Hay distintas circunstancias en las que podremos ver rojos los ojos de nuestro perro y varias son las causas que pueden explicar el enrojecimiento. Algunas no tienen ninguna relevancia clínica, mientras que otras son graves alteraciones que pueden conducir hasta la ceguera.
Descartando las primeras, cualquier duda sobre la salud ocular de nuestro perro debe ser resuelta por el veterinario. En las patologías oculares iniciar el tratamiento de una manera temprana es muy importante a la hora de evitar complicaciones. Veamos cuales son las causas más comunes.
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La conjuntivitis, una de las principales causas
La conjuntivitis, también conocida con el nombre de ojo rojo, es la primera causa que nos viene a la mente a la hora de explicar los ojos rojos en un perro. Consiste en la inflamación de la conjuntiva ocular y constituye un trastorno muy común.
Hay varias causas que provocan conjuntivitis, como alergia, contacto con sustancias irritantes, algunas enfermedades sistémicas como el moquillo o, si afecta solo a un ojo, cuerpos extraños o algún pelo que crece rozando el ojo. Conviene saber que se distinguen distintos tipos de conjuntivitis en función del cuadro clínico que se presente.
Son la conjuntivitis serosa, la folicular o mucoide y la purulenta. El tratamiento debe ser prescrito por el veterinario tras el diagnóstico. Los síntomas que caracterizan en general a las conjuntivitis son los siguientes:
- Enrojecimiento de uno o de los dos ojos, ya que la conjuntivitis puede ser uni o bilateral.
- Secreción serosa, mucoide o purulenta. Las secreciones espesas llegan a formar costras sobre los párpados.
- Ausencia de dolor, que es un dato muy importante a la hora de diferenciar la conjuntivitis de otras patologías oculares.
- En la conjuntivitis alérgica hay picor y el perro se frotará los ojos y la cara.
La uveítis también enrojece los ojos
Esta afección también se conoce con el nombre de ojo blando. Se debe a la inflamación de determinadas estructuras oculares, como son el iris, que controla el tamaño de la pupila, y el cuerpo ciliar, que produce humor acuoso y controla la presión en el interior del ojo.
Existen varias causas de uveítis, como las infecciones bacterianas, las enfermedades sistémicas, las úlceras en la córnea, etc. Es imprescindible acudir al veterinario. Se trata de una afección grave y un retraso en el tratamiento podría desembocar en la aparición de ceguera u otras complicaciones de gravedad. Sus síntomas son los siguientes:
- Dolor.
- Ojo rojo.
- Lagrimeo.
- Estrabismo.
- Fotofobia, es decir, intolerancia a la luz.
- Protrusión del tercer párpado.
- Neblina en el ojo.
- Ojo blando al tacto, en ocasiones.
Alteraciones del tercer párpado o membrana nictitante
También conocido con el nombre de membrana nictitante, cumple en los perros importantes funciones. Se localiza en el ángulo interior del ojo. Normalmente no es visible, pero en determinadas ocasiones se extiende y cubre, de forma parcial o completa, la superficie ocular.
Cuando está prolapsado llega a dar la sensación de que el globo ocular se ha volteado dentro de su órbita. A veces si el perro está durmiendo también se produce este efecto, pareciendo que los ojos están en blanco. Un ejemplo del funcionamiento de esta membrana lo tenemos cuando en el ojo ingresa un cuerpo extraño.
En estos casos el tercer párpado puede desplegarse o protruirse en un intento de proteger el ojo. Además de la protrusión de la membrana pueden verse otros síntomas como el lagrimeo, el parpadeo, el estrabismo o el picor. La protrusión de la membrana nictitante es motivo de consulta veterinaria.
Ectropión ocular
Esta afección supone la eversión del párpado inferior, lo que hace que se separe de la superficie del ojo. En consecuencia, queda entre ambas partes una zona que veremos de color rojo.
La eversión de este párpado implica una desprotección para el ojo, que se ve expuesto a cualquier agente irritante. A la larga los ejemplares con ectropión pueden desarrollar conjuntivitis crónica o daños en la córnea. Es un problema más frecuente en perros con la piel de la cara descolgada, como, por ejemplo, los tipo spaniel o hound.
También es más común en ejemplares de edad avanzada que han perdido el tono en esta piel facial. Salvo que no provoque ninguna afección asociada, el veterinario debe proceder a su reparación quirúrgica.
¿Qué es el ojo de cereza de los perros?
Se trata del prolapso de la glándula lacrimal del tercer párpado. Aparece cuando las sujeciones del interior del tercer párpado son débiles, de forma que la glándula lacrimal queda expuesta. A simple vista apreciaremos un bulto rojizo tipo cereza, de ahí su denominación. También se conoce con el nombre de encantis.
El problema es que acaba rozando sobre la superficie ocular, lo que puede ser causa de conjuntivitis. El tratamiento más común en la actualidad consiste en recolocar tanto la glándula como el párpado recurriendo a una intervención quirúrgica.
Cuidados para los ojos rojos en perros
Los casos más leves de ojos rojos en perros, como algunas conjuntivitis, pueden solucionarse en casa manteniendo el ojo limpio, lavándolo con una gasa empapada en suero fisiológico. Podemos repetir la aplicación varias veces al día.
Pero, si el cuadro no remite en uno o dos días y la secreción y las molestias aumentan, hay que acudir al veterinario. En ningún caso debemos aplicar por nuestra cuenta fármacos en el ojo, ni aunque sea un colirio o una crema oftálmica que ya hayamos utilizado con anterioridad.
Identificar un cuerpo extraño en el ojo, que este no se abra con normalidad, se prolapse o, al contrario, parezca más pequeño, haya sangre, cambios en la coloración, inflamación o cualquier síntoma sistémico es una urgencia que debe recibir una rápida asistencia veterinaria.
Bibliografía
Carlson y Giffin. 2002. Manual práctico de veterinaria canina. Madrid. Editorial el Drac.