No hay ninguna duda de que la despedida de nuestro perro es un momento dificilísimo y especialmente sensible. Pero no solo para nosotros. Si en el hogar convive otro perro, él también puede sufrir la ausencia, además de notar nuestro dolor.
Por suerte, los perros consiguen adaptarse relativamente pronto a las nuevas situaciones, pero conviene que lo ayudemos a transitar su duelo, sobre todo si vemos que pasan los días y al perro le cuesta volver a su vida normal.
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Los perros y la muerte
A pesar de que está muy extendida la idea de que los perros son capaces de predecir la muerte, lo cierto es que sus capacidades no son sobrenaturales. Su asombroso olfato, que es su sentido más desarrollado, explica que perciban sustancias que el cuerpo produce en los procesos de enfermedad. Por esto sabrá que su compañero no está sano.
Además, los perros son especialmente empáticos con sus cuidadores. Somos su referente y han evolucionado para comunicarse con nosotros e interpretar cualquiera de nuestros gestos. Por eso no le resultará nada difícil darse cuenta de que estamos tristes y preocupados y que el motivo es la enfermedad de su compañero.
Por otra parte, los perros son animales sociales y sociables. Establecen una rutina con todos los miembros del hogar. Paseamos, jugamos, comemos, dormimos…, es decir, el día a día se hace en familia. El vínculo que se establece es de cariño, por eso el perro, igual que nosotros, también notará la falta de su ser querido.
Antes de morir
En primer lugar, es positivo permitir que los animales se despidan. A veces el fallecimiento es rápido o repentino, pero, en caso contrario, conviene que los animales mantengan su contacto habitual para que vayan percibiendo qué es lo que sucede. En otras palabras, durante el tiempo que dure la enfermedad, de ser el caso, no hay que separarlos.
Puede parecer absurdo, pero es bueno que le expliquemos cómo estamos ante la situación. Está claro que no entenderá todas nuestras palabras, pero sí le transmitiremos nuestro estado de ánimo y compartiremos un momento con él. A partir de ahí comenzará el proceso de duelo.
Perro triste tras la muerte de su amigo
Tras el fallecimiento, pero también cuando un perro se ausenta, por ejemplo, si se encuentra en una casa de acogida y es adoptado, podemos notar que el comportamiento del perro que se queda deja de ser el habitual. Así, es posible que el perro se muestre, sobre todo:
- Apático, pasa mucho tiempo tumbado y durmiendo e interacciona menos con el entorno.
- Menos activo, no le apetece jugar o no con el entusiasmo de antes.
- Sin apetito, algunos perros dejan de comer y otros ingieren menos cantidad.
- Desorientado, deambulará sin un objetivo fijo o como buscando a su amigo.
- Es importante saber que, aunque relacionemos estas conductas con el fallecimiento, si no remiten, se agravan o detectamos cualquier otro signo clínico, debemos acudir al veterinario. Hay que descartar que padezca alguna enfermedad orgánica.
Pasos para que un perro supere la muerte de su amigo
Si nuestro perro se encuentra en esta situación, podemos ayudarlo a mejorar su estado de ánimo. Además, para nosotros, que estaremos atravesando también nuestro propio duelo, será igualmente beneficioso:
- Pasar tiempo juntos: al menos los primeros días es buena idea dedicarle más tiempo al perro para que se sienta menos solo y se vaya adaptando a las nuevas rutinas.
- Practicar ejercicio: pasear tranquilamente con el perro largo rato y llevarlo a sus lugares favoritos, mejor si es por un entorno natural, ayudará a que se relaje.
- Ofrecer comidas ricas: es el momento de darle sus platos o premios favoritos para que se anime, sobre todo si está resistiéndose a comer.
- Mimos: masajes, caricias, juegos, cepillados o incluso baños si le gustan, son pequeños mimos placenteros para él y que refuerzan el vínculo con nosotros.
- Flores de Bach: sabemos que la evidencia científica no les da más que un efecto placebo, pero también conocemos buenos resultados de estas gotas para mejorar el ánimo de perros tristes. Lo ideal sería contactar con un especialista. De lo contrario podemos decantarnos por el popular Remedio Rescate. Pueden añadirse siete gotas al agua.
¿Es conveniente adoptar otro perro?
En ocasiones volver a tener otro perro en casa es justo la pieza que el perro necesita para superar la ausencia de su anterior compañero. Pero también hay que valorar las circunstancias de cada caso, por eso no hay una respuesta única para esta pregunta. Por ejemplo, si nuestro perro ya es muy mayor, poco sociable, etc. igual es mala idea.
En cambio es probable que un perro más juguetón agradezca volver a tener compañía todo el día. En conclusión, lo más importante es conocer a nuestro perro y valorar ventajas e inconvenientes. También tenemos que pensar en lo que nosotros sentimos y siempre tenemos la opción de probar primero acogiendo a un perro para ver cómo se llevan.
Cuándo acudir al veterinario
Si pasan los días y nuestro perro sigue triste, lo mejor es acudir al veterinario para una revisión general. Es cierto que su decaimiento puede deberse a la ausencia del compañero, pero también a una enfermedad que tendrá que diagnosticar el profesional. Si está sano, pero sigue entristecido, podemos consultar con un experto en conducta canina.
Cuando se sospecha que el problema es de origen psicológico, son los etólogos los que deben encargarse de darnos las pautas necesarias para mejorar el estado del perro. En algunos casos es posible que se necesite tratamiento farmacológico, que tendrá que recetar el veterinario.