Cardiomiopatía dilatada en perros, síntomas y tratamiento

La cardiomiopatía o miocardiopatía dilatada (CMD) es una enfermedad que afecta a la función sistólica del corazón (disfunción en la contractibilidad) acompañada o no de arritmias. Esta patología la pueden padecen los perros con relativa frecuencia, sobre todo aquellos que son machos y de razas de mayor tamaño.

Esta afección representa más de la mitad de los casos de patologías cardíacas en la clínica veterinaria, además, es una patología mortal si no se detecta a tiempo, por lo que es recomendable conocerla y saber de ella. Por ello, a continuación, explicaremos en qué consiste, qué perros presentan un mayor riesgo de padecerla, cómo se puede diagnosticar y, sobre todo, tratar.

¿Qué es la cardiomiopatía dilatada?

Esta enfermedad cardíaca se caracteriza por un agrandamiento de las cámaras que componen el corazón y un adelgazamiento de las paredes de los ventrículos. Recordemos que el corazón de los perros, al igual que el de los humanos, se divide en cuatro cámaras cardiacas, dos aurículas y dos ventrículos.

Cualquier problema que afecte al corazón va a repercutir en su funcionamiento, lo que condiciona la correcta circulación de la sangre por todo el organismo. Se produce lo que se denomina insuficiencia cardíaca.

¿Qué perros padecen cardiomiopatía dilatada?

La cardiomiopatía dilatada es una de las enfermedades del corazón que puede sufrir cualquier perro, pero es cierto que algunos son más propensos que otros. Así, esta cardiomiopatía es la causa más frecuente de insuficiencia cardíaca en razas de tamaño grande y gigante. En cambio, los perros de razas enanas o pequeñas no suelen desarrollar esta cardiomiopatía.

Hay razas con una mayor predisposición a padecerla como son el bóxer, el pinscher, el cocker spaniel y el Dóberman. En dos de estas razas, comúnmente afectadas, se ha conseguido asociar a 2 genes con esta enfermedad, gracias a diversos estudios realizados en la actualidad. En los bóxer, se ha detectado una mutación que ha se ha denominado como “straitin” y en los Dóberman, otra mutación en el gen de la piruvato deshidrogenasa quinasa 4 (PDK4).

Además, en esta última raza, hay una segunda mutación implicada, presente también en los seres humanos que cursan con esta misma patología, conocida como mutación “Tintin”, dando como resultado un estiramiento excesivo de las microfibras cardíacas impidiendo al músculo hacer su trabajo correctamente.

Otras razas que se encontrarían en el grupo de riesgo serían el pastor Alemán, el gran Danés, el San Bernardo o el Schnauzer. Además, se ven afectados con mayor frecuencia los machos. Los síntomas suelen aparecer entre los cinco y seis años, pero la edad de presentación es variable y depende del propio individuo y de la raza. Por ejemplo, curiosamente los Perros de Aguas portugués habitualmente presentan la enfermedad en edades muy tempranas, lo que se conoce como la “forma juvenil” descrita únicamente en esta raza.

¿Por qué se produce una cardiomiopatía dilatada?

Es una enfermedad primaria de etiología incierta, esto quiere decir, que en la mayoría de las ocasiones se desconoce cuál es la causa de aparición. Se dice entonces que es idiopática, sin embargo, la hipótesis más barajada es de origen genético. Hay otros casos en los que, antes de que se desarrolle, el perro sufre una miocarditis, que es la inflamación del miocardio, el tejido muscular del corazón.

También se ha asociado la miocardiopatía dilatada al hipotiroidismo, que es una enfermedad en la que la glándula tiroides no produce suficiente hormona tiroidea, y se ha establecido que existe una predisposición genética en los perros de razas grandes y gigantes.

Recientemente, se ha descubierto que deficiencias nutricionales de taurina y carnitina están asociadas a la presentación de esta patología, principalmente en Cocher Spaniel y Terranova. También, puede ser inducida por fármacos como la doxorrubicina, utilizada en la quimioterapia, y frecuencias cardiacas elevadas de manera sostenida (taquicardiomiopatías) también pueden dar como resultado la aparición de esta enfermedad.

Por último, parece ser que dietas libres de granos y con alto contenido de legumbres como guisantes, lentejas o ambos, podrían estar asociadas a un aumento del riesgo de sufrir esta enfermedad, pero esto todavía está en estudio.

