Queremos a nuestros peludos y nos encanta darles mimos. De hecho, no es extraño que les hablemos como a un hijo. Pero ojo, porque un exceso de cariño puede ser el origen de un verdadero problema.
¿Quieres saber por qué no se debe humanizar a un perro? Pues veamos en qué consiste el antropomorfismo canino y cómo puedes evitarlo.
¿Cómo se comporta un perro humanizado?
El antropomorfismo es atribuir a un perro características, hábitos o emociones que son exclusivamente humanas. Sí, él también siente alegría, miedos, razona, recuerda y tiene una química muy especial con nosotros.
Sin embargo, tenerlo todo el día en brazos como si fuera un bebé o vestirle como si fuera una princesa puede hacer que pierda su propia identidad y que termine sintiéndose frustrado, ansioso e inseguro.
Este desequilibrio emocional acostumbra a derivar en ciertos problemas de comportamiento. Los más habituales son:
- Ladridos excesivos
- Destrozos en casa
- Agresividad hacia otros canes o personas
- Depresión
Lo cierto es que la humanización en los perros es un fenómeno cada vez más frecuente en nuestra sociedad y tiene un efecto muy perjudicial, pues les impide tener una vida plena. Por eso, debemos corregir no solo lo que ellos hacen, sino especialmente la forma que nosotros tenemos de tratarles.
Eso no significa que tengamos que ignorarlos, ni desatender sus necesidades. La clave está en conseguir un equilibrio: demostrarles todo nuestro amor, pero sin olvidar que nuestros amigos caninos no reflexionan ni interpretan lo que sucede a su alrededor tal y como lo hacemos tú y yo.
Consejos para evitar humanizar a un perro
Para no caer en este error tan común hay algunos consejos muy útiles a la hora de evitar humanizar a un can. Especialmente estas tres recomendaciones:
- Deja que se comporte como un perro : Impedir que socialice con otros peludos y reprimir sus instintos, no es una buena idea: hará que tema el contacto con otros y no sabrá cómo interactuar. Esta confusión y este temor pueden hacer que se vuelva violento.
- Conoce cuáles son las necesidades de su raza : Hay perros que, por su propia naturaleza, necesitan correr, olisquear o explorar su entorno más que otros. Te recomendamos que te documentes sobre ello y que fomentes las actividades que le hagan feliz y le ayuden a liberar estrés.
- No caigas en modas como los tatuajes caninos : Piensa que él no puede elegir y que este tipo de prácticas le pueden provocar dolores, molestias o infecciones totalmente innecesarias.
Lo ideal es tener en cuenta los problemas que provoca la humanización de antemano, para no experimentar sus consecuencias. Pero la pregunta es: si ya he caído en el antropomorfismo… ¿aún estoy a tiempo de rectificar? La respuesta es: sí, pero deberás tomártelo en serio y hacer un gran esfuerzo por el bien de tu peludo.
¿De qué manera se puede deshumanizar a un perro?
El primer paso para comenzar a deshumanizar a un perro es reconocer que somos nosotros los que hemos fomentado sus malas actitudes, al tratarle como si fuera un niño.
Teniendo claro este punto, lo siguiente será corregir lo que no hacemos bien y reeducarle para que pueda recuperar su identidad.
Algunos ejemplos de cómo hacerlo:
- Deja de disfrazarle y de ponerle vestidos o adornos. Si no son estrictamente necesarios por motivos de identificación o protección, es mejor que no lo hagas.
- Comienza a ponerle límites y recuérdaselos. Es importante que el perro entienda que no puede seguir actuando como si fuera un humano, comiendo en la mesa o durmiendo en la cama.
- No sigas sobreprotegiéndole, hasta el punto de no dejar que salga nunca de casa por miedo a que enferme o se ensucie; ni evites que haga algo por pensar que es “demasiado pequeño” o “demasiado torpe”. Esto puede hacer que se frustre y se deprima cada vez más. Deja que experimente por sí mismo y enfrente los problemas u obstáculos que se le presenten.
- Los perros saben cómo limpiarse, por lo que no es bueno que te obsesiones con su higiene. Los baños continuos, las limpiezas de ano y el uso de colonias humanas para que no “huela a perro” son innecesarios. Créenos, vivir en una burbuja aséptica no les hace ningún bien.
Con responsabilidad y paciencia, seguro que conseguirás tener un vínculo mucho más sano con tu amigo perruno. Solo debes demostrarle lo importante que es para ti, sin dejar de respetar su propia naturaleza.
Si pasado un tiempo ves que la situación no mejora, busca la ayuda de un experto en comportamiento canino. Un profesional, especialmente en casos extremos, podrá acompañarte en el proceso de deshumanización canina. ¿Te atreves a aceptar el reto y a evitar caer en el antropomorfismo desde ya? Seguro que tu peludo se sentirá mucho mejor.