Por desgracia, algunas enfermedades oculares caninas pueden ser tan graves que causen ceguera a nuestro perro. Si esta se limita a un ojo podrá hacer vida normal y es posible que incluso ni lo notemos.
Pero, cuando la ceguera es total, es habitual que se presenten algunas señales que servirán para que detectemos, con relativa rapidez, que algo pasa con la vista de nuestro perro. Veamos en detalle cómo saber si un perro se está quedando ciego.
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La ceguera en los perros
Son muchas las enfermedades que pueden desencadenar una ceguera en los perros. Cualquier trastorno que impida la correcta llegada de la luz a la retina tiene el potencial de dificultar, parcial o totalmente, la visión de nuestro perro. Son ejemplo el glaucoma, la uveítis o las enfermedades que afectan a la retina.
Este tipo de patologías pueden provocar cambios en el ojo que nos resultarán fácilmente visibles. Así, si notamos cualquier molestia a nivel ocular, tenemos que llevar a nuestro perro al veterinario. Otras veces el perro no ve, pero el ojo parece estar normal. En esos casos hay algunas señales en el comportamiento del perro que resultan muy reveladoras.
La importancia de las revisiones oculares
Independientemente de que nuestro perro muestre alguna molestia ocular o sospechemos que su visión no es tan buena como acostumbraba, conviene que, al menos una vez al año, acudamos a la clínica veterinaria para una revisión general. En ella el veterinario examinará los ojos con un instrumento denominado oftalmoscopio.
Comprobará la forma, el tamaño y el color. También se fijará en las características de las pupilas, en si hay o no algún tipo de secreción, si se visualiza el tercer párpado o si al perro le está doliendo la manipulación. Pero algunas causas de ceguera no son detectables en un examen general. De ahí la importancia de observar el comportamiento del perro en casa.
¿Cómo podemos probar la visión del perro?
Como comprobación rápida del estado de la visión del perro, podemos hacer una maniobra sencilla. Consiste en cubrir uno de los ojos y acercar un dedo al otro, como si se quisiera tocar el ojo con él. Si el perro ve, parpadeará y cerrará el ojo. En caso contrario hay que acudir al veterinario para valorar el daño.
La visión también se intenta valorar enfocando el ojo con una linterna para observar si la pupila se contrae o no. Pero no es una prueba muy precisa porque puede haber una contracción por simple reflejo. Sí puede funcionar mover algunos muebles de una habitación y dejarla a oscuras para observar los movimientos del perro en ella.
Hay que fijarse en si tropieza o deambula con total tranquilidad. Después, hay que encender la luz. Un perro ciego por completo se moverá exactamente igual en ambos casos. El perro que ve, en cambio, aunque sea poco, se desplazará mejor al contar con la ayuda de la iluminación. Pero el grado del deterioro visual solo puede establecerlo el veterinario.
Cómo convivir con un perro ciego
Pero si las pruebas anteriores nos dejan dudas, hay algunos comportamientos que puede empezar a mostrar un perro y que apuntan a dificultades en la visión. El problema es que también son compatibles con otras patologías, por eso nuestras sospechas tendrán que ser confirmadas por el veterinario. Destacamos los indicios de ceguera más importantes:
- Forma de caminar rara, como midiendo los pasos, levantando más los pies, etc.
- Pisar objetos que están en el suelo.
- Chocar contra objetos como muebles, sobre todo si los acabamos de cambiar de sitio, o coches aparcados en la calle.
- Moverse sin despegar el hocico del suelo o actuar de forma extraña si se saca a pasear sin correa. Por ejemplo, salir corriendo hacia casa, no obedecer o incluso ponerse en peligro al asomarse a alturas por las que se podría caer.
- Inactividad, el perro pasa prácticamente la totalidad del día echado.
- Miedo, es más fácil que el animal se asuste si percibe algo que no ve o nos acercamos por detrás bruscamente y sin avisar.
- Desconfianza, aunque el perro siempre haya sido sociable y cariñoso se mostrará más retraído ante otros perros o personas e incluso puede ladrar ante un estímulo que interpreta como potencial peligro sin motivo real.
- Reducción de la interacción, cuanto más tiempo pase echado en su cama, menos se relacionará con la familia, menos cariñoso se mostrará, etc.
Ceguera en perros mayores
Muchos cuidadores entienden como normal que la edad deteriore la visión de su perro. Es cierto que cambios, como la degeneración del cristalino, se producen por la edad, pero, en primer lugar, este problema no causa ceguera y, segundo, una patología ocular tiene que tratarse independientemente de la edad. Es el veterinario quien determina si se puede curar.
Por otra parte, también se asume que los perros de avanzada edad van deteriorándose y será normal que sean menos activos o pierdan agilidad. Es por esto que algunas de las señales de ceguera pueden pasarse por alto al achacarlas a los cambios de la vejez. Por eso es básico acudir al veterinario al menos una vez al año para una revisión general.