Conocido a nivel mundial por la película “Siempre a tu lado”, Hachikō ha aparecido en numerosas series y videojuegos. No es para menos: su historia ha cautivado a millones de personas y es uno de los perros más famosos que jamás hayan existido.
Pero, ¿cuál es la verdadera historia de Hachikō? En este post vamos a explicarte por qué es tan popular, cómo era Hachikō y dónde se encuentran ubicados sus restos, además de otras curiosidades relacionadas con este perro fiel.
Por último, os hablaremos de otros casos similares al de Hachikō que se han dado en diferentes países, incluyendo España. ¿Nos acompañáis en un viaje en el tiempo hasta 1923? Enseguida os explicamos por qué.
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Una historia de película
En noviembre de 1923, Hachikō, un perro de la raza Akita Inu, nacía en una granja cercana a la actual ciudad japonesa de Odate. Fue adoptado por el profesor Eisaburō Ueno, quien lo recibió en la estación de Shibuya tras dos días de duro viaje en tren.
Hachikō se encontraba muy débil y Ueno lo cuidó con esmero. Al poco tiempo ya se había recuperado y no se despegaba del profesor, a quien acompañaba cada día a la misma estación para despedirlo y recibirlo del trabajo.
Esta misma escena se repitió casi a diario hasta mayo de 1925, cuando el profesor murió tras sufrir un paro cardíaco cuando daba clase en la Universidad de Tokio. Ueno ya no pudo regresar a la estación y Hachikō se quedó esperándolo allí durante casi 10 años.
Su presencia no pasó inadvertida por los lugareños, quienes cuidaron de él hasta que en 1935 falleció por un cáncer terminal. Tenía 11 años y para entonces se había vuelto muy popular en Shibuya.
Alzaron incluso una estatua en su honor, y fue también protagonista de una película dirigida por Seijiro Koyama. Su éxito fue tal que en 2009 se estrenó el conocido remake estadounidense, con Richard Gere a la cabeza, Hachi: A Dog’s Tale o en Español, Siempre a tu lado, Hachiko.
Cinco curiosidades sobre Hachikō
Como podréis intuir, la historia de Hachiko está llena de anécdotas y curiosidades. Veamos algunas de las más interesantes:
1-. El significado de Hachikō. ¿Te preguntas si este nombre significa algo? La respuesta es “sí”. El nombre Hachikō está compuesto por dos palabras japonesas. “Hachi” significa “ocho” y es como Ueno decidió llamar a su compañero canino. El motivo es que tenía las patas delanteras ligeramente arqueadas, de forma similar al kanji japonés que sirve para representar este número. Kō, por otro lado, se traduce como “leal” y es el apodo que los lugareños le dieron a Hachi.
2-. Dónde se encuentra ubicada la estatua de Hachikō. La estatua de bronce original de Hachikō se fundió durante la Segunda Guerra Mundial para fabricar armas. Sin embargo, en 1947 se volvió a erigir una réplica en el concurrido cruce de Shibuya. Actualmente es un punto de encuentro muy popular. También hay una estatua de Hachikō en la estación de Odate.
3-. El Día de Hachikō. La fama de Hachikō en la región fue tal que cada 8 de marzo, frente a la estación de trenes de Shibuya, se le recuerda de una forma especial.
4-. Cómo era Hachikō. De su apariencia se sabe que era un perro grande y de constitución fuerte, con pelaje de color claro. Concretamente, era un perro de la raza Akita Inu, originaria de Japón.
5-. ¿Qué pasó con sus restos? Tras morir Hachikō, su cuerpo fue enterrado al pie de la tumba del profesor Ueno, en el Cementerio de Aoyama, en Tokio. Posteriormente fue llevado al Museo Nacional de Ciencia de Japón.
¿Sorprendido con todos estos datos? Tal vez ahora comprendas mejor porqué Hachikō y su historia han pasado a formar parte de la cultura popular. Además de la película de Koyama y del remake con Richard Gere, hemos podido ver referencias a este famoso perro en series como Digimon Adventure y Ghost Sweeper Mikami; también en videojuegos como The World Ends With You o Shin Megami Tensei Imagine. Su historia es increíble, aunque hay documentados otros casos similares en varios países.
Otros casos de perros fieles cómo Hachiko
Entre las historias más conocidas de perros fieles destaca la de Greyfriars Bobby, un skye terrier que permaneció junto a la tumba de su cuidador, en Escocia, durante 14 años. Además de él, en Italia encontramos el caso de Lampo, “el perro viajero”, con un relato muy similar al de Hachikō.
Leão, en Brasil, Gaucho, en Uruguay, o Capitán, en Argentina, presentan igualmente historias sorprendentes. ¿Y en España tenemos alguna? Pues sí. La de Canelo, en Cádiz. Este perro pasó 12 años cerca de la puerta del hospital donde falleció su compañero humano. Hoy en día, Canelo cuenta con una placa conmemorativa de bronce en una calle con su nombre. Si es que ya lo dicen: el perro es el mejor amigo del hombre. Y para muestra, Hachikō.