La neosporosis canina es una enfermedad parasitaria que recibe su nombre del protozoo Neospora caninum que la causa. De entre los perros, va a afectar sobre todo a los cachorros.
Se caracteriza por una sintomatología neuromuscular que suele provocar parálisis que se inicia en las patas traseras y que puede progresar. Es una patología que incluso llega a resultar fatal, de ahí la importancia de acudir al veterinario e iniciar pronto el tratamiento.
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¿Qué es la neosporosis?
La neosporosis es una patología que causa un parásito, en concreto un protozoo llamado Neospora caninum. Para sobrevivir debe alojarse en el interior de las células de los animales a los que parasita, que son sobre todo perros, pero también bovinos. Esto es importante tenerlo en cuenta para la prevención.
Al principio se trató como un nuevo género de coccidio, que, además, se encontró en los perros, de ahí su nombre. El descubrimiento se produjo en concreto, en cachorros que manifestaron parálisis y finalmente la muerte.
Pero al poco tiempo se descubrió también en bovinos. La neospora tiene preferencia por atacar al sistema nervioso central, de ahí la sintomatología típicamente neurológica y muscular.
El ciclo de la Neospora caninum
A día de hoy se ha establecido que los animales hospedadores definitivos de la neospora son los perros, los coyotes, los dingos y los lobos grises. Pero también se sabe que, para que este protozoo pueda completar su ciclo vital, necesita de la presencia de los denominados hospedadores intermediarios.
Son rumiantes, ungulados silvestres, roedores y aves. Cuando un perro está infectado por la neospora elimina el parásito en sus heces. De esta forma llega la contaminación a las aguas, a los pastos o a las camas que se le ponen al ganado.
Así se produce el contagio. A su vez, si un perro consume algún producto contaminado del ganado o de cualquier otro de los hospedadores intermediarios, como puede ser una placenta, se infestará.
Síntomas de neosporosis en perros
La neosporosis no es una enfermedad muy frecuente. El signo que nos puede hacer sospechar de su presencia es la parálisis de las patas traseras. Aunque este síntoma es común a otras enfermedades, si estas se descartan y estamos ante un perro joven, debe valorarse la neosporosis. Pueden detectarse otros síntomas como los siguientes:
- Trastornos neuromusculares que, en general, muestran una rápida progresión.
- En este ámbito, el signo más común es la parálisis de las patas traseras, que va a seguir un patrón ascendente.
- Dificultad para tragar.
- Parálisis de la mandíbula.
- Flacidez y atrofia muscular.
- Fallo cardíaco.
- Miocarditis o inflamación del músculo cardíaco.
- Neumonía.
- Polimiositis o inflamación de fibras musculares y piel.
- Incremento del tamaño del hígado.
- Convulsiones.
- Modificaciones del comportamiento.
- Decaimiento.
- Anorexia.
- Dermatitis, que se relaciona con la inmunosupresión que sufre el perro enfermo, aunque es un síntoma infrecuente.
- En ocasiones, los perros portadores de neospora van a permanecer asintomáticos. Estos ejemplares podrían mostrar el cuadro clínico descrito si, por cualquier circunstancia, su sistema inmunológico se ve debilitado.
¿Cómo se transmite la neosporosis?
Además del contacto con agua o con restos contaminados, las hembras pueden contagiar directamente a sus cachorros. No se sabe con exactitud cómo se produce esta transmisión. La enfermedad en los perros así contagiados se manifiesta con mayor gravedad.
¿Qué perros enferman de neosporosis?
Todos los perros son susceptibles de contraer neospora, pero se ha visto una mayor incidencia en los menores de un año. También presentarán más riesgo aquellos ejemplares en contacto con el ganado o con cualquiera de los otros hospedadores intermediarios.
¿Cómo se diagnostica la neosporosis?
Al tratarse de una enfermedad poco común, suelen barajarse antes otras patologías. Solo cuando se consiguen descartar estas, se piensa en la posibilidad de una neosporosis. Otras veces, sobre todo si el perro se considera perteneciente a un grupo de riesgo o se produce una parálisis ascendente, puede sospecharse directamente de neosporosis.
Existe un test rápido para confirmar o descartar este parásito. También es habitual realizar una analítica de sangre para tener una información general sobre el estado del animal. Los parámetros hepáticos pueden verse alterados.
¿Cuál es el tratamiento de la neosporosis?
Para tratar esta enfermedad el veterinario va a prescribirnos fármacos antiprotozoarios, para eliminar el parásito. También se recetan antibióticos, sobre todo para evitar infecciones secundarias oportunistas.
No existe ninguna vacuna que pueda ayudar en su prevención. Para minimizar riesgos podemos impedir, en lo posible, el contacto del perro con los hospedadores intermediarios o con los restos potencialmente contaminados.
Pronóstico de la neosporosis
Es una enfermedad tratable, pero debemos tener en cuenta que, a pesar del tratamiento, no todos los perros afectados consiguen superarla. El fallecimiento se produce por complicaciones respiratorias, cardíacas o hepáticas.
El pronóstico va a depender, en gran medida, del momento en el que se inicie el tratamiento. También influyen las características de los daños que ya haya causado la neospora. En general podemos decir que este es reservado.
Bibliografía
Dubey y Lindsay (1993): Neosporosis. Parasitology today, 9 (12): 452-458.