Lobero Irlandés

No te dejes intimidar por su enorme tamaño. Pese a ser el perro más alto que existe, más incluso que el Gran danés, el Lobero irlandés es sumamente dócil y amoroso con los suyos. Conociéndolo cuesta creer que en el pasado los celtas lo utilizaran para luchar en los combates cuerpo a cuerpo.

¿Sabes que en la Edad Media estos canes estuvieron a punto de extinguir la población de lobos de Irlanda? Siglos más tarde, cuando ya no eran tan necesarios para cazar, ellos también vivieron sus horas más bajas. Gracias a la labor de un capitán de ejército lograron salir a flote. Hoy son muy valorados como perros de compañía por su instinto protector.

Características del Lobero irlandés

Su estatura le hace merecedora del calificativo de raza gigante. Sin embargo, no es un perro especialmente corpulento, más bien todo lo contrario. Sus patas son largas y musculosas, su pecho profundo, su vientre se hunde hacia dentro y tiende a encorvar la espalda. Todo ello contribuye a dotarlo de una apariencia elegante y grácil.

Su cabeza es alargada y puntiaguda, con mordida de tijera. Sus ojos, de tamaño mediano y oscuros, sus orejas, pequeñas y con forma de rosa al estar replegadas hacia atrás o caídas hacia los lados. Destacan su cuello largo y su cola, también larga, curvada y bien poblada. Su pelo es largo, duro y muy áspero, incluso el de la cara.

icono-perro Altura de entre 81 y 86 cm en machos y entre 71 y 79 cm en hembras
icono-peso Peso de entre 48 y 55 kg en machos y entre 40 y 48kg en hembras
icono-pelo
Pelo largo, muy resistente y áspero al tacto. Se admiten todos los colores del deerhound o lebrel escocés: gris, atigrado, rojo oscuro, leonado beige y negro. Los ejemplares blancos son menos habituales
icono-caracter
Carácter inteligente, protector, tranquilo y sociable
Icono-salud Salud buena pero propensos a la displasia
Icono-calendario Esperanza de vida estimada de entre 6 y 8 años

 

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Temperamento del Lobero irlandés

Estos perros despliegan todo su afecto hacia aquellos con los que conviven, se llevan bien tanto con los niños como con los ancianos y con otras mascotas. Para no llegar a dañar a los más pequeños de la casa conviene socializarlos desde cachorros empleando el refuerzo positivo. Para ello, aparte de los snacks se puede recurrir a la voz y a las caricias.

Son igualmente sociables con los extraños y raras veces se muestran agresivos. Esto unido a su escaso instinto de territorialidad hace que no sean los mejores perros guardianes. Siempre están más pendientes de aquellos a los que aprecian que de defender las posesiones.

Son muy inteligentes y agradecen disfrutar de momentos en soledad, quizás porque históricamente han sido educados para cazar en solitario. No son muy vocales y se amoldan a la vida de interior, aunque por su envergadura necesitan espacio para desenvolverse y mantenerse equilibrados.

¿Qué cuidados requiere el Lobero irlandés?

Como decimos, si bien pueden vivir en una casa modesta, lo recomendable es que cuenten con suficiente espacio, por ejemplo, con un jardín cercado. Las casas espaciosas, sobre todo, las de campo son las idóneas para la salud de estos canes. No en vano, necesitan varios paseos al día y un mínimo de 1 hora de actividad intensa.

Eso sí, siempre que lo saques hazlo con correa porque su instinto de caza podría hacerte pasar más de una mala experiencia. Igualmente, si existe una cerca en tu casa, por su seguridad, no debería estar electrificada. El Lobero irlandés puede llegar a ser muy tozudo. Las escaleras están completamente desaconsejadas para ellos, podrían lastimarlos.

Su manto reclama ser cepillado 2 veces por semana. Provéele de una dieta variada y racionada porque son muy glotones y la torsión gástrica es un riesgo real. Deja la comida siempre en lugares altos y asegúrate de que está tranquilo después de comer. Corta sus uñas, así como el pelo sobrante de las orejas y de la parte trasera de las patas.

Historia de la raza

Algunos expertos apuntan a que el origen de estos perros reside en los lebreles egipcios que los celtas llevaron a Irlanda. Se sabe que los primeros pobladores gaélicos de la isla los utilizaban para cazar lobos, alces y ciervos, así como para tirar de carros o para luchar con ello en los combates.

En el año 391 d. C. el cónsul romano Aurelio los menciona con asombro, al igual que el emperador Julio César. En un fragmento de la guerra de las Galias alude a su ferocidad con la expresión «corderos en el hogar, leones en la caza». Sea como fuere, estos perros están muy ligados a las sagas mitológicas y a la literatura de los celtas.

En la segunda mitad del siglo XVII dejaron de ser necesarios y estuvieron al borde de la extinción. El capitán del ejército británico George A. Graham comenzó a cruzarlos con lebreles escoceses y con gran daneses logrando así reflotar la raza.

Curiosidades del Lobero irlandés

En la Antigua Roma se les llamaba Faoil que en gaélico se traduce como «sabueso». En la actualidad, también se hace referencia a ellos como lebrel irlandés y en el argot canino son conocidos como los «gigantes amables».

Miren Azurmendi

Periodista especializada en el mundo animal. Soy licenciada en Humanidades-Empresa en la Universidad de Deusto (San Sebastián). Copywriter y redactora de contenidos desde hace casi una década. He tenido el privilegio de ver nacer y crecer este blog en el que colaboro aportando mi granito de arena con una máxima: desarrollar artículos rigurosos y con información contrastada acudiendo a las fuentes que más saben sobre nuestros amigos los perros.

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