Hoy en día disponemos de multitud de opciones cuando queremos comprar un collar o un arnés para nuestro perro, tanto si es un cachorro como si se trata de un adulto, pese 3 o 55 kg. Pero una variedad tan grande también nos provoca dudas.
De hecho, es frecuente que los cuidadores, además de tener que decidir entre distintos materiales, colores o tamaños, se pregunten si es mejor escoger el tradicional collar o, al contrario, vale la pena apostar por el arnés. Lo explicamos a continuación.
- También te puede interesar: Cómo enseñar a un perro a pasear sin tirones
Las características de los collares para perros
Los collares para los perros son un complemento fundamental en su ajuar. Se han utilizado toda la vida y no pueden ser más sencillos, ya que tan solo hay que ajustarlos al cuello del perro. La extensión y la practicidad de su uso han hecho que incluso se utilicen con más finalidades que sujetar una correa.
Así, hay collares especiales de uso veterinario que se emplean para prevenir la presencia de parásitos, como garrapatas, pulgas o mosquitos. Pero hay que tener en cuenta que estos collares no pueden utilizarse como sustituto del collar de paseo. Por lo tanto, no hay que engancharles una correa.
Por otra parte, el collar es fácilmente ajustable. Aunque si se lo dejamos puesto al perro las 24 horas del día desde cachorro, hay que vigilarlo periódicamente. El perro crecerá y, aunque el collar sea ajustable a diferentes tamaños, no lo va a hacer solo. Por ello siempre hay que asegurarse de que el collar está bien ceñido, pero sin apretar.
El arnés para perros
El arnés, al contrario que el collar, no se ajusta al cuello, sino que se ciñe al cuerpo entre las patas delanteras, la cruz y el pecho. De esta forma la fuerza se reparte en varios puntos y no solo en el cuello. Por eso se ha dispuesto como obligatorio el arnés para llevar a los perros anclados al cinturón en los trayectos en coche. Es la opción más segura.
Es importante escoger la talla correcta, de lo contrario podría apretar sin que nos diésemos cuenta. No es extraño que necesitemos ayuda para elegir el primer arnés de nuestro perro. Algunos modelos son de tres puntos, e incluyen una cinta para rodear el abdomen, con lo que es más difícil que el perro se lo quite.
Inconvenientes de collares y arneses
Una vez vistas las características básicas de los collares y los arneses, podemos establecer una comparación entre ambas opciones fijándonos en sus ventajas e inconvenientes. Empezando por los contras, destacamos:
- El collar, al ceñirse al cuello, puede apretar demasiado la garganta, en concreto, la tráquea, que es una zona muy sensible para el perro. De hecho, si la acariciamos, propiciamos que el perro trague saliva. Si la presión es más fuerte se desencadena la tos. E incluso puede llegar a faltarle el aire.
- En ningún caso están indicados los collares conocidos como de castigo.
- Un perro que tira en exceso se estará apretando la garganta, con lo que es más probable que sufra accesos de tos o ahogos.
- Los collares y los arneses corren el riesgo de engancharse, sobre todo si dejamos que el perro deambule solo por zonas boscosas, alambradas, etc.
- Es relativamente fácil que un perro se quite un collar que haya quedado tan solo un poco flojo. De los arneses también consiguen liberarse.
- Por su parte, el arnés permite que el perro logre un mayor impulso si quiere tirar o correr, lo que podría hacer que personas de más edad, menos fuerza o niños acabasen en el suelo.
- Los arneses suelen ser algo más complejos de ajustar que los collares.
- Pueden producir rozaduras en la zona de las axilas y, si se deja siempre puesto, es posible que se pierda pelo en los puntos de contacto. Esto también sucede en el cuello con los collares.
Ventajas de los collares y arneses para perros
Tanto los collares como los arneses presentan aspectos positivos que los convierten en una buena opción para determinados casos, en función de cada perro. Así, podemos hablar de las siguientes ventajas:
- Los collares se regulan muy fácilmente.
- El arnés cuenta con la ventaja de que en ningún caso va a apretar el cuello.
- Por supuesto, los collares con efecto antiparasitario están recomendados y, al no utilizarse con correa, no muestran ninguna de las desventajas asociadas.
- Collares ornamentales tipo bandana o pañuelos tampoco presentan inconvenientes, ya que su uso es estético y tampoco se sujeta a ellos la correa.
Perros que necesitan collar
En vista de las características, las ventajas y los inconvenientes de los collares podemos comprobar que el collar, por sí mismo, no es un accesorio bueno o malo, sino que su uso debería tener en cuenta los rasgos de nuestro perro para evitar que se lastime. Así, el collar es una buena elección para:
- Perros de carácter tranquilo.
- Perros que acostumbran a pasear a nuestro lado.
- Ejemplares de edad avanzada.
- Casos en los que hay alguna restricción de la movilidad, como en los pospoperatorios de intervenciones de traumatología o incluso de castraciones.
- Personas con menos fuerza.
Perros que tienen que ser paseados con arnés
En algunas situaciones, el arnés va a ser la mejor elección. Escógelo de un material como el nailon, de fácil limpieza, acolchado, suave, resistente y no muy fino. Estas indicaciones también sirven para el collar. Estos son los perros que deberían llevar arnés:
- Perros con problemas respiratorios que no deben recibir ninguna presión en la tráquea.
- Perros con alguna lesión en el cuello.
- Los de tres puntos son muy adecuados para perros con tendencia escapista o muy miedosos, que podrían huir durante el paseo. También son aptos para galgos que, de usar collar, se recomienda que sea ancho, de los diseñados para ellos.