Beagle Harrier

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Estos canes son amistosos, enérgicos y con una gran capacidad de trabajo, por lo que son ideales para personas activas y familias que disfrutan de los paseos al aire libre. Pese a sus cualidades como perros de compañía, su habilidad para los deportes y sus dotes como guardianes, los Beagle Harrier son una raza bastante desconocida.

Veamos en detalle cuales son sus virtudes y que cuidados debemos darle para que crezca sano, fuerte y feliz. ¿Estás pensando en adoptar un Beagle Harrier? Entonces esto te interesará mucho.

Características de la raza Beagle Harrier

Los ejemplares de esta raza son de tamaño mediano, con huesos grandes y una estructura corporal musculada, que no interfiere con su agilidad innata. Tienen un cuello largo y resistente, mientras que el lomo es corto y suele presentar una ligera caída hacia los cuartos traseros. Las patas son rectas y bien desarrolladas.

El cráneo es proporcionado, con rasgos armónicos y una expresión sensible cuando el can se encuentra en reposo. El hocico es moderadamente largo, con una trufa bien desarrollada. Los ojos están bien distanciados entre sí, con colores que van del avellana – oscuro al amarillo, pero siempre a juego con el manto. Las orejas son de inserción baja y se pliegan hacia delante enmarcando la cara.

El pelaje es duro al tacto y de aspecto brillante, aunque el pelo de las orejas suele ser más fino y sedoso. La zona inferior de la cola, que suelen llevar erguida cuando están en movimiento, presenta un plumaje característico de la raza. Existen una gran variedad de tonalidades de pelaje, aunque las más populares son la combinación tricolor de blanco, negro y fuego o de rojo y blanco.

icono-perro Altura de entre 48 y 53 cm en machos y hembras
icono-peso Peso de entre 20 y 27 kg en machos y hembras
icono-pelo
Pelo corto, denso y brillante
icono-caracter
Carácter amigable, enérgico, gentil con las personas y con otros perros
Icono-salud Salud fuerte
Icono-calendario Esperanza de vida estimada de entre 12 y 15 años

 

pareja-de-perros-Beagle-Harrier

¿Cómo es el carácter de un Beagle Harrier?

Aunque disfrutan mucho estando con su familia, estos perros no estarán constantemente buscando tu atención y pueden entretenerse por su cuenta. Se llevan bien con todos los integrantes del hogar, niños incluidos. Sin embargo, siempre debes estar atento cuando jueguen juntos.

Al estar criados para trabajar en jauría son muy sociables con las personas y con otros perros, sean de la raza que sean. Con respecto a animales más pequeños hay que vigilar de cerca, pues podrían verlos como presas.

Estos canes son extremadamente vocales y disfrutan aullando. Suelen ser buenos perros de alerta, pues te avisarán con un sonoro ladrido cuando lleguen invitados. No obstante, no esperes que lleguen a intimidar a los ladrones, ya que son demasiado amigables.

Pueden estar en una caseta bien resguardados del frío y del calor en el patio. Sin embargo, tienen una tendencia innata a cavar, por lo que deberás asegurarte de que no existe posibilidad de que escapen.

Por otro lado, los Beagle Harrier son bastante tercos, con un carácter independiente y con sus propias ideas acerca de lo que está bien o mal. Necesitan un entrenamiento firme de la mano de un instructor experimentado. Sobre todo, se recomienda insistir en los ejercicios de obediencia. Los retos mentales y un adecuado refuerzo positivo es la combinación perfecta.

Beagle-Harrier-cogiendo-una-pelota

Cuidados que precisa un ejemplar de esta raza

Los Beagle Harrier están llenos de energía, por lo que requieren de mucha actividad diaria para evitar el aburrimiento, algo que puede derivar en comportamientos destructivos y ruidosos. Pueden adaptarse bien a los espacios reducidos, aunque no son canes para familias sedentarias. Un Harrier perezoso no tardará en mostrarse desequilibrado.

Necesitan, por tanto, participar en actividades al aire libre. Disfrutarán acompañándote a correr o a rodar en bici. Pero recuerda: siempre con correa, pues sus instintos de caza harán que salga corriendo tras animales pequeños o que siga el rastro que les marca su olfato. Con los cachorros menores de un año evita el sobreesfuerzo y controla las distancias cuando salgas de paseo.

Esta raza pierde cantidades moderadas de pelo, por lo que un cepillado semanal será suficiente para mantener la casa limpia. Los baños solo serán necesarios cuando esté realmente sucio o si su manto comienza a oler. Recuerda revisar bien sus orejas, ya que tienden a acumular humedad, lo que puede provocar infecciones.

Las uñas hay que recortarlas cada dos o tres semanas, pues les crecen rápido. El cepillado de los dientes también es recomendable para combatir el mal aliento. Y hay una última cosa a tener en cuenta. Como su impulso es husmear constantemente a ras de suelo, no es raro que regrese de los paseos con heridas en la zona de los ojos y del hocico. Cura adecuadamente los raspones.

Historia del Beagle Harrier

Aunque no hay certeza sobre su origen, se cree que estos canes proceden de Francia, pues la palabra “Harrier” significa “sabueso” en el antiguo idioma de Normandía. Hay pruebas de que la raza ya existía en el año 1200. Inicialmente eran más pequeños y se empleaban para la caza de liebres.

Con su llegada a Gran Bretaña, los criadores se enfocaron en lograr ejemplares más grandes y rápidos, que también pudieran deshacerse de los zorros, una de las grandes plagas de la región durante la Edad Media. Pese a ser excelentes perros de caza y grandes compañeros, los Beagle Harrier nunca fueron muy populares.

Curiosidades de los perros Beagle Harrier

Muchos confunden a los Beagle Harrier con los Beagle o con los Foxhound. Aunque sus características físicas y su manto son similares, los Harrier son más altos y corpulentos que los Beagle y considerablemente más bajos que los Foxhound.

Entre los años 1960 y 1980, hubo grandes campeones de esta raza en las principales exhibiciones caninas del mundo. Naabeehos Harvey, Lady Elizabeth of Byron y Brentcliffe Jill son algunos de los más renombrados de la época.

El célebre general George S. Patton es una de las personalidades que sucumbió al encanto de estos canes. A mediados del siglo XX, su pareja de Harriers estaba entre las jaurías más eficientes a la hora de cazar liebres y conejos en todo el territorio norteamericano.

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