Dermatitis alérgica a la picadura de pulga (DAPP)

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Las pulgas son ectoparásitos muy frecuentes que se alimentan de la sangre de nuestros peludos a cualquier edad. Capaces de infestarlos en prácticamente cualquier momento del año, debemos conocer las medidas para evitar su ataque y propagación. Estos insectos no son solo una molestia estética, pues pueden transmitir otros parásitos como las tenias o causar problemas de salud como la anemia o la dermatitis alérgica a su picadura, de la que hablaremos a continuación.

Además, hay que recalcar que también pueden afectarnos a nosotros, los seres humanos. No suelen transmitirnos enfermedades, pero su picadura ya es de por sí molesta y ésta puede ir acompañada de posteriores infecciones bacterianas.

¿Qué es la DAPP?

La dermatitis alérgica a la picadura de la pulga es la alergia más común en perros. Como toda alergia se produce cuando el sistema inmunitario reacciona de manera exacerbada contra un estímulo que, en principio, no resultaría peligroso. En este caso, la reacción de hipersensibilidad sucede frente a las fracciones proteicas presentes en las enzimas, polipéptidos, aminoácidos y compuestos aromáticos de la saliva de la pulga, introducidas en el animal en el momento de la picadura. Esta saliva es introducida con el fin de prevenir la coagulación sanguínea durante el periodo de alimentación.

Además, debemos saber que la reacción puede aparecer en el mismo momento en el que se produce la picadura o persistir tiempo después de esta. Esto explica que el perro presente lesiones, aunque no encontremos ni rastro de pulgas. Basta una única picadura para desencadenar la reacción.

Síntomas de la DAPP

Al tratarse de una reacción provocada por las pulgas podríamos pensar que se circunscribe al período de mayor presencia de parásitos. Sin embargo, los entornos de las viviendas consiguen mantener unas condiciones de vida óptimas para estos insectos, de forma que podemos encontrarlos en cualquier mes del año.

El cuadro clínico se caracteriza por los siguientes signos:

  1. Prurito (picor intenso), el perro se mordisqueará las áreas afectadas.
  2. Pérdida de pelo debido al rascado.
  3. Eritema (enrojecimiento de la piel)
  4. Bultos rojos con aspecto de granitos.
  5. Las lesiones aparecen en la región dorsolumbar, la base de la cola, la zona inguinal, las axilas, cuello, espacios interdigitales y el abdomen, que son las zonas con mayor concentración de pulgas.
  6. En casos más graves veremos heridas abiertas, con sus posteriores costras. Además, pueden llegar a infectarse.
  7. Con el paso del tiempo la piel se engrosa y se oscurece.
  8. Debido a las molestias, el animal puede presentar falta de apetito, estrés, nerviosismo, decaimiento o tristeza.

¿Cómo se diagnostica la DAPP?

En general, al diagnóstico de esta alergia se logra por la sintomatología y la visualización directa de las pulgas o sus restos sobre el animal o su entorno. Si no conseguimos localizar los insectos, el cuadro clínico suele ser suficiente para que el veterinario sospeche de DAPP.

En este caso nos pautará un tratamiento. Si funciona daremos por confirmado el diagnóstico. También podemos confirmar este diagnóstico mediante pruebas de alergia in vitro de anticuerpos o test intradérmico.

En caso contrario, el veterinario seguirá buscando la causa, ya que la sintomatología de DAPP podría llegar a confundirse con otras alteraciones dermatológicas, como la dermatitis atópica, alergias o intolerancias alimentarias, sarna sarcóptica, Malasezzia, Cheyletiellosis, foliculitis bacteriana o reacción adversa a algunos fármacos.

Hay que destacar que es fundamental saber diferenciar las lesiones ocasionadas por una infestación por pulgas (parasitación por un número muy elevado de pulgas) en la que se produce una irritación de la piel proporcional al número de pulgas, de una DAPP en la que con tan solo la picadura de una pulga es suficiente para desencadenar la reacción alérgica.

¿La DAPP se cura?

La alergia a las pulgas no se elimina, pero si el perro no entra en contacto con estos parásitos, no presentará sintomatología. Por lo tanto, el tratamiento antiparasitario preventivo resulta el remedio más eficaz. Este debe ser exhaustivo y aplicarse también al entorno, durante todo el año y a todos los animales de la casa.

Las lesiones que provoca esta alergia pueden necesitar un tratamiento con antihistamínicos o corticosteroides para aliviar el picor, además, hoy en día tenemos otros tratamientos como el Apoquel, un fármaco innovador con un rápido efecto y sin los efectos secundarios que presentan los corticoides. También sería recomendable administrar antibióticos por vía tópica u oral en los casos que se han complicado con infección bacteriana.

Remedios para evitar la DAPP

Prevenir que las pulgas entren en contacto con el perro será nuestro objetivo prioritario. Para conseguirlo debemos entender que hay que eliminar las pulgas que se localizan sobre el perro, pero también, aquellas ubicadas en el entorno, que además van a ser aproximadamente el 95 % del total.

Así, además de aplicar tratamientos desparasitarios a todos los animales de la casa y eliminar las pulgas adultas, debemos ocuparnos de la limpieza del ambiente e impedir el desarrollo de los huevos. Seguiremos las siguientes indicaciones, siempre utilizando productos prescritos por el veterinario:

  • Llevar a cabo una correcta desparasitación tanto externa como interna a todos los animales de la casa.
  • Los productos deben tener efecto preventivo, es decir, proteger al perro durante semanas y se recomienda que inhiban el crecimiento de los huevos, imprescindible para eliminar la carga parasitaria del ambiente.
  • Seguir escrupulosamente las recomendaciones del veterinario a la hora de administrar los antiparasitarios para asegurar su eficacia. Eso sí, ninguno va a ser 100 % efectivo.
  • Es conveniente utilizar un peine para extraer a mano todas las pulgas que podamos.
  • Lavar las camas en la lavadora a altas temperaturas.
  • Aspirar la casa a fondo y deshacerse inmediatamente de la bolsa, de ser el caso.
  • Limpiar con productos antipulgas prestando especial atención a grietas y rendijas. La limpieza con vapor es muy eficaz.
  • En infestaciones graves podemos recurrir a las llamadas bombas que eliminan las pulgas agazapadas en el ambiente.

Por último, decir que las pulgas son unos insectos un poco tediosos de erradicar, pero mediante un control exhaustivo, una correcta prevención y siguiendo las indicaciones de nuestro veterinario habitual, no tendremos problemas!

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