Ladridos desconsolados, destrozos o falta de atención. ¿Te resultan familiares estos comportamientos? Entonces puede que tu compañero perruno tenga problemas anímicos. De hecho, estas actitudes se corresponden con algunos de los principales síntomas de aburrimiento. Por eso, es fundamental que seamos capaces de identificarlos cuanto antes para poderles dar una solución.
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¿Cómo saber si un perro está aburrido?
Cuando un perro se aburre durante mucho tiempo, es probable que su comportamiento empiece a cambiar. El hastío y la falta de motivación, pueden hacer que desarrolle una serie de conductas problemáticas que dificulten la convivencia.
A menudo esto se debe a que pasa demasiado tiempo solo en casa, a que necesita mayores retos físicos y mentales o a que no termina de sentirse integrado en la familia. Los síntomas de aburrimiento en perros más comunes son:
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Tiene comportamientos compulsivos (estereotipias). Es decir, repite movimientos sin un motivo aparente. Lo más habitual es que persiga su propia cola o se lama constantemente.
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Parece deprimido. Si notas que el perro está triste, aletargado, más cansado de lo habitual o sin apetito, puede que esté deprimido. Ello puede deberse a muchas causas, entre ellas el aburrimiento.
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No obedece. La desobediencia es un rasgo que suele darse en aquellas razas más independientes y en perros muy inteligentes, que se aburren tras un adiestramiento demasiado repetitivo o al necesitar una mayor estimulación mental.
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Ladra en exceso y de forma desconsolada. Es una forma de reclamar mayor atención. Si lo hace cuando está solo, puede ser por un trastorno relacionado con la separación.
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Provoca destrozos en casa, mordiendo o rompiendo objetos del hogar. Normalmente esta actitud suele darse en perros con mucha energía que demandan bastante ejercicio físico.
Estos comportamientos anormales son su manera de expresar que no se sienten bien y que necesitan auto-estimularse. Para evitar que esta situación llegue a extremos, deberemos prestarle toda nuestra atención y darle los cuidados que precisa para recuperarse.
Formas de combatir el aburrimiento
Para evitar estos síntomas de aburrimiento canino podemos poner en práctica una serie de acciones que ayuden a corregir la falta de estímulos y de motivación en el perro. Cuatro buenas formas de hacerlo son las siguientes:
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Préstale más atención. Nuestro ritmo de vida diario puede hacer que, sin darnos cuenta, no le estemos dedicando a nuestro compañero el tiempo que necesita. Trata de compartir más momentos juntos e intenta que no esté solo. Lo ideal es que pueda relacionarse con otros perros y personas de su entorno que le estimulen de forma positiva.
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Un buen paseo diario. Ésta es una de las mejores medicinas contra el aburrimiento canino. Lo recomendable es que estas caminatas duren un mínimo de 30 minutos y que formen parte de la rutina del perro. El ejercicio y los estímulos que encuentre durante estos paseos al aire libre, serán fundamentales para su correcto desarrollo psíquico.
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Busca actividades divertidas y que le estimulen. No te limites a pasear sin más. Puedes aprovechar los paseos diarios para realizar actividades que le motiven. Una buena opción es llevar una pelota o crear una pista de rastreo en el parque. ¿Cómo? Prueba de untar con comida uno de sus juguetes favoritos y escóndelo para que lo encuentre.
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Elige juguetes adecuados y que le gusten. Para que el perro no se aburra al quedarse solo en casa, es importante que pueda tener a su alcance juguetes adecuados que le ayuden a pasar mejor las horas en las que no tiene contacto con nadie. En el mercado hay una gran variedad de opciones, desde pelotas de goma a juguetes blandos o que hacen algún tipo de sonido. Lo ideal es probar con diversas opciones para conocer bien sus gustos. Es importante que los juguetes sean difíciles de romper, con el fin de evitar incidentes.
Si sigues estas recomendaciones, es muy probable que los síntomas de aburrimiento en el perro disminuyan de forma paulatina. No olvides que los retos son muy importantes para evitar que un perro se aburra. Además, para adiestrarlo correctamente, debes tener siempre presentes sus características físicas y sus limitaciones.
Por último es recomendable que acudas a tu veterinario habitual para que pueda aconsejarte sobre las mejores opciones en cada caso, especialmente si ves que las conductas anormales no terminan de desaparecer.
