Aunque muchos van a pasar horas echados en nuestro sofá o nuestra cama, es conveniente que cada perro disponga de su cama como un espacio de tranquilidad y descanso exclusivo para él.
Tenemos a nuestra disposición una gama amplísima de camas para perros de todos los tamaños, formas y materiales. Para no perdernos entre tanta variedad, a continuación repasamos las diferentes opciones y sus características más destacadas.
¿Cuál es la mejor cama para mi perro?
En primer lugar, para escoger una cama debemos tener claro para qué es y para quién. Así que debe ser sobre todo cómoda, pero también, adaptada a las características del perro y muy fácil de mantener y de lavar.
Para elegirla tendremos en cuenta estos consejos:
- La edad del perro. Los cachorros exploran el entorno utilizando su boca, lo que hace muy probable que acaben rompiendo su propia cama. Los perros mayores, por su parte, pueden sufrir incontinencia urinaria.
- La estación del año. No podemos utilizar la misma cama mullida con temperaturas de cero grados que si superamos los 25.
- La confortabilidad del perro. Ellos necesitan el calor por debajo, por lo que no se trata de ponerles mantas encima sino de aislarlos bien del suelo.
- El tamaño. Tanto del espacio del que disponemos como del propio perro. La cama debe permitirle acurrucarse y estirarse por completo.
- El material. No solo debe ser lavable sino que también nos fijaremos en su grosor, su tacto y la capacidad para repeler o no pelos y manchas.
- La transpirabilidad. Si nos fijamos, cuando el perro se levanta tras el sueño veremos que la parte de la cama en contacto con el suelo y el propio piso están mojados debido a la transpiración. Para evitarlo hay camas elevadas o con fondo impermeable.
- Interior y exterior. Los perros que viven al aire libre también deben disponer de una cama que debemos colocar en una zona resguardada y protegida de las inclemencias del tiempo. Puede colocarse en el interior de casetas, transportines o cunas de plástico.
Cama casera con una caja de cartón
Un cachorro explorando pueden destrozar su cama, lo mismo que un perro con problemas de comportamiento. En casos así, antes de pensar en comprar una cama nueva podemos optar por la clásica caja de cartón con manta, toalla o jersey viejo nuestro, de forma que el recién llegado se vaya sintiendo de la familia.
Una vez comprobemos que el perro no muerde su cama podemos plantearnos escoger entre alguna de las opciones del mercado. Empezaremos por las más sencillas hasta asegurarnos de que la nueva cama no va a sufrir daños.
Camas tipo cojín
Son de los modelos más comunes. Suelen ser de espuma y contar con una parte central rodeada de un borde que las hace más recogidas. La forma puede ser redonda, rectangular o cuadrada. El grosor variará en función de la calidad del relleno. Se lavan en la lavadora. Las hay desenfundables o de una pieza.
De todos los tamaños, constituyen una opción económica y básica. Podemos contar con un par de ellas para ponerlas en diferentes sitios o como recambio. Son válidas para todo tipo de perros y climas.
Cama tipo colchoneta
Las colchonetas son otra opción similar a la anterior en cuanto a su variedad. De forma rectangular, las encontramos de diferentes tamaños y grosores. Al carecer de bordillo son muy empleadas por perros grandes, ya que les permite estirarse con comodidad.
Además, suelen ser desenfundables, con lo que se lavan con facilidad en la lavadora y muchos modelos cuentan con tela impermeable en toda la parte en contacto con el suelo. Para los meses de más calor, si nuestro perro lo necesita, podríamos hacernos con una colchoneta refrescante.
Cama tipo cuna
La cuna clásica consiste en una estructura de tela ovalada, redondeada o rectangular con un cojín extraible y del mismo material en su interior. Tanto la estructura como el cojín son lavables. Proporciona la posibilidad de que el perro duerma acurrucado, aunque muchos tienen la costumbre de estirarse sobre los bordes, que acaban deformándose.
La estructura de las cunas también puede ser de plástico. Completaremos la cama añadiendo el material blando que consideremos. Este tipo de camas son muy útiles para cachorros o animales enfermos, pues el plástico se puede desinfectar sin problema. También existen cunas de otros materiales como el mimbre.
Mantas cómo cama para un perro
Las mantas más gruesas pueden servirnos como camas para poner directamente sobre el suelo. En cambio las finas se utilizan sobre sofás o camas para que el perro pueda usarlos pero no los llene de pelos. Son otro básico en los hogares con perro.
Podemos encontrar mantas térmicas para el tiempo frío y refrescantes para los meses de altas temperaturas. También son útiles las mantas enrollables, que nos permiten desplazarlas cómodamente. Hay alfombras y esterillas para perros que pueden cumplir una función similar.
Iglús
Este tipo de camas son similares a las cunas, con la diferencia de que también está cerradas por la parte de arriba, a modo de cueva. Son más usadas por los perros de tamaño pequeño. Algunos ejemplares acaban durmiendo encima en lugar de dentro, con lo que también acaban deformándose. Son lavables en lavadora.
Mobiliario
En los últimos años se han comercializado auténticos muebles para perros. Podemos adquirir diferentes tipos de sofás y de camas especialmente diseñados para ellos y, además, de todos los tamaños.
Si optamos por alguno de estos muebles debemos fijarnos en que sean fácilmente lavables. El inconveniente principal suele ser su elevado precio. Son solo aptos para perros que no destrozan.
Hamacas
Formadas por una estructura de patas sobre la que se tensa una tela, este tipo de camas cumplen con el cometido de evitar el contacto del perro con el suelo. Las encontraremos en diferentes tamaños y las patas suelen ser plegables. No son muy recomendables para perros con problemas de movilidad, ya que podría resultarles incómodo subir y bajar.
Y ahora que conoces todos los tipos de cama disponibles para un perro ¿Cuál vas a elegir para tus perritos?