Estos perros, de origen germano, destacan por su corpulencia y temperamento protector y participativo. Como buenos guardianes de las granjas necesitan sentirse parte del equipo y ejercer la misión que se les ha encomendado. De hecho, antiguamente se les llamaba Hofwart que significa ‘guardián del corral’, una tarea que abordaban con suma eficacia.
Pese a su gran tamaño los Hovawart son mascotas muy dulces, especialmente con los niños, afectuosas y leales con su familia. Dado que históricamente han sido empleados como perros de guardia y defensa, su carácter es algo dominante. Nada que una adecuada socialización a una edad temprana pueda revertir.
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Características del Hovawart
Los Hovawart no pueden negar su pasado como perros de trabajo. Su complexión es robusta, con un pecho profundo y unas patas musculosas y resistentes. Su espalda es recta y firme al tiempo que su cola, de inserción alta, es larga y está generosamente poblada. La cabeza de estos canes es ancha y redondeada.
Las orejas son triangulares y suelen colgarles a ambos lados de la cabeza, la trufa es negra y los ojos almendrados y de color marrón. Su mirada denota inteligencia. No en vano, suelen convertirse en los líderes del grupo si conviven con otras mascotas. El pelo posee una doble capa, es largo y luce ligeramente ondulado.
Temperamento del Hovawart
Como decimos, estos perros son tranquilos y muy cariñosos. No toleran pasar tiempo solos o sentirse desplazados. Reivindican su lugar en el grupo y lo defienden como mejor saber hacer: protegiendo. Disfrutan de la compañía de los niños y de los juegos con otras mascotas.
Son excelentes nadadores y rastreadores. Su adiestramiento debe abordarse a partir de los 4-8 meses recurriendo a la paciencia y al refuerzo positivo. Rara vez se muestran agresivos con los desconocidos, pero deben ser acostumbrados desde cachorros a la interacción social.
Son muy activos y les encanta cuidar de los suyos. De lo contrario, pueden desarrollar cuadros depresivos o manifestar conductas agresivas. No son muy ladradores.
¿Qué cuidados requiere el Hovawart?
Sus principales exigencias en cuanto al cuidado giran en torno a la compañía y al ejercicio físico al aire libre. Por tanto, reclaman atención diaria y suficiente espacio para correr. Su casa ideal es una vivienda en el campo o con jardín. Un mínimo de 2 horas diarias de actividad física son bien toleradas por los Hovawart.
De hecho, se les considera los perros idóneos para los deportistas. Si lo eres, le encantará acompañarte a correr. No sentirse desplazado es la otra necesidad que deberás satisfacer para mantenerlo feliz y equilibrado. En cuanto a la higiene, su manto debe ser cepillado cada 2 días haciendo especial hincapié en las zonas más pobladas (el cuello y el vientre).
Los baños deben ser asiduos, cada 3 o 4 semanas. La limpieza de orejas debe ser semanal a fin de prevenir posibles infecciones. Algo que favorece el hecho de que estén caídas. Su dieta debe ser de calidad y racionada, dado que tienden a engordar con facilidad.
Historia de la raza
Los Hovawart son conocidos y valorados en Alemania desde la Edad Media. Proceden de la Selva Negra y allí eran empleados como guardianes de los corrales y protectores de los granjeros. Ya en el Der Schwabenspiegel de 1275, que recopila infinidad de leyes civiles sobre propiedades y feudos, se hace referencia al coraje y resistencia de esta raza.
Es más, se menciona que quien atente contra la vida de un Hovawart deberá hacer frente a una cuantiosa multa. A partir del siglo XX con el auge de otras razas como, por ejemplo, el Pastor alemán cayeron en el olvido y las dos guerras mundiales las avocaron a la extinción. Aficionados a la raza, como Otto Schramm y K.F. König, reflotaron la raza.
En 1964 obtuvo el reconocimiento oficial de la FCI o lo que es lo mismo, la Federación Cinológica Internacional.
Curiosidades del Hovawart
Estos perros son poco conocidos fuera de Alemania, Francia y Holanda donde son muy apreciados como perros de defensa personal y/o animales de compañía. Al conocerlos comprendemos el porqué de su gran aceptación en el centro del viejo continente. Su carácter los convierte en unos entrañables compañeros que se hacen querer.