Con su ceño fruncido, su mandíbula prominente y un andar de lo más característico, los Bulldog se reconocen a la legua. Es verdad que su aspecto puede llegar a intimidar, pero nada que ver con su carácter sociable y amistoso.
Son tolerantes con los extraños, con los niños y hasta con otros perros. Tienen fama de grandes compañeros, pero… ¡ojo! Si se acomodan demasiado puede que ya no los levantes del sofá. Veamos en detalle todo lo relacionado con el Bulldog Inglés ¿Empezamos?
- También te puede interesar: ¿Cómo es un Bulldog Americano?
Características del Bulldog Inglés
Los Bulldog tienen un cuerpo ancho, poderoso y compacto. La línea superior de su lomo forma un arco distintivo en la variedad. El cuello es grueso y con dos arrugas de piel colgante en la garganta. Su espalda es corta y fuerte; el pecho profundo y amplio, con un tórax bien redondeado. El abdomen está marcadamente retraído hacia arriba.
Las patas delanteras son ligeramente más cortas que las traseras. Los hombros son anchos, con codos y rodillas bien apartados del cuerpo. Los pies tienen dedos compactos, mientras que la cola es redondeada, lisa y de inserción baja. No suele ser larga en exceso. Además, es gruesa en la base y se afina hacia la punta.
La cabeza es ancha y grande, con forma redondeada. La frente es plana y el rostro corto, con piel colgante especialmente en las mejillas. El hocico del Bulldog Inglés es respingado y ancho. Las mandíbulas son cuadradas y la inferior se proyecta superando la línea de la superior. Los ojos son redondos, de un tamaño mediano y tonos oscuros. Las orejas tienen forma de rosa.
En cuanto a su manto, la textura que tiene es fina, suave y brillante. Los tonos habituales son el atigrado, el rojizo, el leonado o el blanco; también es habitual ver ejemplares bicolores. Por ejemplo los tiznados, que son perros de un solo color con una máscara o el hocico en negro.
¿Cómo es el carácter del Bulldog Inglés?
Por lo general, son perros que disfrutan estando con las personas. Suelen desarrollar buenas relaciones con cada miembro del hogar y son pacientes con los niños, aunque no son los canes más juguetones del mundo. Prefieren ver los juegos desde lejos que participar de ellos. Cuando los niños se pongan pesados, se marcharán sin más.
Con otros animales tampoco tiene por qué haber ningún problema. Su temperamento pacífico hace que puedan convivir con perros y gatos. Ahora bien, pueden ponerse algo nerviosos con ejemplares que no conocen. Pese a ello, difícilmente se mostrarán agresivos.
A los perros de esta raza les encanta recibir mimos y acostarse en su rincón favorito mientras miras la televisión o los acaricias. Debido a su particular tipo de nariz, suelen roncar y hacer todo tipo de ruidos cuando están dormidos.
El entrenamiento puede presentar cierta dificultad. Es habitual que tarden en aprender, al ser algo testarudos. Por eso, debes tener mucha paciencia para repetir un concepto una y otra vez. Eso sí, una vez lo asimilan, lo respetarán siempre.
Los Bulldog ingleses son canes muy valientes y protectores con los suyos. No obstante, por su temperamento amistoso, no suelen ser buenos guardianes; tampoco están indicados para dar la alarma, pues no tienden a ladrar en exceso.
¿Qué cuidados precisan los canes de esta raza?
Esta variedad puede adaptarse a vivir en cualquier tipo de vivienda. Caseros como pocos, pueden pasar todo el día recostados. No obstante, es necesario realizar al menos una caminata diaria para que se mantengan en buen estado de forma. En casa no son muy amigos de las escaleras, ni de las piscinas.
Debido a su nariz chata, el calor excesivo les afecta particularmente. Durante las salidas, especialmente en época estival, debes vigilar que no presenten síntomas de acaloramiento o problemas para respirar. Un paseo en horas de mucho calor puede ser muy perjudicial – incluso letal- para un Bulldog Inglés.
El frío y la humedad excesiva tampoco son buenos. Si es invierno o llueve mucho, asegúrate de que están bien abrigados. No dejes que pasen muchas horas en el patio a solas; su lugar está contigo dentro de casa.
Pese a su tamaño, los Bulldog son increíblemente pesados y no cualquiera puede levantarlos del suelo. Además, es importante que cuides su dieta y procures que hagan ejercicio para que no excedan el peso recomendado.
Estos perros pierden cantidades moderadas de pelo. Un cepillado a la semana será suficiente para mantener la casa bajo control, aunque lo ideal es hacerlo cada tres días. También debes limpiar regularmente su rostro y el cuello con un paño mojado, revisando que no queden zonas húmedas entre las arrugas.
La gran cabeza de estos ejemplares puede dificultar el proceso de parto, por lo que las hembras a menudo requieren de cesáreas para poder traer al mundo sus camadas. Por eso, no dejes que una Bulldog dé a luz en tu hogar sin asistencia médica profesional.
Breve historia del Bulldog Inglés
Se cree que esta raza tiene su origen en Gran Bretaña, en el siglo XIII, durante el reinado del rey John. En esa época comenzaron a popularizarse las peleas de toros y perros, conocidas como “Bullbaiting”. En estos violentos espectáculos, los asistentes apostaban entre quien sobreviviría. Cabe mencionar que los ancestros del actual Bulldog eran mucho más grandes, robustos y feroces que los actuales.
Esta sangrienta actividad se prohibió en el siglo XIX. Algunos criadores apostaron por desarrollar líneas como el BullTerrier, el Stafforshirre o el American Pitbull, mientras que otros se centraron en que los ejemplares originales fueran aptos para el ambiente doméstico. Ya en el siglo XX, el BullDog se había convertido en uno de los perros preferidos de los hogares británicos, todo un ícono del decidido carácter inglés.
Curiosidades del Bulldog Inglés
En sus orígenes, el Bullbaiting tenía un propósito funcional: que las mordidas del perro hicieran la carne del toro más tierna para el consumo humano. Los Bulldog antiguos estaban entrenados para arrastrarse, a salvo de los cuernos, hasta debajo del toro para cogerlo con fuerza de la nariz o de sus costados hasta que sucumbiera.
Por otro lado, el Bulldog Inglés es uno de los símbolos más extendidos entre diferentes instituciones y organismos: es la mascota de equipos deportivos, de la Universidad de Yale o del cuerpo de Marines de los EE. UU. ¿Y sabías que al primer ministro Winston Churchill, que lideró Gran Bretaña durante la II Guerra Mundial, lo apodaban “Bulldog”? Sin duda, se trata de una raza canina de las que dejan huella.