Cómo enseñar a un perro a no subir al sofá

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Los perros nos quieren y por eso adoran pasar tiempo con nosotros. A ser posible, bien pegados. Si nosotros parecemos muy cómodos en el sofá, nuestro perro va a querer comprobarlo. A nuestro lado o encima.

No hay problema. Si quieres compartir sofá con tu perro, puedes hacerlo, pero tendrás que permitírselo siempre. En cambio, si prefieres que solo use su cama, en este artículo te explicamos cómo dejárselo claro.

Dejar o no al perro subir al sofá

En primer lugar, con los perros es fundamental la coherencia. Para ellos supone la previsibilidad que necesitan. El perro tiene que conocer siempre la causa-efecto. Es decir, tiene que saber que siempre que llegamos del trabajo lo llevamos a pasear o que, a la vuelta de ese paseo, le tocará comer. De esta forma, sabiendo qué esperar, está más tranquilo.

Por eso es importante que, si decidimos dejarlo subir al sofá, lo hagamos siempre. Pero, si no lo tenemos claro o no sabemos si podremos mantener este permiso, no hay que permitirle subir nunca. Ni aunque sea un adorable cachorrito. No hay que olvidar que crecerá en unos meses. Y el perro no va a entender por qué un día sí y otro no.

La consecuencia es que estará confuso y, por lo tanto, va a intentar subirse siempre porque sí ha comprendido que a veces consigue su objetivo. Esto es lo que nos va a originar conflictos en la convivencia. Por lo tanto, piensa qué quieres hacer y mantén tu decisión. Muy importante: esta tiene que ser respetada por todas las personas que convivan con el perro.

La importancia de la educación en perros

Enseñar a un perro a que no suba al sofá forma parte de la educación básica que tiene que recibir todo perro, con independencia de su tamaño o incluso de su edad, ya que los perros tienen la capacidad de aprender durante toda su vida.

Aunque algunos cuidadores todavía no son conscientes de la importancia de la educación, lo cierto es que es fundamental que todo perro conozca órdenes básicas como «ven», «siéntate» o «quieto» y las reglas de comportamiento como orinar fuera de casa, no saltar sobre las personas o, caso que nos ocupa, no subirse al sofá.

Dedícale tiempo a esta educación y, si no sabes por dónde empezar o cómo hacerlo, busca la ayuda de profesionales de la conducta canina como los etólogos. La clave es la coherencia, de la que ya hemos hablado, y la constancia.

Mi perro se sube al sofá ¿Qué hago?

Pongamos, por ejemplo, que llegamos a casa y nos encontramos con el perro subido al sofá. Nuestra primera reacción puede ser enfadarnos y gritar. Pero es un comportamiento poco educativo para él. Otros cuidadores se acercan al perro para tomarlo en brazos y bajarlo directamente, sobre todo si lo han llamado sin resultado.

Pero es posible que se lleven la sorpresa de que el animal les gruñe, enseña los dientes o incluso lanza un bocado. Nunca hay que gritar ni mucho menos pegar en estas situaciones. Podríamos recibir un mordisco y, en cualquier caso, estamos destruyendo el vínculo con el perro. Lo mejor es la maniobra de distracción. Por ejemplo, coge la correa o un premio.

La mayoría de los perros correrán hacia ti. Dale una orden que obedezca, como que se siente, y prémialo justo en ese momento. Si te fijas, estás ignorando un comportamiento que no quieres que repita y reforzando la conducta que sí deseas, es decir, que obedezca. El perro, que no es tonto, cada vez repetirá más lo que sabe que le supone beneficios.

Enseñar al perro órdenes básicas

Otra opción es incluir la orden de bajar dentro de la educación básica que le vamos a proporcionar a nuestro perro. Podemos enseñársela fácilmente y así aprovechar que se ha subido al sofá para practicarla. Por ejemplo, acércate a él con un premio y aproxímalo a su nariz. Cuando intente tomarlo con la boca, sepáralo hacia el suelo.

Se trata de que, acompañando al movimiento de tu mano detrás del premio, el perro vaya bajando. En cuanto lo haga pronuncia con claridad la orden, que puede ser la palabra «baja», y, justo en ese momento, dale el premio. Practica, por ejemplo, utilizando unas escaleras. Puedes enseñarle también la orden de subir para que aprenda la secuencia completa.

¿Por qué mi perro se sube a mi sofá?

A veces sucede que el perro escoge el momento en el que nosotros estamos en el sofá para querer subirse. En ese caso, en cuanto percibas sus intenciones, dile «no» y no le permitas subir.

Puedes indicarle su cama, ya que es buena idea que disponga de un lugar cómodo cerca de donde tú descansas. Si se sienta o acuesta en ella, prémialo. Así le estás dejando claro qué sitio puede ocupar.

Trucos para evitar que el perro se suba al sofá

Durante el proceso de aprendizaje la forma de evitar que el perro se suba al sofá va a tener que ser impedírselo. Si no estás para controlarlo, deja la puerta de la sala o salón cerrada. También puedes poner diferentes objetos sobre el sofá para que no le resulte cómodo, aunque la mayoría de los perros no tienen ningún problema en acostarse sobre lo que sea.

Por si acaso, si no te gusta encontrarte pelos, utiliza una funda. Por otra parte, para que el sofá no se le haga tan apetecible, ofrécele una o varias camas muy confortables, de forma que ni le compense levantarse hasta el sofá.

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