Aunque la ansiedad en los perros de la que más se habla es la que se asocia a la separación de sus cuidadores, lo cierto es que hay diferentes situaciones que pueden desencadenar trastornos que se relacionan con la ansiedad.
A continación repasaremos las causas de la ansiedad, ante qué tipos nos podemos encontrar y qué es lo que podemos hacer para reconducir la situación, ya que nunca hay que olvidar que un perro con ansiedad está sufriendo.
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Cómo reconocer la ansiedad en un perro
En primer lugar, hay que saber a qué nos referimos cuando hablamos de la ansiedad en los perros. Un cuadro ansioso en esta especie se va a caracterizar por múltiples signos clínicos, expresados con mayor o menor intensidad y duración. Destacamos:
- Aumento en la frecuencia cardíaca y respiratoria, incluyendo jadeos e hipersalivación.
- Temblores a nivel muscular.
- Movimientos rígidos.
- Intentos de escapar o de esconderse de la situación.
- Cambios continuos de posición y deambulación.
- Movimientos rápidos de los ojos y dilatación de las pupilas.
- Reacción a estímulos aunque se perciban lejanos.
- Micción y defecación.
¿Qué es la ansiedad canina?
El cuadro ansioso que hemos descrito se produce como respuesta a una señal que el perro interpreta como amenaza potencial. La reacción del perro es nerviosismo e inseguridad, que se manifiesta físicamente con los signos clínicos que hemos especificado. El resultado es un perro angustiado y descontrolado.
En otras palabras, podríamos decir que el perro da una respuesta anómala ante una situación que no tendría por qué desencadenar ese cuadro. Además, esta reacción impide que consiga actuar de otra manera en el futuro, ya que bloquea cualquier estímulo que se esté produciendo en ese momento.
Una ansiedad que se cronifica o miedos y fobias ante numerosos estímulos no solo son un problema de comportamiento que afectará a su relación con nosotros y con otros animales. También repercuten en la salud general del animal, que será más propenso a enfermedades e incluso verá acortada su esperanza de vida.
¿Qué le causa ansiedad a un perro?
Pero, ¿qué es lo que lleva al perro a responder de esta manera? En primer lugar, hay que saber que algunas circunstancias pueden predisponerlo a la ansiedad. Entre ellas destacan las siguientes:
- Una inadecuada socialización o una baja interacción social.
- Fallos en el manejo, normalmente por un problema de comunicación entre perro y cuidador.
- Imposibilidad de cubrir las necesidades básicas. Al perro no solo hay que darle comida, necesita correr, jugar, morder, relacionarse con sus iguales, etc.
Por otra parte, el desencadenante de la ansiedad es el temor, el miedo hacia personas, animales, situaciones, etc. Cuando este es muy intenso pasa a llamarse fobia. Además, el perro puede manifestar ansiedad ante una separación de sus seres queridos. Explicamos los tipos de ansiedad con más detalle en los siguientes apartados.
El temor y el miedo en los perros
Sentir temor y ansiedad ante una situación peligrosa es normal y deseable, ya que permite iniciar los mecanismos para ponerse a salvo, que pueden ser la huida o la lucha. Esta sería la respuesta fisiológica normal en la que la ansiedad que se puede generar no es patológica. Tiene un sentido y una finalidad que es la autoprotección.
Cuando el perro siente miedo ante un estímulo que no es realmente peligroso, no es posible para él realizar ninguna conducta para evitarlo y además se repite la misma situación en repetidas ocasiones, sufrirá ansiedad.
Esta puede llevarlo al límite, al punto de llegar a realizar acciones de sustitución. Un perro con miedo pierde el control y presenta un aumento de la frecuencia cardíaca, la respiración se le acelera y puede defecar y orinar.
Síntomas de fobias en perros
Se habla de fobia cuando el miedo se presenta de manera exagerada y desproporcionada ante un estímulo que no supone realmente un peligro. Por ejemplo, el desencadenante puede ser un ruido. De hecho, son numerosos los casos de perros que manifiestan ansiedad al oír petardos o truenos. Su primera reacción será evitar este estímulo.
Si no lo consigue, manifestará miedo y la situación que se genera acabará por afectar a su relación con el entorno y con nosotros. Además, ante un episodio de ansiedad solemos reaccionar intentando consolarlo. Lo acariciamos y le hablamos de forma cariñosa. No nos damos cuenta pero con esta actitud reforzamos su cuadro de ansiedad.
Cuando un perro sufre ansiedad por separación
Es quizás la ansiedad más conocida en los perros. Se produce cuando se queda solo por primera vez o tras un período en el que ha estado siempre acompañado. Se manifiesta, además de con signos como los mencionados, con vocalizaciones y destructividad. Es una reacción ante un importante cambio, como pueden ser otros.
Por ejemplo, hay perros que reaccionan con ansiedad por separación ante un cambio de hogar, de componentes de la familia, de cuidador, de relación con otros animales o en el manejo, si este no es consistente. También puede producirse ansiedad después de que haya sufrido un suceso traumático.
Cómo prevenir la ansiedad en un perro
No hay que olvidar que la ansiedad implica sufrimiento para el perro. Por eso, mejor que intentar solucionar las crisis, debemos centrarnos en prevenir su aparición. Para ello hay que tener presentes estas medidas:
- No adoptar un cachorro antes de, como mínimo, las ocho semanas de vida. Antes tiene que estar con su madre y hermanos.
- Proporcionarle una completa socialización, sobre todo en el período más sensible que abarca con especial intensidad los primeros 3-4 meses de vida.
- Informarse sobre comportamiento, comunicación y psicología canina antes de adoptar para evitar errores en el manejo.
- Asegurarse de que todas las necesidades del perro están cubiertas.
- Ofrecerle, además de socialización, educación básica y estimulación física y mental.
- Cualquier situación problemática en la convivencia debe ser puesta en conocimiento del profesional sin esperar a que se agrave.
Consejos para calmar a un perro con ansiedad
Lo ideal es que si nuestro perro sufre de ansiedad y es algo más que un episodio puntual nos pongamos en contacto con un etólogo o profesional de la conducta canina para que, estudiado el caso, nos dé las pautas más adecuadas para resolverlo. Estos son unos consejos generales para seguir mientras acudimos a consulta o funciona el tratamiento:
- Identificar el desencadenante de la ansiedad y, a ser posible, la intensidad que se requiere para que el perro reaccione.
- De esta forma podremos evitar la exposición del perro a él.
- Si es imposible, nada más detectemos la presencia de este desencadenante podemos intentar distraer al perro dándole alguna orden y premiándolo en cuanto la obedezca.
- Nunca hay que castigar al perro, pero tampoco se debe reforzar la conducta con caricias o palabras cariñosas.
- Sí se premiarán las conductas correctas y cada vez que el perro no manifieste ansiedad delante del estímulo que se la provocaba.
Bibliografía
Ibáñez y Anzola. 2016. «El nerviosismo y los desórdenes de ansiedad en los perros». Ateuves nº 20. pp. 16-20.
López, Paula. 2018. «La ansiedad en el perro». Ateuves nº 71. pp. 20-23.
«Prevalence, comorbidity, and breed differences for anxious dogs». DVM360, Volume 51, Issue 10.