Algunos perros eliminan cantidades de orina más o menos pequeñas en determinados momentos, como cuando los acariciamos o reciben a una visita. En estos casos podemos pensar que se trata de una incontinencia urinaria de origen psicológico.
Pero hay otras causas de incontinencia que conviene conocer para poder descartar que detrás de la pérdida de orina de nuestro perro se encuentre algún problema físico. A continuación explicamos motivos de incontinencia y cómo solucionarla.
- También te puede interesar: Cómo corregir a un perro correctamente
Razones de la incontinencia urinaria en perros
La incontinencia urinaria se define como la pérdida del control de la evacuación de orina. Hay varios tipos de incontinencia que pueden afectar a nuestro perro. Estos son los datos a tener en cuenta para diferenciarlos:
- Incontinencia por déficit hormonal: la produce un déficit de estrógenos en las hembras y de testosterona en los machos. Esto hace que se pierda tono muscular. La pérdida de orina se produce cuando el perro se relaja o se duerme. Puede solucionarse administrando hormonas.
- Incontinencia neurogénica: es la que aparece cuando hay una lesión en la médula espinal, una infección o un tumor que interfiere con los nervios encargados de controlar la vejiga. Esta se llena hasta que el esfínter no resiste y la orina sale como un goteo incontrolado. Es difícil de tratar.
- Incontinencia por hiperdistensión de la vejiga: se debe a una obstrucción parcial de la vejiga debida a cálculos en la uretra, tumores o un estrechamiento. Hay que tratar la causa, poner un catéter en la vejiga mientras esta no recupera su tono y prescribir los fármacos necesarios.
- Insuficiencia renal: los perros con este problema eliminan más orina de lo normal, por eso pueden orinarse en casa si no tienen todas las oportunidades de salir a la calle que necesitan. Se trata con una alimentación específica, una buena hidratación y los fármacos adecuados a la sintomatología del perro.
- Micción por sumisión: también conocida como incontinencia por estrés, es la que presenta el perro cuando está alterado, inquieto o estresado. Por eso puede haber una eliminación de orina cuando lo acariciamos o ante desconocidos. De ella trataremos en este artículo.
También se barajan otras causas de incontinencia como los uréteres ectópicos o las adherencias pélvicas. Estos uréteres provocan un drenaje continuado de orina en la vagina porque no terminan en la vejiga. Las adherencias pélvicas suceden poco después de la castración. Ambas afecciones se pueden resolver mediante intervención quirúrgica.
Micción por sumisión en perros
Descartado el origen físico de la incontinencia urinaria, lo que puede hacer el veterinario, la micción por sumisión es un problema relativamente frecuente en los perros, sobre todo en los cachorros. Lo que sucede es que se produce una liberación involuntaria de orina por la contracción de los músculos de la pared abdominal.
También se relaja la musculatura que repercute sobre la uretra. Esto sucede, por ejemplo, cuando el perro se altera, está nervioso o muy estresado. Como resultado, el perro elimina pequeñas cantidades de orina. Así, puede orinarse cuando lo llevamos al veterinario o se inquieta si se le aproxima algún desconocido.
¿Por qué mi perro se orina si lo acaricio?
Que nuestro perro se altere en la consulta del veterinario o, en general, en situaciones desconocidas, tiene lógica. Pero nos puede resultar más difícil asumir que esta incontinencia se produzca cuando somos nosotros quienes lo acariciamos. Nunca pensamos que suponemos un factor de estrés para nuestro perro, pero lo cierto es que sí lo somos.
Cuando nos aproximamos a él el perro entra en un conflicto emocional. Se debate entre acercarse y alejarse. Nos reconoce pero, a la vez, somos unos extraños y grandes animales bípedos que muchas veces se acercan demasiado sin seguir el protocolo canino de cortesía. Por eso su reacción es mover la cola y, algunos, se orinan encima.
La importancia de socialización del perro
Algunos perros son más sensibles que otros a los estímulos externos. Esto puede estar influido por la socialización. Se denomina así a la etapa de la vida de los perros que transcurre desde las tres y hasta las doce semanas de edad. Es un período en el que el perro posee una gran capacidad para el aprendizaje y, además, desde una perspectiva positiva.
Por lo tanto, es la época idónea para exponerlo a diferentes situaciones, animales, personas, objetos, etc. Un perro correctamente socializado es más probable que reaccione de manera equilibrada a cualquier estímulo que se le presente a lo largo de toda su vida.
Por eso, si nuestro perro orina por estrés por una inadecuada socialización es conveniente que le proporcionemos una rutina diaria que le permita anticiparse a lo que va a pasar, de forma que se reduzca su estrés. Además, un veterinario especializado en conducta canina o un etólogo pueden darnos pautas para conseguirlo y mejorar el bienestar de nuestro perro.
Tratamiento de la incontinencia urinaria por estrés
Es posible tratar a estos perros con fármacos que ayudan a aumentar el tono de la uretra. Por supuesto, siempre prescritos por un veterinario. Pero, además, se pueden tener en cuenta una serie de medidas para intentar evitar estos episodios. Son las siguientes:
- Si se detectan las situaciones estresantes en las que el perro pierde el control de su vejiga, hay que evitarlas todo lo posible.
- Cuando no se puede, al menos hay que reducir la duración de estos momentos.
- Aprende a acercarte al perro. No lo mires directamente a los ojos, agáchate a su altura, ponte de lado y deja que sea él quien se aproxime.
- En ningún caso hay que reñirle. No lo hace a propósito, simplemente, no lo puede controlar. Además, los castigos van a asustarlo más, agravando la situación.
- Si cuando el perro se orina está muy nervioso, es mejor que lo ignores hasta que se tranquilice. De atenderlo en ese momento le estás transmitiendo que premias su comportamiento alterado. En cambio, recompénsalo cuando su actitud sea tranquila.
Bibliografía
Carlson y Giffin. 2002. Manual práctico de veterinaria canina. Madrid. Editorial el Drac.
Morris, Desmond. 1988. Observe a su perro. Barcelona. Plaza & Janés.