Con RCP hacemos referencia a la reanimación cardiopulmonar. Se trata de una maniobra que se inicia para hacer que tras una condición de parada, intentemos que recupere su capacidad de respiración, de latido y output cardíaco. No obstante, la RCP de mayor éxito es la que se consigue evitar.
Por supuesto, es un procedimiento que se realizará solo en casos de urgencia mientras esperamos la llegada del veterinario o nos trasladamos a una clínica. Hay que señalar que lo suyo y lo correcto sería que lo realizase un veterinario. ¿Quieres aprender a hacer una RCP? Te explicamos todo en detalle.
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Principios generales de la RCP
El objetivo de este tipo de masaje es que consigamos realizar una correcta perfusión tisular realizando mediante masaje manual la función que tendría el propio corazón para perfundir de sangre y por lo tanto oxígeno, los órganos incluidos los pulmones. El objetivo por tanto será conseguir que la sangre vuelva a circular.
Como antes hemos dicho, la mejor RCP es la que se consigue evitar, pues la supervivencia de esta, aunque se realice correctamente es baja. En veterinaria (pequeños animales) se estima que la tasa de supervivencia es del 6-7%, mientras que en humana será de un 17%. Esto es así ya que con suerte y con un masaje bien hecho, se conseguirá mover el 25% de la sangre que un corazón sano haría al 100%.
Esto es importante que lo sepamos y nos lo deje claro el veterinario por si tenemos que hospitalizar en alguna ocasión a nuestro animal. Estos pacientes requieren monitorización intensiva mediante la repetición y reevaluación de parámetros vitales (saturación de oxígeno, presiones, frecuencias, temperatura…), por lo que se encontrará en cuidados intensivos.
En este tipo de urgencias el veterinario seguirá un protocolo con el fin de controlar parámetros vitales llamado por las siglas ABC (Airway, Breathing, Circulation).
Factores que predisponen a RCP
Los ejemplos a continuación son los que predisponen a que apliquemos la técnica de reanimación. Esta es necesario que la realice mínimo dos personas, aunque mejoraría el pronóstico si fuera un equipo de más personal, ya que se requiere de la administración de fármacos, fluidos etc. Son los siguientes casos:
- Sepsis y SIRS («inflamación generalizada»).
- Intoxicaciones.
- Coagulopatías y CID (coagulación intravascular diseminada).
- Neoplasias terminales.
- Politraumatismos (traumatismo craneoencefálico).
- Shock.
- Patología pulmonar.
- Insuficiencia cardíaca.
Cómo saber si es necesario hacer una RCP
Lo primero que hay que tener en cuenta es que, normalmente, los propietarios no son personal sanitario. Esto quiere decir que nuestra primera opción debe ser contactar con el veterinario. Solo si se encuentra a una distancia considerable tendremos que actuar y siempre bajo su consejo.
Los signos clínicos de parada respiratoria son: pérdida de consciencia y/o ausencia de ventilación espontánea con la posible ausencia de sonidos cardiacos o pulsos palpables.
Por lo que tendremos que fijarnos en si el perro está respirando o no. Para ello observaremos si sube y baja el tórax o acercar la mano a la nariz para notar si sale aire. Después buscaremos el pulso. Es posible localizarlo en la cara medial o interior del muslo, donde se encuentra la arteria femoral.
Esto para una persona sin los conocimientos en la materia puede ser una tarea complicada, ya que hay que aplicar la presión adecuada (es débil) sobre la arteria para notar el pulso. De presionar intensamente, estaremos notando nuestro propio pulso. También puede ocurrir que sea tan leve que no se palpe.
Si no hay ni pulso ni respiración, la maniobra de elección será la RCP. La RCP se hace de manera distinta en función de si estamos ante un perro de tamaño pequeño o grande, lo explicaremos más adelante.
Ante la duda, se debe iniciar la RPC (aconsejablemente un veterinario), ya que si la empiezas y no estaba en parada, se ha visto que no hay ningún inconveniente. Sin embargo, tardar demasiado en empezarla conlleva a un mal pronóstico.
Cómo hacer la Reanimación CardioPulmonar (RCP)
Hacer una correcta RCP no es fácil, ya que se necesita fuerza, coordinación y resistencia. La persona que realiza el masaje tiene que colocar los hombros en la misma línea que sus brazos, y estos a la vez rectos. En cuanto a la colocación de las manos, la derecha se superpondrá a la izquierda, agarrándola. Con los codos bloqueados y la columna vertebral del animal hacia nosotros, haremos fuerza sobre el tórax mediante el movimiento de cadera.
Debemos tener una altura suficiente para no tener que doblar los codos y con estos bloqueados hacer peso hacia abajo. Dependiendo de nuestro tamaño y el del animal, lo podremos hacer situando a este en el suelo y nosotros de rodillas o subiéndonos a una superficie. De lo contrario, el masaje no se hará correctamente.
Lo que se trata aquí es de crear cambios de presión sobre el tórax e intentar hacer función de corazón. Con cada presión realizada correctamente, haremos salir la sangre por la arteria aorta hacia el resto del cuerpo, y con cada relajación, volverá por la vena cava.
RCP dependiendo de raza y edad
La colocación de las manos y del animal será distinto según el paciente que se tenga delante. Distinguiremos entonces la posición según razas grandes, razas braquicefálicas (bulldogs, pugs…) y cachorros.
En perros de razas grandes se colocará al perro de costado y se usarán las dos manos como antes hemos descrito. En razas braquicefálicas de tórax ancho, se debe colocar al animal boca arriba y realizar el masaje sobre el esternón.
En cachorros, pondremos al animal de costado y la mano izquierda la situaremos sobre la columna vetebral y la derecha en pinza abarcando ambos lados del tórax, dejando el esternón en la mitad de nuestra mano, por así decirlo. Se posiciona el pulgar sobre un costado y el resto de los dedos sobre el otro. Comprimir el pecho aproximadamente 1/4-1/3 de su anchura total.
No obstante, la mecánica será la misma para todos los pacientes. Habrá que tumbar al perro en una superficie plana y realizar ininterrumpidamente ciclos de dos minutos. La frecuencia será de 100-120 compresiones por minuto (simula el latido cardíaco). A partir de 60 segundos será efectivo.
Es importante realizar la compresión entre 1/2 y 1/3 de la profundidad del tórax y permitir la completa re-expansión del mismo en cada ciclo tras su compresión.
Esta maniobra realizada correctamente es muy cansada, por lo que necesitaremos a alguien que nos releve cada ciclo de dos minutos. Hay que señalar que no se debe interrumpir ningún ciclo completo de dos minutos. Entre ciclo y ciclo de dos minutos se descansará diez segundos y será cuando el equipo veterinario proceda a colocar una vía intravenosa y evaluar al paciente.
El éxito de la RCP
Una maniobra RCP bien hecha tendrá solo un 25% de capacidad de impulsión del riego sanguíneo, comparado con un 100% en pacientes sanos. Se requiere así mismo de mucho personal para ir relevando y monitorizando al animal. Se requiere de técnicas y equipos veterinarios como por ejemplo la intubación, por lo que esta maniobra realizada en casa tiene ínfimas posibilidades de supervivencia.
Por otra parte, en ocasiones la manipulación que supone la RCP tiene efectos secundarios. Los más comunes son roturas de costillas y neumotórax. Pero será mejor intentarlo y que se produzcan estas condiciones. Aún con todo el equipo veterinario necesario es difícil, por lo que lo mejor será intentar no llegar a estas situaciones con revisiones periódicas veterinarias en un paciente crítico.