Síntomas de la cardiomiopatía dilatada

Cualquier perro puede sufrir esta patología, pero si pertenece a alguno de los grupos de riesgo mencionados la probabilidad de llegar a este diagnóstico será mayor.

Esta enfermedad se desarrolla de forma progresiva y consta de una fase inicial denominada “fase preclínica” en la que la enfermedad está presente pero no hay signos clínicos observables y una fase “clínica” en la que la mascota sí que presenta sintomatología.

Los signos clínicos que deben alertarnos son los siguientes:

  • Adelgazamiento rápido, visible en unas semanas.
  • Letargo, con una significativa reducción de la actividad.
  • Facilidad para cansarse.
  • Aumento de la frecuencia respiratoria (taquipnea)
  • Tos frecuente, sobre todo por las noches. Además, puede verse acompañada de flemas sanguinolentas.
  • Inflamación abdominal denominada ascitis.
  • Debilidad general.
  • Colapso e incluso muerte súbita en los casos más graves.

¿Cómo se diagnostica la cardiomiopatía dilatada?

Si nuestro perro presenta alguno de estos síntomas, el veterinario puede realizar varias pruebas orientadas a conocer el estado del corazón. Son las siguientes:

  1. Electrocardiograma o ECG, que nos va a dar información sobre la actividad eléctrica del corazón. Es habitual que se detecten arritmias, que son alteraciones del ritmo cardíaco.
  2. Radiografía, en la que podrá visualizarse el aumento de tamaño del corazón.
  3. Ecocardiograma, que es una ecografía del corazón en la que el profesional podrá valorar el corazón desde un punto de vista funcional, verá cómo este órgano late y bombea, y a nivel estructural, en donde se observará un corazón más redondeado, con dilatación del ventrículo izquierdo.
  4. En los casos en que dichas pruebas resulten negativas se recomienda realizar un Holter (monitorización electrocardiográfica durante 24 horas) para identificar posibles arritmias no detectadas.

Todas estas pruebas ofrecen una información muy importante que permitirá al profesional estudiar al detalle cada caso. De ello depende pautar el tratamiento más adecuado, que variará en función de la gravedad. Se recomienda realizar anualmente dichas pruebas a partir de los 3 años en razas las predispuestas, nombradas anteriormente.

Tratamiento para una cardiomiopatía dilatada

Esta enfermedad afecta al corazón y altera su ritmo, por lo que el tratamiento se va a concentrar en mejorar todo lo posible su funcionamiento y evitar que se produzcan arritmias, mediante la administración de inotropos positivos que ayudarán a aumentar la fuerza contráctil y vasodilatadores que facilitarán el trabajo cardiaco. También hay que prevenir que se acumule líquido en el abdomen o en los pulmones y para conseguirlo se aconseja la administración de diuréticos. Todo ello siguiendo la posología indicado por el profesional veterinario.

Además, se recomienda cambiar la alimentación a una dieta baja en sal y restringir la actividad física. Respecto a este último punto, el ejercicio moderado es beneficioso, pero siempre que el perro no presente síntomas. Por supuesto, si en la realización de alguna actividad aparece tos, cansancio o dificultades respiratorias, debemos impedirla.

Pronóstico

La cardiomiopatía es una enfermedad que no tiene cura pero sí es tratable. Esto quiere decir que, con el tratamiento adecuado, vamos a mejorar el bienestar de nuestro perro y así conseguiremos prolongar su esperanza de vida. Eso sí, es necesario llevar un estricto seguimiento veterinario a través de visitas regulares a la clínica.

De todas formas, el pronóstico va a depender de múltiples factores, por lo que, en general, y si hablamos a largo plazo, podemos decir que este es reservado. Si bien los perros asintomáticos pueden vivir durante años, una vez que se desarrollan los síntomas, hay una esperanza de vida media de 9-12 meses. La muerte súbita es siempre una posibilidad y los propietarios deben ser advertidos al respecto.

Vet. Sara Díaz Abelleira

Graduada en Veterinaria por la Universidad Complutense de Madrid. Con experiencia en reconocidos e importantes hospitales de referencia tanto en España, el Hospital Veterinario de Puchol como en el extranjero, en el Centre hospitalier vétérinaire Languedocia en Montpellier o el CHV VetAgroSup de Lyon, Francia. Adentrándome en el mundo laboral con muchas ganas de seguir aprendiendo y ampliando mi conocimiento, siempre mejorando para poder ayudar a nuestros pequeños peludos. Ilusionada de poder compartir mis conocimientos con nuestros queridos lectores de Soyunperro.

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