A todos nos llama la atención los bigotes de nuestro perro. Sea cual sea su raza, todos los perros van a tener estos bigotes en su hocico. Estos pelos diferentes a los que cubren el resto de su cuerpo son más rígidos, gruesos y largos.
Además, cumplen unas funciones muy importantes para el perro. Las explicaremos a continuación para que no cometamos el error de cortárselos, una práctica innecesaria y totalmente desaconsejada.
¿Qué hace a los bigotes diferentes?
Los bigotes de los perros reciben también el nombre de pelos táctiles y no se limitan a tener una función estética. Esta denominación ya nos anticipa cuál va a ser su función, que no es otra que la de contribuir al sentido del tacto del perro, pero también complementan la vista y el olfato. Podemos entenderlos como parte de un sexto sentido.
Este tipo de pelo, al que también se conoce con el nombre de vibrisa, se encuentra en la zona de alrededor del hocico, incluyendo labios y mentón, pero también en un área más extensa que incluye la mandíbula y lo que en humanos serían las mejillas. Además, las vibrisas también están en las cejas.
Funciones de los bigotes del perro
Como parte de los órganos de los sentidos, los bigotes son muy importantes porque captan estímulos del entorno y los trasladan hasta el cerebro, que se encarga de responder a la información recibida de la manera adecuada.
Más en concreto, realizan tareas como las siguientes:
- Orientación. Las percepciones recibidas por estos pelos sirven para crear un mapa del entorno, teniendo en cuenta las distancias y las proporciones de los objetos presentes. Esta capacidad le resulta particularmente útil al perro en los ambientes más oscuros. Equivalen a nuestro caminar con los brazos extendidos de noche para no tropezar.
- Temperatura. Los bigotes son capaces de proporcionarle al cerebro información sobre la temperatura del entorno al captar las corrientes de aire.
- Protección. Las vibrisas situadas en las cejas contribuyen a proteger el ojo ya que, por su tamaño superior al de las pestañas, suponen una primera barrera de defensa ante cualquier objeto que suponga un riesgo de penetrar en el globo ocular.
¿Los bigotes de los perros se caen?
En lo que se asemejan los bigotes al resto de pelos del cuerpo es en su capacidad para caerse. De hecho, no es extraño que nos encontremos con alguno de estos pelos en cualquier lugar de la casa por donde haya pasado nuestro compañero canino. Por lo tanto, se trata de un proceso completamente normal.
¿Los bigotes de los perros crecen como el pelo del resto del cuerpo?
Al igual que los bigotes de los perros se caen como cualquier otro pelo, también pueden volver a crecer. Si descubrimos que a nuestro perro le ha caído alguno, se lo hemos cortado accidentalmente o está roto, no debemos preocuparnos. Crecerá en no mucho tiempo.
¿Se pueden cortar los bigotes de los perros?
Explicadas las particularidades de este tipo de pelos es evidente que no hay que cortar ni extraer los bigotes de nuestro perro, ya que interferiríamos en el desarrollo de sus sentidos. El perro tendría disminuida su eficacia y su capacidad a la hora de explorar su entorno. Los bigotes se caerán solos de manera natural, como cualquier otro pelo.
¿Se pueden tocar los bigotes de los perros?
Estos pelos se caracterizan por presentar una enorme sensibilidad, dado lo delicado de su función. Por lo tanto, aunque no pasa nada si los tocamos, algunos perros pueden sentirse incómodos si el contacto es demasiado intenso o continuado. Mejor evitarlo, especialmente en perros con los que no tenemos excesiva confianza.
¿Los bigotes encanecen cuando el perro envejece?
A partir de los siete u ocho años de edad, aunque varía en función del tamaño, los perros comienzan a presentar canas. El primer lugar donde notaremos su presencia es justo alrededor del hocico. Después se extienden a cejas y zona periocular. Si las canas aparecen antes de esta edad es posible que el perro padezca estrés.
De igual manera que nos sucede a los seres humanos, el pelo del perro encanece con la edad debido a un proceso fisiológico. La melanina es la sustancia encargada de colorear el pelo. Con el paso del tiempo el ADN falla en la fabricación de los melanocitos, que son las células que la producen. La consecuencia es la deficiente coloración, es decir, las canas.
El estrés influye en el encanecimiento porque las hormonas que eliminan los perros que se encuentran en ese estado también afectan a los genes que van a determinar la coloración. Por lo tanto, esto explica que los perros estresados puedan mostrar canas de forma muy temprana, algunos con tan solo un año de edad.