En el mercado actual disponemos de una amplia gama de transportines que pueden convertirse en un accesorio muy útil para nuestro perro.
Si quieres saber cuales son los más indicados para tu perro, sus usos y los diferentes tipos a los que puedes optar, no te pierdas este artículo.
¿Para qué sirve un transportín?
Quizás hemos visto los transportines entre los accesorios para perros y nos planteamos adquirir uno pero no tenemos claro si nos compensará porque no sabemos cuáles pueden ser sus utilidades.
Aquí listamos los usos más frecuentes:
- Transporte: Como su propio nombre indica, los transportines se utilizan principalmente para viajar, ya sea en nuestro vehículo particular o en avión, barco, tren, autobús e incluso moto, si el tamaño del perro así lo permite.
- Guarida: A los perros les gusta tener su sitio para dormir, por lo que un transportín en casa puede hacerles ese servicio. Además, si disponemos de espacio exterior el transportín puede funcionar como caseta, sirviendo de cama pero, también, de protección contra las inclemencias del tiempo.
El transportín puede ser el sitio donde permanecer si tenemos que hacer algo en casa potencialmente peligroso para el perro o incluso si nos visita algún técnico con miedo a los canes.
- Educación: en algunos casos el transportín se convierte en una herramienta más en la educación del perro. Será el profesional con el que trabajemos quien nos paute cómo utilizarlo. Suele emplearse como espacio seguro en perros muy asustados o con ansiedad por separación.
- Enfermedad: si nuestro perro tiene alguna patología que limita su movilidad o, simplemente, la edad dificulta su deambulación, con un transportín adecuado podremos continuar nuestra actividad habitual ya que, si se cansa, solo tendremos que llevarlo cómodamente instalado en su transportín.
Aunque no es lo habitual, ya que son casos que requieren ingreso hospitalario, si por cualquier circunstancia tuviésemos que administrar a nuestro perro suero intravenoso, un transportín nos permite mantenerlo en un espacio reducido de forma que sus movimientos se limiten y no pueda soltarse la vía.
- Acompañamiento: si nos gusta llevar a nuestro perro a todas partes, el transportín puede ser una muy buena opción. También si acudimos a clases para perros donde, en ocasiones, deben quedarse unos minutos dentro del transportín mientras se trabaja con otros.
Si tenemos un negocio o nos permiten llevar al perro al trabajo, el transportín puede ser su lugar de descanso en el que, además, se le puede cerrar si por alguna circunstancia tenemos que abrir las puertas, entra otro animal, etc.
Tipos de transportines
Dentro de la variedad de transportines que podremos encontrar en el mercado debemos escoger el que mejor se adapte a nuestras necesidades y a las características de nuestro perro.
Los más habituales son los siguientes:
- Transportín rígido: Generalmente consta de dos partes, superior e inferior, y una puerta de rejilla por la que el animal puede ver el exterior.
Disponibles en todos los tamaños, nos sirven para viajar, aunque antes de hacerlo es mejor que consultemos con la compañía de transportes para asegurarnos de que nuestro transportín cumple con su normativa.
Son de plástico, lo que los hace fáciles de limpiar, además de resistentes, lo que los convierte en una buena inversión. Para calcular el tamaño debemos comprobar que el perro puede sentarse y tumbarse en su interior. El precio va en función del tamaño.
- Transportín de tela: Están pensados para perros de tamaño pequeño. Los hay de diferentes estampados y pueden limpiarse en la lavadora.
Pueden ser completamente cerrados, con alguna ventana plástica, o como bandoleras, de forma que el perro puede sacar la cabeza.
También los hay similares a portabebés, en los que el perro va sentado y saca las patas delanteras y traseras por sus respectivos huecos.
No parece la opción más ergonómica. Como desventaja está el hecho de que el perro podría llegar a morder y destruir la tela. Mejor para perros tranquilos o mayores.
- Transportín con ruedas: Son unas mochilas de tela que podemos llevar a la espalda o añadirle una estructura con ruedas. Aunque podemos encontrarlas bastante amplias, van mejor para perros pequeños.
Su forma de mochila las hace cómodas para llevar al perro encima sin esfuerzo, lo mismo que si lo trasladamos utilizando las ruedas. Lavables. Sus dos posiciones de uso los hace muy versátiles.
- Transportines desmontables: El clásico es el metálico, similar a una jaula pero que también puede usarse como parque, sobre todo para cachorros, cuando son pequeños.
O cuando queremos mantenerlos controlados mientras limpiamos la casa, aunque también se puede usar como zona de descanso, comida, juego o evacuación en función de nuestras necesidades.
Dentro de los desmontables también los hay de tela, que cuentan con la ventaja de que ocupan poco espacio a la hora de guardarlos.
¿Cómo usar el transportín?
Aunque algunos perros entrarán directamente en el transportín que les hayamos comprado, puede que otros se nieguen a entrar.
Así, deberemos acostumbrarlos paulatinamente, siendo lo más importante que tengamos en cuenta que nunca debemos meterlos a la fuerza.
Una adaptación correcta será la base para que podamos sacarle todo el partido al transportín sin que suponga un trauma para el perro.
Por ello no lo utilizaremos nunca como castigo. Es bueno que dejemos el transportín en casa, a su alcance, para que pueda investigarlo cuando quiera.
Para animarlo podemos poner en su interior premios, juguetes o su cama. Cuando se introduzca con confianza podemos probar a cerrar la puerta, que vea que no pasa nada. Este proceso puede llevar tiempo, no hay prisa.
Una vez use el transportín con comodidad, emplearemos órdenes básicas como «entra» y «sal» para indicarle cuándo debe meterse o abandonar el transportín.