Vitamina C en perros

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Las vitaminas son micronutrientes esenciales, lo que quiere decir que, en general, el perro las tiene que consumir en su dieta en pequeñas cantidades. Son muy importantes porque participan en numerosas funciones vitales para el organismo.

Hemos dicho en general porque los perros son capaces de sintetizar ellos mismos la vitamina C. Esto contribuye a que su carencia sea rara, lo que supone otro punto en contra de la suplementación sin prescripción veterinaria.

La vitamina C

La vitamina C se considera un micronutriente esencial que el perro debe consumir en su dieta diaria. Pero en esta especie hay una particularidad a este respecto. La vitamina C se encuentra en dos formas. La primera y más popular se denomina ácido ascórbico. La segunda es el ácido dehidroascórbico.

Los perros son capaces de generar ácido ascórbico a partir de la glucosa. Muchas veces la cantidad que consiguen producir llega para cubrir sus necesidades, aunque puede haber excepciones que tendrán que completar la dosis con una dieta de calidad. Por otra parte, las vitaminas se dividen en dos grupos según se disuelvan en grasas o en agua.

La vitamina C pertenece al grupo de las hidrosolubles. Es decir, se disuelve en agua. Este es el motivo por el que no puede almacenarse en el organismo durante mucho tiempo. Se elimina por la orina. Por esto también, si hay una carencia, enseguida se apreciarán los síntomas, pues el organismo no tendrá reservas como para compensar la situación.

Importancia y funciones de la vitamina C en perros

La vitamina C cumple diversas e importantes funciones en el organismo del perro, lo que contribuye a su buen funcionamiento. Junto a otras sustancias es determinante para muy diversas acciones y aporta un gran número de beneficios. Destacamos los siguientes:

  • Formación de músculos, vasos sanguíneos, huesos y dientes, al relacionarse con el colágeno, componente de huesos, tejido conjuntivo y dentina. De hecho, también contribuye a la formación de colágeno.
  • Absorción de hierro.
  • Cicatrización de lesiones y, en general, tratamiento de dermatitis y alergias. También mejora hemorragias debidas a fragilidad de los capilares.
  • Antioxidante, combatiendo radicales libres, disminuyendo estrés y lesiones oxidativas y retrasando la degeneración del cartílago.
  • Prevención de la aparición de cálculos en el riñón y, en general, mejora del funcionamiento del sistema urinario.
  • Reducción de los signos clínicos de la displasia de cadera. Además, se considera que, junto a otras vitaminas y minerales, retrasa el avance de la artritis.
  • Estados de convalecencia o de estrés.

Cómo dar vitamina C a un perros

Lo mejor para asegurarnos de que nuestro perro consume la cantidad que necesita de vitamina C es alimentarlo con una dieta de calidad que mantendrá cubiertas todas sus necesidades nutricionales. Es recomendable valorar distintas opciones y quedarnos con la más adecuada en función de sus características.

El menú tiene que adaptarse a la etapa vital del perro y a sus condiciones de vida. En otras palabras, no come lo mismo un cachorro que un adulto ni un perro de trabajo que uno que se limita a pasear un rato al día. Además, dado el carácter carnívoro de los perros, el ingrediente fundamental, que ocupará el primer lugar de la lista, debe ser la proteína animal.

Eso sí, hay que tener en cuenta que la cantidad de vitamina C que contiene un pienso o una lata no siempre viene expresada en el listado de ingredientes. Si nos interesa conocerlo, tendríamos que preguntarle directamente al fabricante. Otra forma de aportar la vitamina C es recurrir al uso de suplementos. En este caso solo puede prescribirlos el veterinario.

Alimentos aptos para perros ricos en vitamina C

La dieta casera para alimentar a nuestro perro es una buena opción, siempre que el menú lo formulemos contando con las recomendaciones de un veterinario experto en nutrición canina.

De lo contrario podrían aparecer carencias. Si es nuestro caso o, simplemente, queremos añadir esta vitamina a la dieta de nuestro perro, estos alimentos tienen cantidades destacables de la vitamina:

  • Vísceras, entre las que destaca el hígado.
  • Frutas, como el limón, la naranja o la fresa, pero como muchos perros rechazan su consumo por resultarles demasiado ácidas, puede recurrirse a otras frutas más suaves como la papaya.
  • Verduras como, por ejemplo, el brócoli.
  • Perejil.

Complementos vitamínicos

Recuerda que si te parece que tu perro necesita más vitaminas, nunca tienes que darle suplementos por tu cuenta. Al contrario, hay que acudir al veterinario para que sea este profesional quien determine si hay o no una carencia.

De ser el caso recetará el suplemento más adecuado, así como la pauta de administración. La dosificación va a depender del formato del suplemento escogido por el profesional. La vitamina C se vende en líquido, en comprimidos o en inyectable.

El exceso de vitamina C

Al ser una vitamina hidrosoluble, es difícil que un exceso en su consumo resulte perjudicial, pues se va a eliminar en la orina. Cuando se alcanza determinada cantidad en el organismo, simplemente se evacúa. Por eso se la considera inocua o, al menos, de baja toxicidad.

Pero hay que tener en cuenta que esta eliminación del exceso va a acidificar la orina y también se han reportado diarreas en perros expuestos a dosis muy elevadas. En estos casos hay que suprimir el exceso y el veterinario tendrá que ocuparse de tratar los síntomas que se presenten.

Bibliografía
Nuviala, Javier (2015). «Qué ingredientes incorporan los alimentos comerciales». Revista Ateuves nº 1. pp. 16-23.
Olóndriz, Ibone (2017). «Manejo nutricional de los pacientes con enfermedad hepática». Revista Ateuves nº 37. pp. 12-15.
Sagarra, Natalia (2018). «Dieta para perros con problemas articulares». Revista Ateuves nº 69. pp. 14-17.
Villagrasa, María (2018). «Cóctel de vitaminas». Revista Ateuves nº 46. pp. 14-19.

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