Peritonitis en perros

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Son muchos los trastornos digestivos que nuestro perro puede sufrir, y la peritonitis es uno de los más graves. Es la inflamación del peritoneo, tejido que recubre los órganos abdominales.

Afortunadamente no suele ser la patología más común de enfermedad digestiva en la clínica diaria veterinaria. No obstante, cuando se produce el pronóstico es reservado, por lo que merece la pena conocerla y saber cómo actuar. Veamos en detalle sus síntomas y qué debemos hacer.

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¿Qué es la peritonitis canina?

Para entender mejor esta patología, necesitaremos primero saber lo que es el peritoneo. El peritoneo es una membrana conjuntiva muy delgada y sólida formada por dos capas que pueden desplazarse una sobre la otra.
La capa más externa denominada capa parietal recubre toda la pared de la cavidad abdominal, mientras que la llamada visceral recubre la superficie externa de todos los órganos situados en el abdomen.

La función principal del peritoneo es la protección de los órganos contra posibles infecciones, así como permitir que se deslicen estos por la cavidad abdominal con normalidad. Actúa así mismo como aislante térmico manteniendo una temperatura constante de los órganos del abdomen. Sirve como soporte de los mismos al facilitar la irrigación sanguínea hacia estos.

Por lo que podemos observar, tiene importantes y vitales funciones, y un desequilibrio en su fisiología puede conllevar consecuencias, como es la peritonitis. La peritonitis por tanto será la inflamación de dicha doble membrana. Es una afección grave y, a menudo, fatal en los perros, con una mortalidad que oscila entre el 50% y el 70%. Puede producirse gracias a múltiples factores y causas.

Causas que originan Peritonitis en perros

Algunas causas predisponentes a peritonitis serán más graves que otras y por tanto el pronóstico será peor. No obstante, este hecho no quita que exista una potencial posibilidad de producirse peritonitis gracias a estas.

La peritonitis primaria (causada por agentes infecciosos que se propagan a través del torrente sanguíneo) es menos común que la peritonitis secundaria (tras algún otro suceso). Veamos algunos ejemplos de este último tipo:

  • Perforación de la cavidad abdominal por un cuerpo extraño externo.
  • Traumatismo por accidentes de coche (se fragmenta algún órgano)
  • Ruptura del intestino debido a la presencia de un cuerpo extraño interno (huesos astillados, metales…)
  • Dehiscencia de suturas tras una cirugía. Una posible complicación quirúrgica puede ser desprendimiento de las mismas, haciendo que el contenido salga al exterior.
  • Ruptura de la vejiga o del útero exponiendo a la cavidad abdominal el líquido que estos órganos pueden contener.
  • Perforación de estómago o úlcera intestinal.
  • Tumores abdominales.
  • Inflamaciones de distintos órganos abdominales como hígado o páncreas.
  • Rotura u obstrucción de la vesícula biliar, habiendo la posibilidad que la bilis se libere a la cavidad abdominal, produciendo una grave peritonitis.
  • Dilatación-torsión gástrica durante horas. Se producirá torsión del estómago y compromiso vascular del bazo, liberando sustancias tóxicas como radicales libres, aumentando las probabilidades de producir peritonitis.

¿Cómo se diagnostica la peritonitis canina?

Primeramente, el veterinario se hará una idea del caso mediante una anamnesis o historia clínica de nuestra mascota. Seguido de esto, explorará física y generalmente al animal para hacerse una primera idea de lo grave que es la situación. A continuación, y como en muchas patologías, se requerirá de pruebas complementarias.
Los veterinarios pueden sospechar de peritonitis generalmente en los hallazgos de radiografías, análisis completos de sangre y ecografía.

Respecto a la analítica, puede variar. El veterinario podrá observar hallazgos propios de infecciones como aumento de los glóbulos blancos o leucocitos, podrán estar aumentadas las enzimas hepáticas, disminuido el hematocrito, etc.

Mediante radiografía se podrá evidenciar los hallazgos más significativos y evidentes, pero será con la ecografía con la prueba que se identificará mejor qué está ocurriendo en la cavidad abdominal.

Para terminar de confirmar la peritonitis se puede extraer y analizar una muestra de líquido abdominal y comprobar qué tipo de células y secreción estamos teniendo en el abdomen. Se podrá considerar la laparotomía exploratoria (acceder mediante la apertura quirúrgica al abdomen) diagnóstica para verificar la peritonitis en caso de duda.

Peritonitis en perros: Síntomas comunes

Los signos de la peritonitis serán variados, según la causa subyacente. La mayoría englobarán: fiebre, shock, presión arterial reducida o hipotensión, ascitis o líquido libre en el abdomen, dolor abdominal (y cifosis o postura inclinada), vómitos, diarreas.

La rotura del tracto gastrointestinal con derrame de grandes volúmenes de contenido intestinal al interior de la cavidad abdominal conduce a una peritonitis aguda. La muerte debido al shock de las grandes cantidades de toxinas y bacterias, así como alteraciones ácido básicas y circulatorias puede ocurrir repentinamente.

Tratamiento para la peritonitis canina

La terapia adecuada para la peritonitis depende del diagnóstico y los resultados del examen físico y los análisis de laboratorio. En casos graves de peritonitis séptica, el tratamiento inicial debe dirigirse a salvar la vida del animal y estabilizar las funciones cardiovasculares y de otros órganos.

Dicho tratamiento debe incluir resolver el shock hipovolémico y tóxico que nuestra mascota desafortunadamente pueda estar padeciendo. Para ello será necesaria la fluidoterapia, posible oxigenación, una fuerte terapia antibiótica y antiinflamatoria así como el tratamiento de las alteraciones metabólicas y sintomatología paralela que esté padeciendo el paciente (vómitos, dolor abdominal, fiebre).

Una dieta de recuperación también será necesario en la recuperación del paciente. Si no come por si mismo tras algún día, será necesario el sondaje naso-gástrico para la administración con jeringa de la alimentación semi-líquida.

Si la peritonitis se ha producido por la liberación de líquido procedente del interior de órganos abdominales internos hacia la cavidad abdominal, será necesario tras la estabilización intervenir quirúrgicamente para resolverlo. De ello son ejemplos la reconstrucción de la vejiga urinaria rota, vesícula biliar, intestinos, etc.

Aunque el peritoneo puede regenerarse rápidamente, la peritonitis debe considerarse una enfermedad grave que pone en peligro la vida de nuestro animal y tiene un pronóstico reservado. Este depende en gran medida del carácter, la causa y la gravedad de la enfermedad y, por lo tanto, debe determinarse individualmente.

No dudes en acudir al veterinario si sospechas de peritonitis por alguno de los síntomas descritos. Hay clínicas y hospitales 24 horas que pueden atenderte e intentar resolver esta patología que pone tan seriamente en peligro la vida de nuestras mascotas.

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