Aunque las atenciones que necesitan los perros van a ser básicamente las mismas con independencia de su raza o tamaño, es cierto que hay que tener en cuenta algunas consideraciones en las que la talla sí importa.
En concreto, cuando nos enfrentamos a la crianza de un cachorro de raza grande, aquellos que de adultos van a superar los 25 kg de peso, debemos prestar atención a aspectos como la alimentación, el ejercicio o la educación para evitar problemas.
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Crecimiento lento
En general, hacia el año de vida consideramos que los perros han completado su etapa de cachorros y pasan a tratarse como adultos. Pero en los perros de las razas más grandes este período se alarga. Así, en líneas generales, estos perros prolongan su crecimiento hasta unos 18-24 meses. La primera repercusión la encontraremos en su nutrición.
Además, el crecimiento de su esqueleto es rápido, lo que puede dar lugar a algunas patologías que se relacionan con la sobrecarga que provoca el aumento temprano de la masa muscular, como la displasia, la osteocondrosis o la osteodistrofia hipertrófica. Hay que tener en cuenta un detalle sobre los huesos de los perros de razas grandes.
Y es que estos poseen una menor densidad ósea que los de los perros de talla pequeña. En estas condiciones, un aumento de peso rápido agrava la sobrecarga. Es importante anotar el peso regularmente, al menos al principio, para controlar tanto el exceso como el defecto. Se pueden aprovechar las visitas al veterinario para desparasitación y vacunas.
La alimentación para un cachorro de raza grande
Todos los perros van a presentar unas necesidades nutricionales similares en las que no va a influir el tamaño. Pero en los perros grandes, debido a las características de su crecimiento, la alimentación tendrá algunas particularidades. Hay que tener en cuenta que una dieta inadecuada durante el crecimiento se relaciona con enfermedades musculares y esqueléticas.
También influye la actividad física. Existe la tendencia a sobrealimentar a este tipo de perros, pensando que es mejor cuanto más coman, y a suplementar con calcio. Y es cierto que, lógicamente, van a necesitar más comida que un cachorro mini, pero sin que eso suponga un exceso de calorías.
En ellos el excedente no se acumula en forma de grasa, sino que lo utilizan para crecer más rápido, con el consiguiente problema para su esqueleto, que no está preparado. Por eso, más que la cantidad debemos fijarnos en la calidad de la dieta. Se recomienda repartir la ración en unas tres tomas al día y utilizar comederos regulables en altura.
Nutrición en razas grandes
En líneas generales, hay ciertas recomendaciones a seguir para escoger una buena alimentación para este tipo de perros. Lo que se pretende es un crecimiento equilibrado. El alimento debe estar compuesto por:
- Proteínas de alta calidad.
- Cantidad moderada de grasas.
- Glucosamina y condroitina para favorecer el cuidado de las articulaciones.
- Calcio y fósforo en relación 1:1 o 2:1. Un desequilibrio podría causar deformaciones esqueléticas y la deficiencia de otros nutrientes. A pesar de los mitos, estos perros no necesitan más calcio que otros y ya vemos que proporcionarlo a modo de suplemento es fuente de problemas.
- CLA o ácido linoleico conjugado, que se asocia con una reducción de la grasa corporal y un aumento de los niveles de proteínas.
¿Mejorar la dieta con complementos alimenticios?
Así como es habitual ofrecer a los cachorros de razas grandes mucha comida, también está extendida la idea de que hay que suplementarlos para evitar problemas en el crecimiento. Pero lo cierto es que podría ser contraproducente.
Por eso, en ningún caso hay que suplementar por nuestra cuenta. Si nos parece que el cachorro presenta alguna carencia nutricional siempre hay que acudir al veterinario, que es el profesional encargado de diagnosticar y tratar.
Ejercicio para cachorros de razas grandes
Los cachorros de raza grande realizarán ejercicio como cualquier otro perro. Paseos, carreras y juegos son imprescindibles para su bienestar. Pero sí hay que tener la precaución de vigilar que no salten desde o hacia lugares elevados ni se levanten sobre sus patas traseras con frecuencia.
Son factores que contribuyen a desencadenar síntomas de displasia de cadera, patología a la que las razas grandes son más propensas. Por supuesto, cualquier cojera o molestia es motivo de consulta veterinaria.
La educación de los cachorros de raza grande
Todos los perros requieren socialización y educación, pero estas necesidades serán mucho más evidentes en los cachorros que en poco tiempo van a adquirir un gran tamaño por una simple cuestión de manejo. Que un Chihuahua tenga la manía de saltar sobre nosotros para saludarnos puede hacernos gracia. No será así si nuestro perro es un Gran danés.
También poseen más fuerza y los daños que puede provocar un perro desobediente si se escapa o muerde a alguien, generalmente van a incrementarse según su tamaño. De ahí que resulte fundamental su educación, que debe iniciarse desde la época de cachorro.
Problemas de salud en cachorros de raza grande
Estos cachorros necesitan las mismas desparasitaciones y vacunaciones que cualquier otro. Pero, como es más frecuente que vivan o pasen tiempo en el exterior del hogar, se hace necesario incidir especialmente en la desparasitación.
Estarán más expuestos tanto a parásitos de todo tipo como a las enfermedades que estos pueden transmitir cuando actúan como vectores. Ejemplos cada vez más diagnosticados son la filariosis o la leishmaniosis.
Bibliografía
Carlson y Giffin. 2002. Manual práctico de veterinaria canina. Madrid. Editorial el Drac.
Sagarra, Natalia. 2019. La alimentación de los grandes. Ateuves nº 77. pp. 16-17.
Villagrasa, María. 2017. El calcio en la dieta. Ateuves nº 66. pp. 14-16.