Literalmente megaesófago significa esófago dilatado. Se puede denominar como hipomotilidad esofágica. El tratamiento dependerá del tipo de megaesófago y pronóstico.
Esta patología tiene pronóstico reservado pero puede tratarse mejorando considerablemente la calidad de vida del perro afectado. Veamos en detalle en qué consiste exactamente y cuáles son nuestras opciones.
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Fisiología del esófago canino
El esófago es un tubo músculo membranoso distensible que transporta los alimentos y líquidos de la boca hasta el estómago. Al deglutir en un perro sano, el esfínter esofágico superior (inicio esófago) se relaja para permitir el paso de alimentos y el esfínter esofágico inferior (entrada al estómago) se contrae para impedir el reflujo hacia arriba.
El megaesófago consiste en una dilatación del esófago debido a una alteración motora primaria del propio esófago o a una alteración secundaria adquirida. A continuación lo vemos.
Tipos de megaesófago
Básicamente hay dos tipos de megaesófago, pudiéndose explicar así las causas según estos. Por un lado está el megaesófago congénito, hereditario en perros más frecuentemente de unas razas concretas, y por otro el adquirido. Este último puede aparecer a cualquier edad y en cualquier raza. Hablemos más detenidamente de ellos.
Megaesófago congénito canino
En el primer caso, el megaesófago congénito afectará a cachorros, ya que será aparte hereditario. Se ha registrado con mayor frecuencia en ejemplares de Pastor alemán, Gran danés, Setter irlandés, Schnauzer miniatura o Fox terrier, entre algunas otras. Dentro de estas razas es más frecuente la predisposición en hembras, y a su vez más en perros que en gatos.
Las causas de megaesófago congénito son:
- Deficiencia en las neuronas sensitivas; ya que no detectan la sensación de presencia de bolo y no se inicia la sensación de onda peristáltica ni se dilata el esfínter esofágico inferior.
- Asincronía de la función motora del esófago.
- Inmadurez del control del esófago que puede desaparecer con el desarrollo del animal.
El pronóstico será reservado si esto perdura más allá de los cinco meses.
Megaesófago adquirido
En este caso, el perro nace con el esófago funcional y es a cualquier edad y raza cuando se puede producir esta patología. Por eso se dice que en estos perros el megaesófago es una afección adquirida. Generalmente es de etiología (causa) indeterminada, pero suele darse como consecuencia de enfermedades sistémicas que afectan al músculo esquelético
Un ejemplo es la miastenia gravis. Otros ejemplos de enfermedades causantes serían los perros enfermos de hipotiroidismo, hipoadrenocorticismo, neoplasias y patologías autoinmunes como polimiositis en lupus eritematoso sistémico.
Síntomas que muestran los perros con megaesófago
Regurgitación crónica al principio intermitente, pudiendo empeorar con el tiempo. Si traga varias veces la misma comida, esta acaba por ablandarse y hacerse lo suficientemente líquida como para llegar hasta el estómago. El problema es que, con este proceso se puede producir neumonía por aspiración. Puede darse en horas tras la ingesta, pero no es lo más frecuente.
- Hipersalivación y olor bucal fétido (el alimento fermenta en el esófago).
- Pérdida de peso con polifagia (hambre constante).
- Neumonía por aspiración posible con síntomas como tos, fiebre, disnea, letargia e incluso secreción mucopurulenta nasal.
- Deshidratación.
- Incomodidad y agitación después de comer.
Diagnóstico del megaesófago
Ante síntomas como los mencionados, con independencia de la edad del perro, debemos acudir al veterinario. Tras una anamnesis detallada y examen físico general, el veterinario realizará una radiografía torácica.
Esta puede ser simple (dilatación torácica del esófago y/o aire en el estómago) o con contraste de bario (se verá la zona de dilatación al quedarse ahí el contraste tras administrarlo vía oral). Se puede realizar fluoroscopia para ver la atonía del esófago.
Mediante una esofagoscopia (endoscopia de esófago) se podrá ver la estenosis o estrechamiento de la luz en el animal.
Tratamiento
El pronóstico será reservado si hay paralelamente neumonía por aspiración (de comida), ya que se aspirarán hacia tráquea y pulmones comida, produciendo neumonía con bajas probabilidades de supervivencia.
El tratamiento médico se centra en garantizar que el perro esté alimentado y evitar que surjan complicaciones como la neumonía (causa de muerte). Para ello se recomienda repartir la comida en un mínimo de cuatro pequeñas tomas al día. Además, esta debe ofrecerse siempre en un comedero colocado en alto, para aprovechar la ayuda de la gravedad y evitar trabajo al esófago.
Algunos perros con megaesófago degluten con mayor facilidad el alimento líquido o en papilla, ya que estos pasan mejor. Si el animal presenta neumonía, el veterinario nos pautará un tratamiento antibiótico fuerte como marbofloxacino en combinación con metronidazol y clindamicina.
El tratamiento quirúrgico suele pasar por una miotomía (corte muscular del esófago), pero este necesita complementarse con el tratamiento médico para ser efectivo.