A diferencia de las personas, los perros tienen tres párpados, dos de ellos están cubiertos de pelo y los vemos a simple vista (inferior y superior), y el tercero se encuentra “escondido” bajo los párpados y no es visible en condiciones normales.
En algunas ocasiones, este tercer párpado puede hacerse visible apareciendo desde la zona del lagrimal como una membrana fina de color blanquecino rosáceo que cubrirá parte de la superficie del ojo. Veamos cuales son los principales problemas que puede causar este tercer párpado y qué solución tienen.
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¿Qué es el tercer párpado de los perros?
Los perros, además de los dos párpados visibles (superior e inferior), poseen un tercer párpado llamado membrana nictitante.
Este párpado adicional, es una membrana fina de tejido conjuntivo que se encuentra en el canto medial del ojo, escondida bajo los párpados. No está cubierta de pelo como los otros dos párpados, ni posee musculatura, pero sí tiene una glándula lacrimal llamada glándula de Harder.
En condiciones normales, el tercer párpado del perro no es visible, pero puede exteriorizarse en determinadas circunstancias y hacerse visible como una membrana de color blanquecino rosáceo que cubrirá parte de la superficie del ojo.
¿Para qué sirve el tercer párpado de los perros?
El tercer párpado o membrana nictitante tiene dos principales funciones en el perro:
- Función protectora: Cuando una partícula extraña entra en el ojo del perro, el globo ocular se retrae hacia la órbita y el tercer párpado aparece cubriendo parte de su superficie; esta membrana puede ayudar a remover los cuerpos extraños por un efecto de arrastre, como si fuera un limpiaparabrisas, siendo un mecanismo reflejo para evitar lesiones oculares. También puede exteriorizarse en caso de que existan alteraciones en el ojo, como conjuntivitis o úlceras, actuando como una capa protectora hasta que la lesión se resuelva.
- Función hidratante: El tercer párpado posee una glándula lacrimal (glándula de Harder) que es responsable de en torno al 40% de la producción total del lagrimeo, por ello, es fundamental para mantener un correcto grado de hidratación en el ojo.
¿Cuándo se hace visible el tercer párpado?
Como hemos visto, la membrana nictitante se exterioriza cubriendo la superficie del ojo como mecanismo de defensa ante irritaciones o alteraciones que puedan causar daño en los ojos.
De modo que si observamos el tercer párpado en nuestro perro, es muy probable que tenga alguna partícula extraña en su ojo o una alteración/lesión ocular ya establecida (conjuntivitis, úlcera, etc.).
También es frecuente observar una exteriorización del tercer párpado en perros que tienen “malestar” o alguna patología general (proceso infeccioso, gastroenteritis, fiebre, etc.)
Es por ello, que el tercer párpado nos puede servir como una “alarma” indicativa de que nuestro perro puede estar sufriendo una alteración ocular o de su salud general.
¿Cuáles son las principales alteraciones del tercer párpado en perros?
Principalmente podemos describir tres procesos que afectan a la membrana nictitante en los perros:
- Protusión del tercer párpado
- Prolapso de la glándula de Harder u ojo de cereza
- Neoplasias del tercer párpado
¿En qué consiste la protrusión del tercer párpado?
La membrana nictitante en condiciones normales no es visible, y se exterioriza como mecanismo de defensa ante lesiones oculares o en situaciones de enfermedades generales como procesos febriles, gastrointestinales, etc.
Si observamos que en el ojo/os de nuestro perro aparece una membrana blanquecina rosácea desde el canto medial del ojo (zona del lagrimal) cubriendo parte de la superficie ocular, y pasan hasta 6 horas sin que esa membrana vuelva a su sitio y deje de ser visible, deberemos consultar con su veterinario, ya que, aunque no es una situación de urgencia, puede ser indicativo de que existe alguna alteración ocular o incluso de que nuestra mascota tiene alguna enfermedad general subyacente.
¿En qué consiste el prolapso de la glándula de Harder?
La membrana nictitante posee en su base una glándula secretora de lágrimas (glándula de Harder) que está fijada en su posición mediante bandas de tejido conjuntivo.
Si esta fijación es débil, puede producirse un prolapso de la glándula hacia el exterior, apareciendo una bolita rosada (masa) en la zona cercana al lagrimal del ojo.
Este tipo de alteración se conoce como ojo de cereza, y es un proceso que se observa con bastante frecuencia en la consulta veterinaria. Aunque puede darse en cualquier perro, hay ciertas razas que está predispuestas a padecer esta alteración: Bulldog, Bóxer, Sabueso, Beagle, Pequinés, Chihuahua, Cocker Spaniel, entre otras.
¿Cómo se trata el ojo de cereza?
Esta alteración ocular debe ser tratada por un veterinario lo antes posible, ya que puede causar alteraciones en el ojo como queratoconjuntivitis seca, al verse comprometida la producción de lágrimas.
Inicialmente se instaura un tratamiento tópico antiiflamatorio (colirio con corticoides), para disminuir el volumen de la zona afectada. Posteriormente, bajo anestesia, se procede a la reducción del prolapso (se reubica la glándula en su sitio) y a la fijación de la glándula mediante suturas para evitar que vuelva a prolapsarse.
Una vez finalizada la intervención, se debe establecer una terapia antibiótica y antiinflamatoria mediante la administración de colirios y evitar que el animal haga esfuerzos que puedan provocar tensión en la zona de las suturas. Es imprescindible colocar un collar isabelino para evitar que el perro se rasque la zona hasta su total recuperación.
Neoplasias del tercer párpado
Aunque los tumores de la membrana nictitante no son demasiado frecuentes, pueden presentarse especialmente en perros de raza grande y edad avanzada. El tumor más habitual es el melanoma y tiende a ser maligno con probabilidad de metástasis frecuente. Los tumores también pueden afectar a la glándula de Harder denominándose adenocarcinomas.
El diagnóstico de los procesos tumorales se realiza mediante aspiración con aguja fina para analizar las células integrantes y su tratamiento consiste en la escisión quirúrgica completa de la membrana nictitante. Se pueden emplear técnicas coadyuvantes como crioterapia, láser o radioterapia.
Como podemos ver, el tercer párpado tiene un rol muy importante en la salud ocular de nuestra mascota, de modo que si observamos alguna de estas alteraciones en nuestro perro no debemos dejarlas pasar, y hay que acudir lo antes posible a su veterinario, ya que el tratamiento precoz es la base para evitar daños oculares graves.
Bibliografía
Carlson y Giffin. 2002. Manual práctico de veterinaria canina. Madrid. Editorial el Drac.