Es totalmente normal que un perro tenga miedo al veterinario, ya que cuando van allí de visita normalmente es para hacer algo que termina doliendo, cómo poner una vacuna, curar una herida o pasar una revisión en la que seguramente se sienten bastante incomodos.
Sesde SoyUnPerro queremos enseñarte a ayudar a tu perrito, para que sus visitas al vete sean mucho más llevaderas con estas sencillas pautas que todos podemos llevar a cabo.
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Consejos para eliminar la fobia al veterinario
Obviamente no vamos a conseguir que nuestro perro pierda sus miedos con unas simples palabras o gestos, debemos poner en práctica una serie de consejos muy sencillos que le ayudarán a superar su pánico fácilmente.
Para ello es fundamental que nosotros cómo cuidadores estemos siempre muy calmados y no perdamos la paciencia con nuestro perro, aplicando estas pautas el irá perdiendo el miedo poco a poco ..
Acude al vete con mayor frecuencia
No te preocupes, no debes pagar por cada visita que hagas… Simplemente debes acudir a hacer una visita de más o menos dos o tres minutos e irte. Habla con el veterinario para que cuando vayas de visita, siempre le de un premio a tu perro y le haga algunas carantoñas.
Con esto buscamos asociar la visita al veterinario con un recuerdo positivo, acudir a menudo sin que le hagan nada, simplemente de visita y además conseguir un premio es algo súper bueno que tu perro no olvidará.
De esta forma cuando acuda para algo real cómo una vacuna o una revisión, el pensará que se trata de una visita y simplemente esperará su premio. Es lo que se conoce cómo educación con refuerzo positivo.
Deja que tu perro gaste su energía antes de la visita
Cuando un perro tiene miedo al veterinario tiende a transformar su energía en ansiedad, porque sencillamente el no quier estar ahí. Si le damos a nuestro perro un gran paseo antes de su visita al veterinario haremos que gaste ese exceso de energía.
Incluso si hacemos un poco de deporte con el o si lo llevamos a un parque canino para que juegue con otros perros, gastará gran parte de su energía y por ende padecerá menos estrés.
Evita los nervios y usa el refuerzo positivo
Los perros tienen un sexto sentido y son capaces de detectar fácilmente nuestro estado de ánimo, si ellos perciben que estamos nerviosos, pensarán que algo malo pasa y también se pondrán nerviosos.
Por eso debemos ir totalmente calmados y sin estrés a la visita veterinaria, acariciando a nuestro perro y transmitiéndole calma si vemos que se altera un poco. Pero ojo, debemos usar el refuerzo positivo para ello.
Un mal ejemplo es acariciar a nuestro perro si está nervioso, asustado o temblando… porque el pensará que le premiamos por estar así. Un buen ejemplo es ordenarle que se siente, que se tumbe, que se levante… y acariciarlo y premiarlo por ello, de esta forma pensará que es porque ha realizado bien los ejercicios y además mantendremos su mente ocupada.
Cuidado con las rutinas, evítalas
Es muy común coger el coche cuando se acude al veterinario, nuestro perro memoriza eso y sabrá que si cogemos el coche es porque toca ir al veterinario, algo que le asusta mucho.
Por eso es recomendable evitar este tipo de rutinas y acudir a la clínica veterinaria dando un tranquilo paseo con nuestro perro. En su defecto, si no podemos porque queda lejos, debemos acostumbrar al perro a ir en coche no solo al veterinario, sino a más sitios cómo el parque para perros o el monte.
Intenta pedir cita con el veterinario en horas diferentes, no acudas siempre a la misma hora por la tarde o mañana porque tu perro lo recordará, ellos tienen mucha más memoria de lo que pensamos.
Utiliza tu imaginación para distraer su atención
Los perros son muy inteligentes pero también muy manipulables, podemos evitar que centren su atención en el terror al veterinario e intentar centrarlo en algo más divertido cómo un juego o un olor.
Llevar un juguete a la consulta para jugar con nuestro perro mientras esperamos es una buena idea, también lo es llevar algo de comida cómo premios o algún hueso masticable especial para perros.
Si mantenemos a nuestro perro distraído, reduciremos considerablemente su estrés y pánico al veterinario. Parece algo absurdo, pero es muy efectivo para calmar a un perro.
El contacto humano es muy importante
Aunque suene un poco extraño, si acostumbramos a nuestro perro a que se deje manosear será mucho más sencillo para el veterinario realizar las revisiones recomendadas.
Darle masajes a nuestro perro a diario es una excelente idea para acostumbrarle a dejarse tocar, incluso cuando ya se deje hacer, podemos pedirle a un amigo u otro miembro del a familia que lo haga, de esta forma se dejará tocar por diferentes personas.
Cuando acudamos a la cita con el veterinario, debemos hablar con el y explicarle que nuestro perro tiene miedo. Debemos indicarle al veterinario que en medida de lo posible, queremos permanecer junto a el en todo momento.
Si nuestro perro nos ve junto a el, calmados y haciéndole tonterías… se relajará y perderá parte de su miedo. El confía en nosotros y podemos ayudarle a superar sus miedos.