Entropión en perros – Causas y tratamiento

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El entropión hace referencia a una anomalía de los párpados, en la cual los bordes palpebrales se pliegan o invierten hacia la superficie del ojo, lo que causa que las pestañas rocen la córnea. El caso contrario sería el ectropión, en el que el borde palpebral se pliega en dirección opuesta a la superficie del ojo, y la parte interna del párpado queda expuesta hacia fuera.

El entropión canino puede ser unilateral, afectando sólo a un ojo, o bilateral, afectando a ambos. Si hablamos de los párpados, igualmente puede darse en los dos, pero lo cierto es que hay muchos más casos en el párpado inferior. En la mayoría de casos el animal nace con esta anomalía, que puede variar a medida que se completa el crecimiento. En algunos animales el entropión se resuelve, mientras que en otros puede llegar a agravarse.

Esta condición suele ser habitual en ciertas razas y es importante detectarla a tiempo para evitar daños severos en los ojos afectados. Por ello desde Soyunperro te mostraremos todo lo que necesitas saber sobre este problema ocular, cómo detectarlo y algunas de las posibles soluciones.

Causas y tipos de entropión en perros

Según las causas, podemos distinguir entre dos tipos de entropión que afectan a los perros: el primario y el secundario. ¿Qué diferencia a uno de otro? Pues básicamente el primero se debe a un defecto de nacimiento o congénito del perro, mientras que el segundo es adquirido.

El entropión primario suele afectar sobre todo a cachorros y a perros de corta edad, porque tiene un fuerte componente genético. Por eso decimos que hay razas de perros más propensas al entropión que otras. Por ejemplo, es habitual el entropión en perros de razas molosoides, como el Shar Pei, el Bulldog, Bloodhound, Bóxer, Bull terrier, Bullmastiff, Cocker spaniel americano o inglés, Rottweiler… etc. También puede afectar a oro tipo de razas, como el Bichón maltés, Chow chow, o labrador (retriever).

Si es de tipo secundario, entonces todas las razas de perros pueden verse afectadas y normalmente serán perros de edad avanzada. Las causas más comunes son: inflamaciones crónicas, problemas de obesidad, infecciones o traumas en los ojos, espasmos de los párpados o por la pérdida brusca de peso.

Síntomas del entropión canino

Algunos de los principales síntomas de entropión son los siguientes:

  • Ojos llorosos y lagrimeo continuo
  • Párpado con apariencia caída o enrollada hacia dentro
  • Irritación ocular
  • Dificultad en mantener los ojos abiertos
  • Se frota los ojos todo el tiempo, con el consiguiente riesgo de autolesión
  • Espasmos en los párpados
  • Úlceras en la córnea o queratitis no ulcerativa (manchas oscuras o vasos sanguíneos en la córnea).
  • Pérdida de visión (en los casos más graves)
  • Dolor y apatía

Si detectas alguno de estos signos, lo mejor es que acudas tan pronto puedas al veterinario para que examine al perro, que podrá confirmar fácilmente si se trata de entropión mediante un examen ocular. Si hay complicaciones, pueden ser necesarias otras pruebas diagnósticas.

Cómo curar el entropión

La forma de eliminar los problemas que causa el entropión es mediante una cirugía correctiva, que generalmente tiene un buen pronóstico de recuperación y supondrá una mejora importante en su calidad de vida.

Si tu amigo peludo aún es un cachorro, puede que haya que esperar para operar hasta que cumpla la edad mínima recomendada (entre 6 meses y un año). Hasta entonces, existen alterativas reversibles mediante la utilización de puntos de tracción con sutura,  complementado con tratamiento médico (antiinflamatorios y analgésicos) para aliviar el dolor la irritación ocular.

No hay que precipitarse a la hora de decidirse por la cirugía, puesto que las razas más propensas a esta patología suelen ser también las que peor toleran la anestesia debida a la disposición anatómica de su hocico (braquiocefálicas).

En cualquier caso tu veterinario podrá orientarte, dándote todas las indicaciones necesarias. Una vez intervenido, el perro necesitará una serie de cuidados especiales que debes tener en cuenta. Algunos de los más importantes son:

  • Protegerlo con un collar isabelino o de campana, que impedirá que se rasque o se quite los puntos de la herida antes que ésta cicatrice por completo. Normalmente, si la recuperación va bien, en un plazo de dos semanas ya podrá quitarse el cono.
  • Limpiar la herida con suero fisiológico y gasas estériles. Lo recomendable es hacerlo con mucho cuidado de dos a tres veces al día. Es importante para retirar las legañas y dejar limpia la zona de la herida antes de aplicarle las gotas o cremas que nos recete el veterinario.
  • Sigue el tratamiento que te dé un especialista. Seguramente le recetarán una pomada antibiótica o gotas para los ojos, así como antiinflamatorios. No olvides darle todas las dosis o aplicaciones que necesita.
  • Se debe vigilar especialmente al perro y procurar que no laman su herida.

Por último, hay que tener en cuenta que en ocasiones, aun incluso después de la cirugía, este problema puede recidivar, es decir, volver a aparecer después de un tiempo. Esto es especialmente común en razas como el Shar Pei, que presenta una piel particular que tiende a colgar, aunque siempre podremos volver a repetir la cirugía en caso necesario.

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