El proceso digestivo del perro comienza en su boca y termina con la evacuación. En este artículo vamos a repasar lo que ocurre en este trayecto, teniendo en cuenta que puede haber diferencias según el alimento a digerir.
Por eso no hay que perder de vista la importancia que tiene la selección del menú de nuestro perro. La dieta va a determinar, no solo la calidad de los nutrientes, sino el proceso digestivo, al contener ingredientes más o menos aprovechables.
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Las etapas de la digestión del perro
Una vez el perro ingiere un alimento, el proceso para digerirlo, aprovechar sus nutrientes y expulsar sus desechos comienza en la cavidad oral. En ella los dientes, la lengua y las glándulas salivares se encargan de formar el bolo alimenticio, que se humedece y se traga. Este bolo pasa por el esófago, un tubo en el que se producen movimientos contráctiles.
Estos lo transportan hasta su destino en el estómago, donde se va a iniciar la digestión. El siguiente paso en este proceso es el intestino delgado, que comienza en el llamado duodeno. Tras él, el recorrido continúa en el intestino grueso, que también se conoce con el nombre de colon.
Una vez aprovechados todos los nutrientes de los alimentos, los productos de desecho acaban en el recto y, finalmente, en el ano. Además de los órganos mencionados, son fundamentales en la digestión otros, como el páncreas, la vesícula biliar y el hígado. Este proceso, lógicamente, es complejo y al organismo le va a llevar muchas horas completarlo.
¿Cuánto duran las etapas de la digestión?
Se considera que los alimentos que el perro ha ingerido pueden permanecer en el estómago hasta unas ocho horas, aunque habrá oscilaciones considerables en función del alimento del que se trate. Después, todavía tendrían que atravesar los intestinos. En el intestino delgado los distintos jugos digestivos descomponen el alimento.
El resultado son aminoácidos, ácidos grasos e hidratos de carbono. Recorrer esta parte del aparato digestivo puede llegar a tardar hasta ocho horas. Aquí se produce la absorción a la sangre de los nutrientes y de un 80 % del agua. En cambio, tanto la fibra como las sustancias que no se han podido digerir continúan el trayecto hasta el intestino grueso.
Es aquí donde se concentra el resto del agua y tiene lugar la formación de las heces. En general, sumando todos los pasos del proceso, se calcula que, de media, unas 36 horas después de haberse producido la ingesta los restos de los alimentos acaban convertidos en los excrementos. Pero, insistimos, es muy variable en función de la comida ofrecida.
Factores que modifican la digestión en los perros
Aunque hemos dado unas horas aproximadas de duración para las distintas etapas de la digestión, el tiempo puede sufrir modificaciones, no solo por el tipo de alimento que le ofrezcamos al perro, sino también por sus propias condiciones. Por ejemplo, tiene influencia la edad. Se sabe que los perros más mayores enlentecen su tránsito intestinal.
Además, los ejemplares con una vida muy sedentaria también presentarán digestiones más lentas. El ejercicio favorece el buen funcionamiento intestinal. Por último, la hidratación también es importante. Sin agua suficiente podemos encontrarnos con unas heces demasiado duras, difíciles de expulsar.
Nociones básicas sobre la alimentación canina
El proceso de la digestión es siempre el mismo, pero va a haber diferencias entre los distintos alimentos que le demos al perro en función de sus características. Así, se comprende la importancia de la calidad de la alimentación. Por ejemplo, el perro, como carnívoro que es, va a necesitar basar su dieta en las proteínas de origen animal.
Pueden ser de la carne o del pescado, pero lo importante es su calidad, porque esta va a repercutir en la digestión. Lo mismo sucede con los hidratos de carbono, ya que algunos no son muy digeribles para los perros. Por todo ello se recomienda ofrecerle un menú de calidad, que es el que va a garantizar una composición digestible y equilibrada.
Además, cubrirá todas sus necesidades nutricionales en cualquier etapa de su vida. Por eso un alimento de más calidad produce una menor cantidad de heces y estas estarán mejor formadas, ya que el sistema digestivo lo aprovechará mejor. De este tipo de alimentos los perros necesitarán comer, por este motivo, una menor cantidad.
Digestión y dietas para perros
Como cada menú va a tener unas particularidades que afectarán al proceso de digestión, no solo es importante buscar una alimentación de calidad. Hay que saber que cada dieta va a tener sus propios tiempos de digestión. Por eso, no es buena idea mezclar comidas.
Es decir, si, por ejemplo, queremos darle pienso y lata, no se lo pongamos junto en el mismo comedero. Es mejor dárselos por separado. Esto es válido para cualquier mezcla que pensemos en hacer.
No es que le vaya a provocar una enfermedad, pero es mejor favorecer la digestión, dejando que el organismo absorba en el tiempo que necesite. Por ejemplo, si le damos una dieta BARF con huesos, estos requieren un mayor tiempo de digestión que un alimento cocinado donde hay un tratamiento previo que facilita el acceso a los nutrientes.
Bibliografía
Carlson y Giffin. 2002. Manual práctico de veterinaria canina. Madrid. Editorial el Drac.
Fogle, Bruce. 1995. The Encyclopedia of the Dog. London. Dorling Kindersley.