El otoño es el momento más efectivo para controlar la oruga procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa), una plaga habitual en pinares y cedros que representa un riesgo para nuestros perros por sus pelos urticantes. En esta fase de desarrollo, tratamientos como la endoterapia, aplicados en el tronco del árbol, permiten frenar su expansión antes de la primavera. Además, el cambio climático está alargando su actividad, por lo que la prevención en otoño es clave para evitar infestaciones y proteger el entorno natural.

¿Por qué el otoño es una época crítica para la procesionaria del pino?

Durante los meses fríos, la Thaumetopoea pityocampa entra en su fase larvaria. En esta etapa, las orugas construyen sus nidos de seda en las copas de los pinos para protegerse del frío. Dentro de ellos, crecen y desarrollan sus famosos pelos urticantes (tricomas), un mecanismo de defensa natural extremadamente peligroso.

Cada oruga puede albergar más de 500.000 tricomas cargados de una toxina llamada thaumatopina, capaz de causar fuertes reacciones alérgicas tanto en personas como en animales. Estos pelos se desprenden con facilidad, flotan en el aire o se depositan en el suelo, convirtiéndose en un peligro invisible para los perros que pasean por zonas verdes.

¿Cómo afecta la procesionaria a los perros?

Los perros son especialmente vulnerables porque exploran el entorno con el hocico y la lengua. Al olfatear o lamer una oruga o los restos de sus tricomas, la reacción suele ser inmediata.

El veterinario Juan Antonio Aguado, director de la Clínica Montepríncipe, explica que las lesiones pueden variar desde inflamaciones leves hasta necrosis de la lengua o los labios, y en los casos más graves, provocar shock anafiláctico si no se actúa a tiempo.

Los síntomas más habituales tras el contacto con una procesionaria son:

  • Salivación abundante y baboseo.
  • Inflamación severa en la lengua, labios o cara.
  • Dificultad para cerrar la boca o tragar.
  • Vómitos, decaimiento o pérdida de coordinación.
  • Dificultad respiratoria en casos graves.

Si tu perro presenta cualquiera de estos síntomas, acude de inmediato a un veterinario.

Qué hacer si tu perro toca una oruga procesionaria

  1. Aléjalo rápidamente del lugar para evitar más exposición.
  2. Lava la zona afectada con agua templada, sin frotar, para eliminar los tricomas.
  3. Protege tus manos con guantes. La toxina también puede irritar tu piel.
  4. No uses vinagre, alcohol ni cremas. Solo agua templada.
  5. Acude urgentemente al veterinario.

El tratamiento suele incluir antiinflamatorios, antihistamínicos o corticoides como dexametasona o metilprednisolona, administrados por vía intravenosa según la gravedad del cuadro.

Cómo prevenir el contacto durante el otoño

La mejor medida es la prevención. Durante el otoño e invierno, evita pasear a tus mascotas por zonas con pinares. Si no es posible, lleva siempre a tu perro con correa y evita que se acerque a los troncos o a grupos de orugas.

Si observas bolsones blancos en las ramas, no los toques ni intentes destruirlos: los tricomas pueden desprenderse fácilmente. Informa al ayuntamiento o contacta con una empresa especializada en control de plagas.

Tratamientos profesionales para eliminar la procesionaria

Según Rentokil Initial, empresa líder en control de plagas, se recomienda actuar en otoño, cuando las orugas aún permanecen en los nidos y los tratamientos son más eficaces. Entre las soluciones más seguras y sostenibles se incluyen:

●       Endoterapia: consiste en inyectar un fitosanitario en el tronco del árbol. El producto se distribuye por la savia y elimina las larvas al alimentarse de las hojas. Es un método respetuoso con el medio ambiente y seguro para personas y animales.

●       Pulverización controlada: se aplica en grandes zonas de pinar cuando la endoterapia individual no es viable.

●       Anillos o collares de captura: se instalan a partir de enero en la base del tronco y atrapan a las orugas cuando descienden para enterrarse.

Todos estos procedimientos deben ser aplicados por profesionales cualificados, ya que manipular los nidos sin protección puede resultar peligroso.

Otoño: el mejor momento para prevenir

La procesionaria del pino no solo amenaza los bosques mediterráneos, sino también la salud de nuestras mascotas.

Con vigilancia, precaución y tratamientos profesionales como los de Rentokil Initial, es posible disfrutar de la naturaleza con seguridad y proteger a quienes más queremos.