión y estrés se incrementen y, en consecuencia, aumentas las probabilidades que el ataque se concretice. Echarle agua al perro ‘agresor’ también no resultará eficaz para que desista de atacar al tuyo.
Finalmente, recuerda la importancia de tranquilizar a tu peludo después de lograr alejarlo del perro que quería atacarlo. Y una vez restablecida la sensación de calma, revisa todo su cuerpo para constatar si ha sufrido alguna lesión o lastimadura. Además, si quieres saber qué hacer si tu perro se pelea con otro perro, te recomendamos este artículo.