Este trastorno, que también se conoce con el nombre de granuloma por lamido o dermatitis acral prurítica, es un problema dermatológico que puede ser difícil de curar, por ello es importante un buen examen veterinario.
En este artículo aprenderemos a identificarlo y, sobre todo, a tratarlo, ya que para la recuperación no solo se prescriben fármacos, sino que tendremos que tomar una serie de medidas en el hogar.
¿Cuál es la causa de la dermatitis acral?
Aunque se le atribuía un origen exclusivamente psicológico, por aburrimiento, ansiedad o falta de estímulos en la vida del perro, lo cierto es que parece haber algún trastorno de base que produce picor, de ahí que el perro dirija sus lamidos a una determinada zona.
Por ejemplo, un problema tan común como la atopia canina puede originar un daño que le causará prurito al perro (prurito es picor). Este comenzará a rascarse, a mordisquearse y a lamerse la zona afectada y, de esta forma, perpetúa la lesión, lo que hará que se siga lamiendo, estableciendo así un círculo patológico.
Algunas causas detrás de este tipo de dermatitis pueden ser la sarna demodécica, las infecciones originadas por bacterias o por hongos, alguna herida o traumatismo, reacciones adversas a los alimentos, hipotiroidismo, cuerpos extraños o, también, enfermedades de las articulaciones que generen dolor o malestar.
¿Cómo se identifica la dermatitis acral por lamido?
En esta patología observaremos un enrojecimiento de la piel, pápulas, pústulas y ronchas. Sobre todo aparecerán en las extremidades, la zona de los tarsos, los carpos, la parte posterior de las patas y el área inferior del cuerpo. Acaba por formarse una úlcera abierta que no se cura porque el perro la lame con insistencia.
Podremos localizar una o más lesiones y no es extraño que lleguen a infectarse. Es importante acudir al veterinario porque hay otros problemas de la piel que pueden cursar con lesiones parecidas y será el veterinario quien confirme o refute el diagnóstico.
La acción del lamido constante acaba por hacer caer el pelo. Además, la saliva mantiene la úlcera siempre brillante y limpia. Si este comportamiento se mantiene en el tiempo la piel afectada acaba por engrosarse, endurecerse, oscurecerse y volverse insensible al tacto, a la vez que sigue pareciendo fresca porque va a continuar el lamido.
¿Todos los perros pueden tener dermatitis acral por lamerse?
La respuesta a esta pregunta es afirmativa porque todos los perros pueden padecer este trastorno. Eso sí, es más frecuente en las razas de pelo corto como el pinscher, el gran danés o el labrador retriever.
¿Son importantes los aspectos psicológicos en la dermatitis acral por lamido?
Aunque la tendencia es a pensar que siempre hay una causa física desencadenante de estos granulomas, en la perpetuación del lamido sí pueden entrar en juego factores psicológicos. Por eso el tratamiento tiene que ser algo más que farmacológico.
El perro empieza a lamerse una zona porque alguna molestia reclama su atención, pero en la conversión de este lamido en un hábito sí tienen importancia acontecimientos más psicológicos que físicos.
¿La dermatitis acral por lamido se cura?
Debemos saber que este problema dermatológico es de los más difíciles de tratar y de resolver, quizás por la implicación psicológica que supone. Por eso, además de pautar un tratamiento para la lesión y, de ser posible, su desencadenante durante un tiempo que suele ser prolongado, se hace necesaria una intervención en la vida del perro.
Esto incluye examinar su modo de vida y sus rutinas. Por ejemplo, un perro que pasa muchas horas solo puede mejorar si conseguimos aumentar el tiempo que se encuentra acompañado. Para algunos perros la introducción de otro animal en el hogar supone un estímulo positivo, aunque es conveniente consultar con un profesional antes.
En los casos en los que el tratamiento y los cambios en el ambiente del perro no dan los resultados esperados podemos recurrir a la aplicación de feromonas tranquilizadoras en cualquiera de sus formatos como pulverizador, collar o en alimentos. En último caso el veterinario puede valorar el uso de fármacos con el objetivo de reducir el estrés del perro.
¿Cuál es el tratamiento para la dermatitis acral por lamido?
Lo más importante para tratar esta alteración cutánea es descubrir la causa que está detrás de ese primer malestar desencadenante del inicio del lamido. Para intentar encontrar esta causa el veterinario revisará la historia clínica del perro. Debemos proporcionarle información lo más exhaustiva posible.
Evidentemente, si el examen del perro revela la presencia de alguna enfermedad como las que hemos mencionado como causas, el veterinario nos prescribirá el protocolo adecuado. Además, es posible pautar un tratamiento para la úlcera y evitar el rascado a base de antiinflamatorios, tópicos o inyectables. Puede necesitarse un collar isabelino.
En algunos casos se puede recurrir incluso a la cirugía o a técnicas de crioterapia, de ser posible. La acupuntura también puede utilizarse en el tratamiento de esta dermatitis. Hay que saber que este no siempre resulta exitoso y es recomendable que se acompañe de un cambio en la rutina del perro.
Bibliografía
Rejas López, Juan (coord.) (2003): Patología médica veterinaria. Universidad de León, Universidade de Santiago de Compostela, Universidad de Zaragoza.