El buen estado del pelo y de la piel de nuestro perro va a depender, en gran medida, de la alimentación que le ofrezcamos. Es especialmente importante el aporte y la calidad de proteínas, ácidos grasos, vitaminas y minerales.
Por otra parte, un manto estropeado es indicativo de algún problema de salud o de una deficiencia a nivel nutricional que debemos resolver. Veamos en detalle cómo mejorar le pelo y piel de nuestro perro con una correcta alimentación.
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La piel y la alimentación
Las enfermedades que se producen en la piel relacionadas con la alimentación pueden deberse a un exceso, a una carencia o a un desequilibrio en la composición de la dieta. Son más comunes las carencias, aunque, como ejemplo de problemas por exceso, podemos mencionar la hipervitaminosis A.
Causa picor, haciendo que el perro se rasque insistentemente. Es normal que estas enfermedades se manifiesten con distintos síntomas que deben hacernos consultar con el veterinario. El aspecto del pelo y de la piel no es solo una cuestión estética.
Ambos cumplen importantes funciones para el bienestar del organismo. Es la primera barrera frente a las agresiones externas, protege de las radiaciones solares y mantiene la temperatura corporal.
Síntomas de problemas en la piel
Saber si nuestro perro tiene algún problema de piel es muy sencillo, ya que los síntomas son apreciables a simple vista. Entre ellos, destacan:
- Descamación.
- Costras.
- Alopecia.
- Piel grasa.
- Picor.
- Pelo mate o áspero.
Deficiencia de proteínas
El pelo está compuesto, sobre todo, por proteínas, de ahí la importancia de su consumo. Además, las proteínas son necesarias para la piel, ya que intervienen en los procesos de cicatrización y de regeneración cuando se produce una herida.
Hay aminoácidos esenciales para el desarrollo del pelo, como la lisina, la cisteína, la metionina, la arginina o la fenilalanina. Es raro que, con los alimentos para perros de los que se dispone hoy en día, se produzca esta deficiencia. Podría darse en perros alimentados con proteínas de origen vegetal.
Deficiencia de ácidos grasos
Los ácidos grasos proporcionan energía y participan en la absorción de algunas vitaminas. Destacan el ácido linoleico y el araquidónico. El primero forma parte de la epidermis. Su ausencia se relaciona con la pérdida de agua y las alergias ambientales. El ácido araquidónico se encarga de la proliferación de las células de la epidermis.
El ácido linoleico es más conocido como omega-3, mientras que el araquidónico es el omega-6. En los últimos años se vienen recomendando como suplementación para un pelo y una piel sanos. Si queremos añadirlos a la dieta de nuestro perro, antes tenemos que consultarlo con el veterinario.
Un desequilibrio entre ambos ácidos grasos puede tener como resultado inflamaciones y arteriosclerosis. Puede haber déficit de ácidos grasos en perros alimentados con pienso, pues estos se degradan durante el almacenaje o con conservantes de mala calidad. Se necesitan meses de consumo para que un perro presente síntomas de esta carencia.
Deficiencia de vitaminas y de minerales
En este punto destaca la vitamina A, con un papel importante en la maduración y el recambio celular fisiológico de la piel. Otras vitaminas fundamentales son la E, la B8 o biotina, la B2 o riboflavina, la B3 o niacina, la B6 o piridoxina, la B5 o ácido pantoténico y la vitamina C.
En cuanto a los minerales, sobresale el zinc, cuya carencia desencadena síntomas de gravedad como anorexia, adelgazamiento, dificultades en la cicatrización de heridas, conjuntivitis, inflamación de la piel y pérdida de pelo. Se encarga de mantener el buen estado de la piel y de las mucosas.
También son importantes el selenio, que conserva la elasticidad de la piel, y el cobre. Como ejemplo, la deficiencia de riboflavina ocasiona piel seca y enrojecida, la de niacina desencadena picor, la de biotina alopecia y seborrea, la de fósforo vuelve el pelo duro y opaco y la de cobre lo despigmenta.
Cómo prevenir los problemas de pelo y piel
Además de los cuidados higiénicos adaptados a las características de cada perro, es fundamental seguir una alimentación equilibrada y de calidad. En primer lugar, debe cubrir todos los requerimientos nutricionales del perro, adaptándose a la etapa vital en la que se encuentre.
Además, tiene que ser palatable, es decir, de buen sabor, y digerible para que se puedan aprovechar todos los nutrientes que incluya. En resumen, el perro bien alimentado está en su peso, ni gordo ni delgado, elimina unas heces compactas y luce un pelo y una piel brillantes.
Los complementos nutricionales
Si le ofrecemos a nuestro perro una alimentación de calidad, estarán integrados en ella todos los nutrientes que resultan imprescindibles para su salud. Por lo tanto, no tenemos que añadir ningún complemento alimenticio.
De hecho, incluso podría ser contraproducente hacerlo. Además, solo el veterinario puede recetarnos este tipo de productos. La suplementación solo está indicada, en general, en casos de perros inapetentes, debilitados, recién operados o estresados.
Bibliografía
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