Una de las partes más sensibles y propensas a ensuciarse son las orejas de nuestro perro, por lo que debemos prestarles una especial atención para evitar posibles otitis.
Seguro que conoces varias formas de limpiar los oídos de un perro, pero… ¿Cuál es la forma correcta o cual está totalmente desaconsejada? Hay que evitar dañar el oído interno de nuestro perro, por lo que merece la pena que dediques el próximo minuto a leer este artículo.
- También te puede interesar: Cómo cortar las uñas a un perro
¿Cuando debo limpiar las orejas de mi perro?
Aunque por lo general no se le da mucha importancia a la higiene de los oídos, es uno de los puntos más sensibles de nuestro perro, además de ser muy propenso a coger infecciones. Debemos revisar y limpiar las orejas de nuestro perro al menos una vez por semana.
La frecuencia también depende de la morfología de las orejas de tu perro, su tamaño, el nivel de suciedad del lugar donde pasea, juega o vive, etc. Es posible que algunos perros necesiten que les limpien sus orejas dos veces por semana o más, mientras que otros pueden necesitar simplemente una limpieza cada quince o treinta días.
Las orejas crean cera de forma natural, es un medio de protección para el oído de cualquier mamífero, incluyendo a los humanos. Es completamente normal que un perro tenga cera en las orejas. No obstante, no será normal un exceso de ella y mal olor, por ejemplo.
La levadura malassezia es un microorganismo que da parte del color marronáceo a la cera, y es normal en el oído externo de un perro. Así mismo y como antes decíamos, no será común, será patológico y predisponente a otitis, una sobrepoblación de malassezia con olor fuerte y gran cantidad de cera marrón.
A niveles generales, con una limpieza semanal suele ser suficiente. Sin olvidar que debemos secarles las orejas por dentro (de igual forma que si se las limpiáramos) cada vez que los bañemos.
Cómo limpiar las orejas de mi perro explicado paso a paso
Lo primero que debemos hacer es limpiarnos las manos y buscar un sitio con luz para observar bien el interior de las orejas u oído externo de nuestro perro. Esta revisión inicial nos indicará la cantidad de suciedad que nos vamos a encontrar y en qué parte de la oreja se encuentra.
Una vez realizada dicha inspección, aplicaremos un chorro de limpiador (de veterinario) libre de antibióticos y antifúngicos en el fondo del oído. A continuación, «cerraremos» la oreja por fuera como si quisiéramos taponar y aplicaremos un pequeño masaje en la base de la oreja (zona de transición entre oreja y cabeza). Esto mezclará el líquido y estimulará que luego el perro se sacuda, expulsando la mayor cantidad de secreción posible.
Una vez el oído esté vacío o casi vacío de líquido, tocará limpiar manualmente con una gasa. Enrollaremos una gasa en nuestro dedo y lo introduciremos suavemente en el oído del perro. Debemos ser muy delicados ya que cualquier movimiento brusco puede hacerles daño.
Lógicamente, si nuestro perro tiene un oído pequeño utilizaremos el dedo meñique para esta tarea. Mientras que si tiene unas orejas grandes (o es de raza grande) quizás podamos utilizar algún otro dedo sin necesidad de forzar. Una vez hayamos introducido suavemente el dedo con la gasa en el interior de su oreja, realizaremos pequeños y suaves movimientos circulares, con el fin de arrastrar la mayor cantidad posible de cera con la gasa.
Sacaremos el dedo con la gasa y lo examinaremos, si la gasa ha salido sucia, cogeremos una gasa limpia y repetiremos la limpieza en ese oído, tantas veces como sea necesario hasta que la gasa salga limpia.
Cuando saquemos el dedo con la gasa y esté limpia, cogeremos una gasa nueva y realizaremos la misma tarea en la otra oreja. Nunca debemos usar una misma gasa en los dos oídos, porque si uno de ellos está comenzando a tener una pequeña infección, probablemente contagiaremos al otro. Debemos utilizar siempre una gasa limpia para cada oído.
Las gasas son muy económicas y pueden comprarse en cajas de varios tamaños en cualquier farmacia. Si no se dispone de gasas, se puede usar papel de baño limpio y que no sea áspero.
Consejos útiles para limpiar las orejas de tu perro
- No utilices productos preparados caseros, solo gasas limpias y limpiadores óticos de veterinario.
- No fuerces, hazlo suavemente y con delicadeza.
- Nunca utilices bastoncillos para oídos. Ya que si el perro se mueve o no calculamos bien con nuestra mano podríamos ocasionarle daños irreparables en el tímpano.
- Tampoco debemos utilizar algodón ni nada que deje fibras.
- Revisa y limpia sus orejas al menos una vez por semana para evitar otitis o complicaciones.
Cómo mantener la salud de los oídos
Si al limpiar las orejas de nuestro perro vemos que sale excesiva suciedad con mucha más frecuencia de lo habitual, es posible que nuestro perro tenga una infección por hongos, bacterias o ambas.
Otro síntoma de otitis en las orejas de nuestro perro es un olor poco agradable (malo) en el interior de su oído externo. Si al acercar nuestra nariz apreciamos un olor fuerte y/o desagradable, probablemente exista una infección. Un rascado excesivo, sacudidas de cabeza o ladeo de la misma por parte de nuestro, pueden ser también pistas de una posible infección.
Existen muchos tipos de infecciones diferentes y combinaciones, por lo que la medicación no tiene porque ser siempre la misma. Por otro lado, no existe remedio casero que sirva para tratar este tipo de infecciones, debemos acudir a un veterinario. Por lo tanto, si detectamos alguno de estos síntomas debemos acudir a un veterinario para que evalúe el tipo de infección y nos proporcione un tratamiento adecuado.