El lupus es una enfermedad autoinmune, lo que significa que se produce porque el sistema inmunitario del perro ataca al propio organismo. Como no siempre sucede de la misma manera, nos encontramos con dos presentaciones de la enfermedad.
En este artículo describiremos los síntomas del lupus, así como las características de las formas que esta patología puede manifestar en los perros. También es muy importante saber que existe tratamiento.
¿Qué es el lupus?
El lupus es una enfermedad de origen autoinmune que se debe al depósito de los denominados complejos inmunes en la epidermis, que es la capa superficial de la piel, o en diferentes órganos.
Los complejos inmunes son compuestos formados por la unión de anticuerpos, que son proteínas cuya función es reconocer patógenos, y antígenos, que es el nombre que reciben las sustancias ajenas al organismo que desencadenan la respuesta inmunitaria.
Por lo tanto, estos complejos son parte de la reacción habitual del sistema inmunitario pero, cuando se acumulan, como en el caso del lupus, originan la enfermedad. Provocan lesiones celulares y vasculares allí donde se depositen.
¿Qué causa el lupus en un perro?
Son factores predisponentes los rayos ultravioleta, algunas vacunas elaboradas con virus vivos modificados y causas genéticas, pero se desconoce cuál es el estímulo exacto que provoca la reacción en el sistema inmunitario. Por lo tanto, tampoco podemos adoptar medidas preventivas.
Se considera que existen algunas razas con mayor predisposición a padecer esta enfermedad. El collie, el pastor alemán o el husky sufren con mayor frecuencia el lupus eritematoso discoide.
Síntomas de lupus en un perro
El cuadro clínico que va a desarrollar un perro enfermo de lupus va a depender de si sufre la presentación sistémica o la cutánea de la patología. En cualquier caso, la aparición de signos como los siguientes deben hacernos buscar atención veterinaria:
- Lesiones como heridas y costras en la cara, los pabellones auriculares, las patas o los genitales. La localización varía según se trate del lupus sistémico o del discoide.
- Almohadillas engrosadas que pueden ulcerarse e incluso desprenderse.
- Picor.
- Dolor.
- Poliartritis, es decir, inflamación dolorosa en varias articulaciones que podremos apreciar como una cojera que va cambiando de articulación.
- Fiebre intermitente.
- Glomerulonefritis, que es una enfermedad que afecta a los glomérulos, las unidades de filtrado de los riñones.
- Anemia.
- Estomatitis ulcerativa por la que se producen úlceras en la boca.
- Paroniquia, una infección en la piel que rodea las uñas.
- Onicomadesis, que es la caída de las uñas.
Lupus eritematoso discoide o cutáneo
Se trata de una forma de lupus benigna y bastante común que solo va a afectar a la piel, en concreto a la de la cara. Suele comenzar por una pequeña lesión sobre la nariz/trufa donde la piel ha perdido la coloración o, al contrario, está enrojecida. Esta primera lesión avanza hasta formar heridas y, al secarse, costras.
Podemos notar que las lesiones empeoran cuando al perro le da la luz del sol. Atendiendo a todos estos datos el veterinario puede llegar al diagnóstico de lupus, ya que la localización de las lesiones constituye una buena pista. El tratamiento comprende la administración oral y tópica de corticoides, vitaminas, inmunosupresores y antibióticos.
Lupus eritematoso sistémico
En esta presentación el trastorno autoinmune es multisistémico, es decir, va a afectar a distintos órganos. Por eso su cuadro clínico puede ser muy diferente en cada perro, lo que dificulta y puede retrasar su diagnóstico. En algunos casos, en cambio, los síntomas apuntan hacia el lupus, que se confirmará con estudios de laboratorio.
Suelen verse dañados, además de la piel, los riñones, el corazón y las articulaciones. La cojera o un andar extraño aparece numerosas veces como primer síntoma. El veterinario solicitará análisis de sangre y orina y la determinación de los anticuerpos antinucleares (ANA), que son los que confirman la existencia de una enfermedad autoinmune.
Los ANA se producen cuando el sistema inmunitario no es capaz de distinguir bien entre elementos propios o ajenos, precisamente lo que sucede en el lupus. Para el tratamiento el veterinario prescribirá inmunosupresores sistémicos en un intento de frenar la reacción del sistema inmunitario.
¿El lupus canino se cura?
Esta enfermedad, como hemos visto, se trata, pero el pronóstico va a depender del tipo de lupus que presente el perro. En el caso del sistémico será reservado, sobre todo a largo plazo. En cambio, el discoide suele poder tratarse con éxito.
Hay que tener en cuenta que el tratamiento de la enfermedad puede ser de por vida. En general, al inicio se utilizan dosis altas de fármacos. Estas van a ir disminuyendo hasta dar con la mínima posible para mantener al perro con una buena calidad de vida pero con los menores efectos secundarios.
Además, impediremos que el perro se lama los fármacos tópicos, de ser el caso, y debemos protegerlo del sol. Para ello podemos emplear productos tópicos que nos recomendará el veterinario. El contacto con la luz ultravioleta empeora considerablemente el cuadro clínico.
Bibliografía
Carlson y Giffin (2002): Manual práctico de veterinaria canina. Madrid: Editorial el Drac.
Página web del dermatólogo veterinario Juan Rejas: http://dermatologiaveterinaria.unileon.es/