Para saber por qué tu perro se lame la boca tienes que fijarte en el contexto. No es lo mismo el lamido cuando estás a punto de darle la comida que cuando acaba de hacer un ejercicio intenso o está enfermo.
A continuación vamos a repasar las situaciones más habituales en las que veremos a nuestro perro lamerse la boca. Quizás lo más llamativo es que este lamido se incluye entre las señales comunicativas, comencemos.
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Las etapas de la digestión de los perros
Una situación muy común en la que veremos que nuestro perro se lame la boca es cuando espera recibir comida. No importa si le vamos a dar su comedero o, simplemente, está oliendo lo que preparamos para nosotros. Notaremos que este comportamiento comienza en cuanto sabe que le toca comer.
Los perros son animales de rutinas y enseguida aprenden cuándo los vamos a sacar a pasear, a llevar al veterinario, salimos de casa o es hora de comer. Se anticipan y, como el sistema digestivo se inicia en la boca, comienzan a producir saliva. Veremos que se lamen la boca y se baban. Es un reflejo condicionado, como demostró Pávlov.
En su experimento hacía sonar un metrónomo en el momento en el que les daba el alimento a varios perros. Tras unas cuantas repeticiones los perros empezaban a salivar solo con oír el metrónomo, sin que se les diese comida. Por lo tanto, el lamido de la boca es completamente normal cuando el perro intuye que va a comer.
Señales caninas de calma
Un significado mucho menos evidente para el lamido de la boca se encuentra en la comunicación. Los perros no hablan, pero, en su lugar, despliegan una gran cantidad de señales a nivel visual, auditivo, gestual y olfativo.
Todo este lenguaje se ha desarrollado tanto para comunicarse con sus congéneres como con las personas. El lamido de la boca se incluye entre las conocidas como señales de apaciguamiento. Son las que emite el perro cuando se siente incómodo. Se encuentra en una situación de la que quiere salir sin sufrir ningún daño.
En palabras humanas lo podríamos traducir como «por favor, para y déjame tranquilo». Por ejemplo, tu perro puede hacer este gesto si lo acaricia una persona desconocida. Otras señales de apaciguamiento o calma son bostezar y apartar la cara.
La ansiedad en los perros
Las señales de apaciguamiento son normales, pero si lamerse la boca se convierte en un hábito compulsivo estamos ante un problema de conducta que refleja ansiedad y estrés. En estos casos podrán ayudarnos los veterinarios especialistas en comportamiento canino o los etólogos.
Cuando un perro está nervioso instintivamente tendemos a tocarlo y acariciarlo para tranquilizarlo. Pero lo que interpreta el perro es que estamos premiando ese comportamiento alterado. Así, sin querer, lo estamos reforzando. Por eso para combatir la ansiedad lo recomendable es mejorar las condiciones de vida del perro.
Hay que ofrecerle estímulos tanto a nivel físico como mental, así como premiar las conductas que queremos instaurar. Los especialistas podrán darnos pautas específicas para el caso de nuestro perro.
Regulación de la temperatura corporal en los perros
Los perros no cuentan con la cantidad de glándulas sudoríparas de las que sí disponemos los humanos. Por eso han tenido que desarrollar otro sistema para regular su temperatura corporal: el jadeo. Cuando los perros están acalorados abren la boca y sacan la lengua. De esta forma favorecen la evaporación y el descenso de temperatura.
Para acelerar el proceso es frecuente que beban y que se pasen la lengua por los labios repetidas veces. Así mantienen la lengua muy mojada, asegurando una correcta evaporación. En circunstancias normales el perro jadeará tras realizar un ejercicio intenso o cuando tiene calor. En unos minutos habrá conseguido regular la temperatura.
Pero este método presenta una pega: si hace mucho calor en el ambiente, el perro no logrará refrescarse. Por eso si el jadeo es muy intenso o no remite, tenemos que trasladar al perro a un lugar a menor temperatura. De lo contrario corremos el riesgo de que sufran un golpe de calor. Se trata de una urgencia veterinaria que puede resultar mortal.
Síntomas de enfermedades en el perro
A veces el perro se lame la boca porque no está bien. Al igual que nosotros, puede sufrir náuseas y arcadas. En esos casos se lamerá la boca en repetidas ocasiones, puede hipersalivar y llegar a contraer con fuerza el estómago como si fuese a vomitar, aunque no siempre lo consiga. Hay un buen número de patologías que pueden cursar con arcadas.
Y no solo tienen un origen digestivo, ya que si, por ejemplo, el perro se traga algún objeto como un hueso o un juguete y se le queda alojado en algún punto de la garganta, las arcadas aparecerán en un intento de expulsarlo. También puede frotarse con fuerza con las patas delanteras en la boca, como para sacarse el objeto.
Que un perro tenga náuseas y vomite alguna vez no es preocupante. Pero si hay otros síntomas, los vómitos son frecuentes o contienen sangre, hay que acudir al veterinario. Por otra parte, cualquier lesión en el hocico puede hacer que el perro se lama repetidas veces. Las lesiones leves se solucionarán solas. Si no remiten hay que llamar al veterinario.
Bibliografía
Carlson y Giffin. 2002. Manual práctico de veterinaria canina. Madrid. Editorial el Drac.
Morris, Desmond. 1988. Observe a su perro. Barcelona. Plaza & Janés.