¿Por qué los perros siempre quieren comer?

¿Tu perro te parece un saco sin fondo? Es decir, ¿sientes que podría pasarse todo el día comiendo sin parar? ¿Engulle todo lo que le das en cuestión de segundos? ¿Te pide comida siempre e incluso la roba al más mínimo despiste?

Si te identificas con estas situaciones, este es tu artículo. Vamos a hablar de esos perros glotones capaces de engullir incluso hasta enfermar. Veremos si es normal y qué podemos hacer para controlar este apetito desmedido.

¿Cómo comen los perros?

En primer lugar, conviene tener presente cómo era la alimentación ancestral de los perros. Estos animales tenían que cazar para comer y además vivían en manadas. Esto quiere decir que, cuando se conseguía una presa, lo que sucedería con mayor o menor frecuencia en función de las circunstancias y la pericia, había que aprovechar.

Salvo que fuese una pieza pequeña, tipo conejo, los animales más grandes serían devorados por toda la manada, lo que implicaba la necesidad de comer rápido y todo lo posible. Los perros actuales comen en nuestras casas todos los días y algunos incluso disponen de alimentos a demanda, a su disposición todo el día. Pero la naturaleza sigue presente.

Esto significa que están adaptados a consumir grandes cantidades de comida de una sola vez. Justo al contrario que los gatos. Por eso se suele decir que los felinos se autorregulan, mientras que los perros, en general, son incapaces de controlarse y comerán todo lo que les ofrezcamos al momento. De ahí la importancia de vigilar su alimentación.

El instinto canino de caza

Como sabemos, para los perros el olfato es el sentido fundamental. Esto implica que recibirán intensamente todos los olores que desprenden nuestros alimentos. Estos tendrán un atractivo especial porque normalmente son solo para nuestro consumo. Ellos nos ven como sus referentes y, por lo tanto, están deseando probar lo que comemos.

Esto lleva a algunos perros a estar en una constante alerta. El ejemplar que no se suba a la mesa acudirá a recoger cualquier trocito que se caiga de nuestro plato, lo que demuestra su interés. Aunque tenga la barriga llena sigue sintiendo en su interior que tiene que comer hasta no poder más, por si acaso. Para sobrevivir.

De todas formas hay diferencias entre el perro que ocasionalmente come algo del suelo y aquel que, insistentemente, busca hacerse con comida. Es el que se sube a la mesa o a nuestras piernas, rebusca en el cubo de la basura o incluso roba lo que puede directamente de las mesas o encimeras. Veremos si se trata de un problema.

Cómo dar de comer a un perro

En primer lugar, si nos ha tocado un perro que más parece una aspiradora, tenemos que revisar sus hábitos de alimentación. ¿Le estamos dando una comida de calidad? ¿Recibe la cantidad suficiente? ¿Cuántas veces al día come? ¿Le ofrecemos alimentos de nuestro plato? Los perros son animales de rutinas así que el primer paso es establecer un horario.

Los perros adultos pueden comer 1-3 veces al día. Siempre a la misma hora para que sea previsible para él. Es decir, si come por la mañana a la vuelta del paseo, ya sabe qué esperar y no estará todo el día pendiente de su ración. Por otra parte, la idea es ponerle el comedero y retirarlo pasados unos minutos. Pero dáselo solo si está tranquilo.

Igual de importante es que no le ofrezcas comida de tu plato. Tiene que saber dónde está y cuál es su comida. Si mientras comes repartes con él, lo tendrás pidiendo siempre por el factor de previsibilidad. Es decir, como a veces le das y otras no, te pedirá permanentemente por si acaso. Puedes premiarlo con comida, pero en momentos puntuales.

La comida como refuerzo

Si tu perro es un ansioso con la comida, te pide continuamente y alguna vez le das, no solo haces que reclame alimento siempre que te vea porque no sabe si tu respuesta va a ser positiva o negativa. Además pedirá con más ganas porque el trocito que le das le ha servido como refuerzo positivo para afirmarle en que su conducta le reporta beneficios.

Por lo tanto, corta sus ansias escogiendo para él una comida de calidad en cantidad adecuada, estableciendo un horario y no dándole nada fuera de su ración. Pero, ¿y si te pone ojitos? Puedes darle premios comestibles, claro que sí, pero inclúyelos en el horario. Por ejemplo, todos los domingos al volver del paseo nocturno le das una galleta.

Perro con ansiedad por la comida

De todas formas, una actitud ansiosa con la comida puede señalar alguna carencia a nivel psicológico. En ese caso, examina la vida que lleva tu perro. ¿Hace suficiente ejercicio? ¿Pasa tiempo acompañado? ¿Le das estímulos suficientes? Si la respuesta a alguna de estas preguntas es negativa, tienes que ponerle remedio.

Además, hay que tener en cuenta otro factor en los hogares con más de un perro: la competencia por los recursos. Notarás que aunque cada uno coma en su comedero estarán pendientes del otro. Comerán con ansia e incluso intentarán hacerse con la comida del otro si tienen oportunidad. Encárgate de darles a la vez y de vigilar que cada uno coma lo suyo.

Pero un deseo desmedido por comer que surge en un perro que hasta el momento no había manifestado tal ansia puede indicar que sufre alguna enfermedad. Por ejemplo, la diabetes aumenta el apetito en sus etapas iniciales y también puede comer con tremenda ansiedad un perro con problemas de malabsorción. En estos casos lo primero será acudir al veterinario.

Comederos antiansiedad

Por último, si nuestro perro está sano podemos recurrir a ofrecerle el alimento en un comedero especial contra la ansiedad. Está pensado para que tarde más tiempo en comer y tenga que esforzarse para hacerse con la comida porque se dispone entre diferentes relieves. Es también una buena forma de proporcionarles estimulación.

Bibliografía
Carlson y Giffin. 2002. Manual práctico de veterinaria canina. Madrid. Editorial el Drac.
Morris, Desmond. 1988. Observe a su perro. Barcelona. Plaza & Janés.

María Besteiros

Auxiliar Técnico Veterinaria y presidenta de una protectora de animales. Desde niña mis intereses giraron alrededor de los animales, la lectura y la escritura, por eso me formé para ejercer como ATV y me doctoré en Filoloxía Galega. Además, estoy vinculada a la protección animal a través de protectoras. En la actualidad soy casa de acogida de siete perros y cinco gatos. Escribir sobre perros es una forma de compartir los conocimientos que he adquirido sobre ellos a lo largo de los años, a la vez que me permite unir mis profesiones.

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