Uno de los grandes misterios para todas las personas que tienen un perrito por primera vez es conocer el motivo por el cuál el perro lame las paredes o incluso se las come, creando unos grandes agujeros en ellas.
Desde SoyUnPerro vamos a explicar cómo identificar el motivo por el cual los perros tienen este curioso comportamiento y cuáles son las soluciones más sencillas y efectivas.
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Lamer las paredes por carencias nutricionales
Puede sonar extraño en un principio pero es una de las principales causas por las que los perros tienen este tipo de extraño comportamiento. Cuando su organismo detecta una carencia de ciertos nutrientes tales cómo determinados minerales, el perro suele buscarlos en otro lado de forma instintiva.
Aunque no creamos, los piensos que se venden en grandes centros comerciales son a niveles generales piensos de muy mala calidad. Están elaborados con materias primas de bajo valor nutricional que terminan desencadenando grandes carencias en el organismo de nuestro perro.
Utilizar un pienso de buena calidad solucionará el problema a medio plazo, ya que el perro necesitará unas semanas para recuperar las carencias. No pienses que cambiando el pienso su comportamiento cambiará en dos días… debes esperar al menos tres o cuatro semanas.
Ansiedad o estrés
Este es otro de los motivos más comunes cuando se trata de conocer el origen del mal comportamiento del perro. Cuando un perro se come una pared también puede ser por aburrimiento, ansiedad o estrés.
Es muy común dejar a los perros solos en casa durante largos periodos de tiempo, porque tenemos que ir a trabajar, a llevar a los niños al colegio, a realizar la compra o porque simplemente queremos ir a cenar con nuestra pareja.
Es muy habitual que un perro padezca estrés por separación cuando lo dejamos solo en casa, ya que ellos sentirán que se quedan abandonados y no saben si volveremos. Por ello es importante enseñarles a quedarse solos desde que son cachorros, comenzando con plazos de tiempo muy breves y aumentándolos progresivamente conforme crezcan.
Los perros que no salen a pasear o a hacer ejercicio, quemando así su energía, también lamerán las paredes y las romperán, ya que deben liberar ese exceso de energía que tienen para poder estar tranquilos. El exceso de energía no gastado termina generando estrés en el perro.