Quienes han convivido con un American Staffordshire Terrier (también llamados Amstaff) coinciden a la hora de destacar sus cualidades. Se trata de un perro con grandes dotes como guardián, que sabe ganarse muy fácilmente un lugar en los corazones.
Pese a su corpulencia, estos canes se mueven de manera grácil y elegante, una muestra de confianza en sí mismos. Veamos cuales son sus principales virtudes y qué precauciones debemos tomar.
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Características del American Staffordshire Terrier
Los canes de esta raza mantienen un coraje innato, con una anatomía robusta y musculosa. Son bastante más altos y estilizados que sus primos, los Staffordshire ingleses, aunque sus líneas deben dar una sensación de rotundidad y no de ligereza. El lomo es corto y musculoso, el tórax es profundo y amplio, mientras que el vientre no suele presentarse muy recogido.
Sus patas son más bien cortas, sin angulación en las delanteras; las traseras están bien desarrolladas. En cuanto a la cola, es de implantación baja y relativamente corta en proporción con el resto del cuerpo. Se presenta gruesa en la base y se va afinando hacia la punta.
El cráneo es ancho, con mejillas musculosas, un hocico con mandíbulas poderosas y una frente amplia. La trufa siempre es de color negro. Los ojos son redondos y de tonalidades más bien oscuras; se colocan bien separados entre sí. Las orejas son de inserción alta, de tamaño medio y forma de rosa.
Su manto es de pelo brillante, duro al tacto, pero no excesivamente rugoso. Los colores frecuentes son el rojo, el negro, los tonos leonados y azulados, aunque también es posible encontrar individuos bicolores en los que el blanco está presente.
¿Cómo es el carácter del American Staffordshire Terrier?
El American Staffordshire Terrier disfruta mucho de la compañía de las personas, por lo que es un excelente perro de familia. Un Amstaff equilibrado querrá acompañarte cuando sales a dar un paseo o acurrucarse a tu lado si estás viendo tu programa favorito. Son tremendamente cariñosos y pueden llenarte de lamidos en pocos segundos cuando regresas a casa.
Con los niños es un muy tolerante, especialmente si se ha criado junto a ellos. No obstante, al ser ejemplares con mucho vigor físico, siempre deberás controlar los juegos compartidos. Con otros canes la relación suele ser difícil, por su herencia de perros de pelea. Tampoco es recomendable que convivan con animales pequeños, pues pueden verlos como presas.
La soledad no es buena compañera para ellos. No les gusta estar sin compañía y lo demostrarán ladrando, cavando hoyos en el jardín, destrozando las plantas o mordisqueando tus zapatos favoritos.
Su necesidad de agradar a las personas hace que sean relativamente fáciles de educar, aunque es indispensable contar con un entrenador firme que sepa ponerles límite. Si bien la socialización desde pequeños ayudará a atemperar sus instintos agresivos hacia otros canes, estos nunca desaparecerán por completo.
Cuidados que necesita un American Staffordshire Terrier
Son perros de una gran vitalidad, por lo que necesitan realizar ejercicio intenso cada día. Lo ideal es disponer de un jardín en el que tengan espacio para retozar, aunque siempre preferirán compartir la diversión con alguien a tener que jugar solos. Pueden adaptarse a vivir en un piso sin jardín, pero es indispensable que salgan a ejercitarse regularmente.
Requieren, por lo menos, de dos largas caminatas diarias para mantenerse equilibrados. Siempre deben salir con correa para evitar encontronazos con otros perros o que persigan a animales pequeños. El bozal es obligatorio, ya que en España son considerados Perros Potencialmente Peligrosos (PPP). Nunca dejes que vayan delante marcando el ritmo, pues considerarán que son el líder. Siempre deben salir de casa después de ti.
En épocas normales solo necesitan un cepillado semanal, aunque durante sus dos mudas anuales deberás hacerlo a diario. Los baños son necesarios dos o tres veces al año o cuando se encuentre muy sucio. Su pelaje no suele desprender el típico “olor a perro”, aunque es conocido el mal olor de su aliento. Para combatir esto procura cepillar sus dientes todos los días.
Historia del American Staffordshire Terrier
Aunque es un perro que desciende de antiguas variedades inglesas, como el Bull Dog o el Staffordshire Bull Terrier, se considera una raza genuinamente estadounidense, pues terminó de desarrollarse en tierras americanas. Los primeros ejemplares llegaron a Norteamérica a mediados del siglo XIX con los colonos que buscaban fortuna en el lejano Oeste, quienes utilizaban a estos canes para protegerse en un ambiente hostil.
En un principio eran indistinguibles de los American Pit Bulls, aunque las dos razas se diferenciaron con el pasar de los años y hoy sus rasgos están claramente marcados. Ya en siglo XX se convirtieron en una de las variedades favoritas del público norteamericano, aunque les costó dejar atrás su fama de agresividad. En la actualidad son muy valorados como integrantes de las fuerzas de seguridad, pero también por sus grandes dotes deportivas.
Curiosidades del American Staffordshire Terrier
Si bien los American Staffordshire Terrier son considerados una raza PPP por la legislación española, lo cierto es que suelen ser muy amigables y confiables con los humanos. Correctamente socializados y entrenados, no suponen ninguna amenaza.
Su fama de violentos se debe, en parte, a que son confundidos con los Pit Bull, una raza que puede mostrarse más agresiva en ciertas circunstancias. Si bien ambas líneas provienen de los mismos ancestros, los Amstaff son mucho más estables y sociables con las personas.
En los EEUU fueron muy populares durante gran parte del siglo XX, especialmente debido a Stubby, un ejemplar de esta raza que participó en la Primera Guerra Mundial. Este can fue ascendido a Sargento por su actuación en combate y es el perro militar más condecorado en la historia del país.