Cómo saber si mi perro está envenenado

Un perro puede envenenarse al verse expuesto a multitud de sustancias. Dependiendo de la cantidad y del tipo de tóxico, la vía de contacto o el tamaño del perro, las consecuencias serán más o menos graves.

Los síntomas también van a ser variables en función de los parámetros mencionados. Así, podemos encontrar cuadros digestivos o neurológicos. Los envenenamientos suelen suponer una urgencia veterinaria, así que veamos en detalle cuales son sus síntomas.

¿Cuándo puedo sospechar que mi perro se ha envenenado?

Son numerosas las situaciones en las que un perro puede entrar en contacto con una sustancia tóxica. Sobre todo porque son unos animales muy curiosos y exploradores, especialmente mientras son cachorros. Los síntomas de envenenamiento pueden coincidir con los de algunas enfermedades.

Pero podemos sospechar de una intoxicación si nos percatamos de que el perro ha estado olisqueando por zonas de campo o de almacenaje. En ellas se puede producir el contacto con animales muertos, insectos, plantas o cebos envenenados.

Haber revuelto en la basura, ingerido algún alimento fuera de la dieta habitual o abierto algún armario con productos de limpieza o fármacos son otras situaciones de alerta. También hay que tener en cuenta si le hemos administrado o aplicado algún medicamento o antiparasitario.

Los insectos, los anfibios y las serpientes también envenenan

Las picaduras o la ingesta de determinados animales también son una fuente de envenenamiento. Abejas, avispas u hormigas causan inflamaciones dolorosas y enrojecimiento en el lugar de la picadura. Si el perro recibe muchas puede sufrir un shock como resultado de las toxinas de estos insectos.

También existen algunas arañas cuya picadura resulta venenosa para los perros. Así mismo, escorpiones, ciempiés o garrapatas deben ser tenidos en cuenta. Por otra parte, hay sapos y salamandras tóxicos por contacto y serpientes venenosas.

Síntomas de envenenamiento en perros

Aunque algunos de estos síntomas son comunes en otras patologías, si los apreciamos al sospechar que nuestro perro puede haber sido envenenado, debemos acudir de urgencia al veterinario.

  • Convulsiones / Temblores / Descoordinación.
  • Debilidad general y/o dolor abdominal, articular o muscular.
  • Diarrea.
  • Hipersalivación / Vómitos que, al igual que la diarrea, pueden contener sangre.
  • Hemorragias, que pueden aparecer días después del contacto con el veneno.
  • Palidez de las mucosas y de la piel.
  • Sed e incremento en la cantidad de orina eliminada.
  • Depresión / Nerviosismo.
  • Alteraciones en el comportamiento.
  • Rigidez o agitación de las patas.
  • Aliento con olor a ajo.
  • Parálisis.
  • Irritación en la piel y/o en las mucosas.
  • Alucinaciones.
  • Problemas respiratorios / Jadeos.
  • Reducción del tamaño de la pupila o extensión de la misma.
  • Quedarse quieto mirando a la nada, cómo hipnotizado

Vías de intoxicación en perros

Normalmente, cuando hablamos de envenenamientos pensamos en la ingesta de diferentes sustancias. Pero también es posible la intoxicación por contacto. Incluso la inhalación es otra vía de entrada de tóxicos en el organismo. Así puede producirse, por ejemplo, un envenenamiento por gasolina, queroseno o aguarrás.

Y, en cuanto a la ingesta, una causa de envenenamiento muy común en perros se debe a los medicamentos que les dan sus cuidadores. Pueden ser fármacos de uso humano que, sencillamente, no son tolerados por los perros, o sobredosis de productos veterinarios.

¿Qué hago si mi perro se ha envenenado? Primeros auxilios

En algunas ocasiones está indicado provocar el vómito, pero en otros casos resulta contraproducente. Por ello lo más seguro es que llamemos de inmediato al veterinario para que nos dé instrucciones si sabemos qué es lo que ha envenenado al perro. Él nos dirá, de ser el caso, cómo provocar el vómito de manera segura.

Esta llamada no sustituye la consulta pero nos permite adelantar el tratamiento mientras llegamos a la clínica. Cuando el envenenamiento se ha producido por contacto, podemos lavar con agua tibia abundante la zona afectada. Utilizaremos guantes. Igualmente contactaremos con el veterinario.

Si se sospecha la mordedura de una serpiente debemos mantener tranquilo al perro y trasladarlo en brazos al veterinario. El ejercicio aumenta la absorción del veneno. No hay que lavar la herida por el mismo motivo. Tampoco se debe aplicar hielo ni cortar alrededor o intentar succionarlo.

Cuándo no hay que inducir el vómito en un perro envenenado

Aunque siempre debemos contactar con el veterinario, hay signos que nos indican que el traslado a un centro debe ser inmediato, sin provocar el vómito, pues sería contraproducente. Los casos son los siguientes:

  • Cuando el perro ya ha vomitado por sí mismo.
  • Si está inconsciente o estuporoso.
  • Ante convulsiones.
  • Cuando le cuesta respirar.
  • Si el tóxico ingerido es un limpiador o un derivado del petróleo.
  • En el caso de que identifiquemos el veneno y en la etiqueta se señale específicamente que no se provoque el vómito.
  • Al sospechar que el perro ha podido ingerir un objeto cortante.

Tratamiento para perros envenenados

El tratamiento de una intoxicación va a variar en función de la sustancia y las condiciones del perro. La norma general es acudir al primer síntoma a la clínica veterinaria más cercana. Es importante que, si sabemos qué ha causado el envenenamiento, se lo comuniquemos al veterinario.

De esta forma podrá iniciarse el tratamiento más rápido. Este suele comprender cuidados intensivos en hospitalización. Se administran líquidos por vía intravenosa. De esta forma se aumenta la cantidad de orina y se elimina más el tóxico.

En función de la sintomatología se incluirán diferentes fármacos como corticosteroides, diuréticos, vitamina K o anticonvulsivos. Pueden necesitarse transfusiones en los casos de hemorragias. Por supuesto, si existe un antídoto para el veneno, se administra también.

Bibliografía
Carlson y Giffin (2002): Manual práctico de veterinaria canina. Madrid: Editorial el Drac.

María Besteiros

Auxiliar Técnico Veterinaria y presidenta de una protectora de animales. Desde niña mis intereses giraron alrededor de los animales, la lectura y la escritura, por eso me formé para ejercer como ATV y me doctoré en Filoloxía Galega. Además, estoy vinculada a la protección animal a través de protectoras. En la actualidad soy casa de acogida de siete perros y cinco gatos. Escribir sobre perros es una forma de compartir los conocimientos que he adquirido sobre ellos a lo largo de los años, a la vez que me permite unir mis profesiones.

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