Las lesiones oculares son cada vez más comunes y más frecuentemente diagnosticadas en consulta veterinaria al avanzar la tecnología y no quedando otra opción de avanzar con ella.
La blefaritis por tanto no se queda atrás. A continuación, desde esta web os explicaremos de qué se trata, sus síntomas, así como diagnóstico y tratamiento. Comencemos.
¿Qué es la Blefaritis?
Dentro de las enfermedades inflamatorias de los párpados podemos distinguir entre las inflamaciones difusas del párpado (blefaritis) y localizadas (orzuelos y chalazión). En este artículo nos centraremos en la blefaritis.
La piel de los párpados es la más delgada y fina de los perros; esto junto a que el tejido subcutáneo es fino, hacen que las lesiones en esta zona sean más o menos severas.
Debe tenerse en cuenta que las blefaritis pueden ser de origen primario y que solo afecten a los párpados, o bien formar parte de un problema dermatológico generalizado y sistémico. Por este motivo será importante seguir un riguroso protocolo para establecer un diagnóstico definitivo.
¿Cómo se origina una Blefaritis?
Pueden ser varios los agentes etiológicos causantes de la inflamación de los párpados. Estas causas son:
- Parasitarias: ácaros como Sarcoptes y Demodex. También Leishmania spp.
- Bacterianas: en casos de pioderma juvenil, blefaritis bacterianas por Staphylococcus spp. Y Streptoccocus spp.
- Micóticas (hongos): dermatofitosis producido por ejemplo por Microsporum canis.
- Alérgicas: hipersensibilidad alimentaria, atopia, hipersensibilidad a medicamentos…
- Inmunomediadas: lupus eritematoso, pénfigo, etc.
- Nutricionales: dermatosis con respuesta al Zinc.
- Endocrinas: hipotiroidismo, síndrome de Cushing.
- Neoplásicas: linfoma cutáneo, micosis fungoide.
Síntomas en perros con Blefaritis
Pueden aparecer varios signos relacionados con la blefaritis. No tienen porque darse todos a la vez. Pero los más comunes se englobarán en lesiones primarias (originadas en los párpados) y secundarias (otro origen y que afectan a los párpados).
- Lesiones primarias: eritema (enrojecimiento), alopecia (calvas), pápulas (granitos), nódulos, pústulas (granitos de pus) y despigmentación (pérdida de color).
- Lesiones secundarias: escamas, erosiones, úlceras y costras. En casos más crónicos será frecuente la hiperpigmentación.
Diagnóstico
Como en todas las patologías o consultas veterinarias, se debe establecer un diagnóstico mediante el seguimiento de unos pasos a modo de pauta. Primeramente, el veterinario querrá obtener los máximos datos posibles detalladamente mediante una anamnesis o historia clínica del paciente (desde cuándo, evolución…).
A continuación, procederá a realizar un examen clínico general de nuestra mascota. Posteriormente se explorará la blefaritis en concreto, viendo si afecta a uno o ambos ojos (uni o bilateral) y de qué manera lo hace.
Un examen clínico deberá establecer si existe una enfermedad sistémica. En este punto es importante establecer la presencia y localización de otras lesiones dermatológicas que nos orienten el diagnóstico hacia lupus u otras enfermedades inmunomediadas, celulitis juvenil, dermatomiositis, vasculitis, demodicosis, leishmania, pioderma…
Debido a que en la mayoría de ocasiones las lesiones palpebrales observadas no permiten establecer un claro diagnóstico sobre el origen de la blefaritis, será necesario que el veterinario recurra a pruebas complementarias.
Por ejemplo:
- Raspados cutáneos para identificar parásitos.
- Cultivos microbiológico y antibiogramas.
- Lámpara de Wood para observar lesiones por algunos hongos tras la aplicación de fluorescencia (algunos no se detectan).
- Biopsias cuando se sospeche de origen inmunomediado. Estas biopsias no deben realizarse justamente en el párpado, ya que podría afectar la cicatrización a la posición de este, molestando al ojo.
- Analíticas sanguíneas completas ante la sospecha de infecciones sistémicas como las producidas por Leishmania.
- Citologías si hubiera masas o nódulos, ya que pueden ayudar a concretar si la lesión es de origen tumoral o inflamatorio.
- Pruebas de intradermorreacción si se sospecha de alergias o atopias.
- Improntas cutáneas permiten una rápida visualización de microorganismos. Se observarán mejor al microscopio tras realizar una tinción rápida.
¿Existe tratamiento para la Blefaritis?
El tratamiento debe ir enfocado a la causa, es decir, debe ser etiológico. Debe establecerse la causa primeramente para instaurar el tratamiento más adecuado para cada caso. Sin embargo, un tratamiento sintomático hasta tener el diagnóstico definitivo reduce la sintomatología clínica y hace que nuestro animal este menos molesto y tenga más bienestar.
En ningún caso puede establecerse por el propietario de forma casera, ya que como hemos visto, puede deberse a múltiples causas, pudiendo agravar el cuadro y empeorar el pronóstico para cuando queramos llevarlo al veterinario.
De igual manera, por el bienestar de nuestro animal, no se debería dejar esta condición por ver si se resuelve por si solo. La opinión de un profesional como lo es el veterinario será esencial para esta y otras patologías. Recuerda que para ello llevan formándose y especializándose durante años.