La espondilosis anquilosante recibe varios nombres: espondilosis deformante, espondilosis osificante, pero quizá el más curioso es el de “picos de loro”.Un nombre muy curioso adquirido por la forma de la lesión que provocan.
Estas lesiones de forma tan característica aparecen sobre todo en la zona lumbar de la columna del perro, pero, ¿Qué son? ¿Por qué aparecen? Y sobre todo ¿qué hacer si mi perro lo tiene picos de loro? Te explicamos todos los detalles.
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¿Qué es la Espondilosis Anquilosante?
La Espondilosis Anquilosante es un proceso degenerativo de la columna del perro. Afecta al ligamento intervertebral y a las vértebras adyacentes. No es inflamatorio ni de carácter infeccioso. Se caracteriza por la aparición de osteofitos, estos son crecimientos de tejido óseo en la base de las vértebras, y debido a su forma se les dio el nombre de “picos de loro”.
Pero en los casos más graves estos “picos de loro” siguen creciendo, y acaban formando puentes entre dos o más vértebras, impidiendo la movilidad de ellas y en algunos casos afectando a la médula espinal o a las raíces nerviosas.
¿Por qué aparecen los picos de loro?
La causa es desconocida, pero se cree que la tensión acumulada en la zona podría causar micro-roturas en el ligamento intervertebral, propiciando la aparición de tejido fibroso y posteriormente la invasión de células óseas en las zonas de mayor estrés.
Lo que sí se ha probado, es que esta enfermedad afecta mayormente a las razas grandes y a los perros con sobrepeso, siendo más frecuente en el Bóxer, Gran Danés y algunas razas de pastoreo. Lo más común es que aparezca a partir de los 8 años de edad. También se ha descrito una prevalencia ligeramente superior en hembras, sobre todo si han tenido varias gestaciones, así como en perros deportistas.
¿Cómo saber si mi perro tiene Espondilosis Anquilosante?
Hay que destacar que esta enfermedad pasa desapercibida en muchas ocasiones, pero los perros que no tienen ningún síntoma, aunque tuvieran la enfermedad no necesitarían tratamiento. Sin embargo, los síntomas que podremos observar en otros muchos perros son:
- Rigidez, encorvamiento y dificultad para moverse.
- Dolor en la zona.
- Cambios de comportamiento asociados al dolor, como por ejemplo: menor energía, letargo, apatía, depresión e incluso agresividad.
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Si hay afectación de la médula puede aparecer una parálisis progresiva, paresia (parálisis parcial), ataxia (dificultad para la coordinación) o paraplejia.
Si observamos algún síntoma en nuestro perro es importante que sea evaluado por el veterinario. La radiografía de columna suele ser suficiente para confirmar o descartar la enfermedad. Pero para evaluar si la médula está afectada pueden ser necesarias otras pruebas complementarias como el TAC o la resonancia magnética.
¿Cuál es el tratamiento para los picos de loro?
Como hemos visto, si tu perro no tiene dolor ni ningún otro síntoma no necesita tratamiento médico, pero puedes seguir las recomendaciones de prevención al igual que los perros sanos: evitar el sobrepeso y la obesidad, ejercicio moderado y complementar su dieta con condroprotectores.
Por otra parte, los perros con dolor u otros síntomas necesitan tratamiento instaurado por su veterinario, que incluirá analgésicos, antiinflamatorios no esteroideos y condroprotectores, además de reposo y si es posible rehabilitación y fisioterapia.
Por último, los perros afectados más gravemente que presentan compresión medular o de una raíz nerviosa, necesitarán una cirugía descompresiva realizada por un especialista.