Es relativamente frecuente que los cachorros tanto machos como hembras presenten un bulto en la barriga, en la zona del ombligo. En la mayoría de los casos se tratará de una hernia umbilical. En este artículo de SoyUnPerro explicaremos en qué consiste y cómo podemos solucionarla.
¿Qué es una hernia umbilical?
Se trata de una protrusión de grasa o de intestino a través de una abertura en la pared abdominal. Esta abertura debería haberse cerrado durante el desarrollo. Aquellos perros en los que no se produce este cierre tendrán una hernia. La porción de grasa o de intestino que sale es lo que vemos como un bulto. Estas hernias suelen aparecer hacia las dos semanas.
Las hernias en los cachorros se localizan mayoritariamente en la zona inguinal y en la umbilical. Se denominarán, respectivamente, hernias inguinales y hernias umbilicales. Además, una hernia será reductible si es posible introducirla en el cuerpo al presionar sobre ella. Si esto no sucede se dice que la hernia está encarcelada o incarcerada.
Las hernias parecen tener base hereditaria. Hay una predisposición genética que es la que explica el retraso en el cierre de la abertura o anillo abdominal. Pero también hay algunos casos en los que la hernia se va a producir al cortar el cordón umbilical del recién nacido demasiado cerca de su abdomen.
Si en alguno de los cachorros de una camada descubrimos la presencia de una hernia umbilical es buena idea que revisemos a sus hermanos, por si acaso otro de los pequeños estuviese también afectado.
¿Las hernias en perros son peligrosas?
Las hernias encarceladas pueden estrangularse. El estrangulamiento hace referencia a la pérdida del suministro de sangre debido a una constricción. En este caso el bulto que veremos estará duro y será doloroso al tacto. Se trata de una urgencia veterinaria.
Además, si conseguimos introducir un dedo en la abertura abdominal por donde se ha protruido la hernia, esta va a necesitar ser reparada con cirugía. El problema mayor con las hernias es que por la abertura que ha quedado pueda salir un fragmento de intestino. Si se estrangula como hemos comentado esa parte del intestino se quedará sin circulación.
Un órgano sin los nutrientes que recibe de la sangre puede terminar por necrosarse, es decir, se morirá si no se interviene con rapidez. Que un trozo de intestino sufra este proceso supone un peligro serio para la vida del animal.
¿Qué hago si mi cachorro tiene una hernia umbilical?
En general, debemos saber que las hernias umbilicales más pequeñas suelen resolverse solas antes de que el cachorro cumpla los seis meses de edad. Circula la recomendación de vendar la barriga del perrito para reducir la hernia pero esta medida no produce ningún efecto real ni influye en su desaparición.
Si el perro ha cumplido ya los seis meses y la hernia continúa presente podemos estar ante dos situaciones determinadas por el sexo del cachorro. Esto es así porque en las hembras podemos aprovechar la cirugía de esterilización para reparar la hernia. En estos casos la operación podrá retrasarse unos meses.
La extracción de los ovarios y del útero se hace justamente a través de una incisión abdominal. Aunque cada vez los veterinarios practican incisiones más pequeñas, si la perra a esterilizar tiene una hernia aprovecharán la intervención para cortar un poco más y, así, reducir la hernia.
Aunque el corte sea algo más grande que el habitual en las esterilizaciones no suele producirse ninguna complicación durante el posoperatorio. Nuestra tarea en casa será vigilar que la perra no se toque la herida y que esta cicatrice sin problemas.
Si en lugar de una perra convivimos con un macho, aunque lo castremos, la operación para reducir la hernia será independiente.
El veterinario sí podría hacer las dos operaciones el mismo día pero, lógicamente, tendremos dos cortes, eso sí, de pocos centímetros de longitud. Al igual que en el caso de las hembras, el perro va a volver a casa el mismo día de la intervención. Allí igualmente nos tocará vigilar la evolución de la herida.
Las hernias inguinales
Buena parte de lo que hemos explicado para las hernias umbilicales es aplicable a las que se desarrollan en la zona inguinal. Estas van a ser más frecuentes en hembras y, por su localización, no siempre son diagnosticadas, pudiendo pasar desapercibidas.
El problema de estas hernias en las hembras es que, si en las umbilicales puede contenerse un fragmento de intestino, en las inguinales podría verse afectado el útero, sobre todo si se produce un embarazo. Para ellas se recomienda la cirugía.
En los machos con hernias inguinales puede bastar con controlar periódicamente su evolución, porque suelen ser de pequeño tamaño y desaparecer espontáneamente durante los primeros meses de vida. Si esto no sucede sí podremos optar por la ci