Seguramente todos habréis visto en alguna ocasión una de estas orugas tan comunes en los pinares, la procesionaria. A primera vista puede parecer un bicho un tanto gracioso, recubierto de pelo y caminando en hilera con otros ejemplares sobre el suelo, pero lo cierto puede ser bastante peligroso para nuestro perro, capaz de producirle lesiones bastante serias por el simple contacto.
Estas orugas habitan principalmente en pinos. Seguramente ya habréis visto sus nidos de color blanco en las ramas de los pinos, con su aspecto tan particular. También habitan en cedros y abetos, aunque por lo general prefieren los pinares.
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¿Qué es una procesionaria?
Su nombre científico es Thaumetopoea pityocampa. Es un insecto perteneciente al orden de los lepidópteros (mariposas y polillas) cuyo cuerpo está recubierto de finos pelos que al contacto expulsan una toxina denominada ”thaumatopina”.
A esta oruga también se la conoce como procesionaria del pino, ya que, cuando desciende al suelo para invadir otros árboles, generalmente lo hace formando hileras de individuos, a modo de “procesión”, y a que habita principalmente en pinares, aunque puede también se la puede encontrar en cedros y abetos. Sus nidos se pueden encontrar sobre todo en épocas cálidas (primavera y verano).
¿Cómo puede la procesionaria provocar lesiones a nuestro perro?
Aunque parezca una oruga pequeña e inofensiva, es altamente peligrosa, ya que, como hemos comentado, los pelos que la recubren contienen una toxina. Es especialmente en el momento cuando abandonan el nido y forman las “procesiones” cuando aumenta el riesgo de que se produzcan accidentes, cuando nuestro perro, por curiosidad, entra en contacto con estas orugas.
Cuando nuestro perro intenta olerla, morderla, chuparla o simplemente se roza con ella, la procesionaria desprende sus pelos con la toxina, lo que produce una reacción inflamatoria y necrosante en el tejido que entra en contacto con estos pelos, especialmente en la piel y la mucosa oral.
¿Cuáles son los síntomas y lesiones provocadas por la procesionaria?
Las lesiones o síntomas que observaremos en nuestro dependerán de la zona que entre en contacto con la oruga. Si nuestro perro entra en contacto con una procesionaria, sufrirá un picor intenso en la zona afectada, con una gran irritación cutánea que podremos apreciar por un enrojecimiento o eritema localizado, además de una inflamación que, aunque en principio pueda parecer leve, en poco tiempo se intensificará considerablemente.
Las zonas que entran en contacto con la oruga, normalmente son la boca o el hocico, y es donde se desencadena una reacción inflamatoria. Por otro lado, si el perro ha tragado alguna oruga o sus pelos urticantes, pueden aparecer problemas digestivos como vómitos, y si los ha inhalado, puede sufrir reacciones alérgicas en las vías respiratorias. Al entrar en contacto con los ojos puede desarrollar conjuntivitis.
Nuestro perro probablemente intentará rascarse con las patas, observaremos signos de dificultad respiratoria o disnea, se mostrará más excitado y nervioso y es posible que presente vómitos. Además, pueden aparecer síntomas inespecíficos asociados a la inflamación, como fiebre o fatiga.
¿Qué hacer si tu perro entra en contacto con una procesionaria?
Lo primero es no perder la calma. Empezaremos lavando la zona afectada y después acudiremos lo más rápido posible a un veterinario para que le administren corticoides de acción rápida. Normalmente se recurre a la administración de metilprednisolona por vía intravenosa (Urbason®).
El principal peligro de la procesionaria es que nuestro perro pueda morir asfixiado debido a la inflamación de las vías respiratorias, o bien que sufra un shock anafiláctico por la reacción alérgica. Los corticoides ayudarán a prevenir y tratar la inflamación, aunque es posible que algunas zonas afectadas aparezcan necrosadas y se produzca muerte tisular, con pérdida del tejido afectado).
Resumiendo, lo más importante en estos casos es la rapidez con la que tratemos a nuestro perro. Lavar bien la zona afectada y acudir de inmediato a un veterinario es primordial para salvar su vida o evitar daños serios.
Tratamiento para las lesiones provocadas por la procesionaria
Dependiendo de la gravedad de las lesiones, del tamaño del perro y de la situación en particular, es posible que simplemente se administre un tratamiento a base de corticoides de acción rápida, junto con antibióticos. Aunque en los casos leves el perro puede no precise atención veterinaria, en los casos graves lo más probable es que haya que tratarlo y hospitalizarlo.
Por esta razón es sumamente importante acudir a un veterinario para que reciba la atención necesaria.
¿Cómo prevenir las lesiones por procesionaria en perros?
Basta con seguir unos sencillos pasos para reducir el riesgo de forma considerable. Las orugas procesionarias se pueden observar principalmente en las estaciones de primavera y verano. Las zonas donde más extendida está este insecto son las regiones cálidas, especialmente en el sur.
Si vives en esta región, durante esa época procura no entrar en zonas donde haya pinos o pinares cerrados. Hay que estar especialmente atentos a la presencia de estas orugas en el suelo para evitar que nuestros perros se acerquen a ellas. También es recomendable llevar a nuestro perro siempre atado con la correa cuando salimos con él al campo, para evitar que se acerque a las orugas, y que cause molestias a la fauna silvestre.
Si salimos a pasear con nuestro perro por una zona de pinares, aunque no veamos a la procesionaria y no estemos seguros de ser la causa, si apreciamos un comportamiento extraño en nuestro perro y vemos que se rasca la cara, que salivea o jadea más de la cuenta o que muestra signos de inflamación o enrojecimiento en esta región, debemos sospechar de este problema y seguir los pasos anteriormente citados.