La agresividad de nuestro perro ante otros es una de las situaciones más difíciles a las que nos podemos enfrentar como cuidadores. No solo lo pasamos mal por nuestro perro, sino, también, por el daño que puede ocasionar a otros perros o el que le pueden causar a él.
Que un perro ataque a otros nos limita, ya que no disfrutaremos tranquilos de un paseo ni de excursiones, tendremos que llevarlo siempre atado y estar pendientes constantemente para evitar un desagradable conflicto. A continuación explicamos cómo podemos actuar.
- También te puede interesar: Cómo separar a dos perros que pelean
Acabar con la agresividad canina
En primer lugar, hay que acabar con el mito de ver normal que un perro se muestre agresivo con otros. Independientemente de que esté castrado o no, de la edad que tenga o de que sea macho o hembra, la agresividad hacia sus congéneres, que es el caso que nos ocupa, no es tolerable nunca.
Por otra parte, algunos cuidadores ven normal este tipo de reacciones en su perro, sobre todo si es un macho entero, y otros lo asumen porque creen que no es posible modificar esa conducta. En ambos casos están equivocados. Un perro bien educado no va a atacar a otros en ningún caso y, si lo hace, con trabajo y apoyo experto, puede solucionarse.
Los profesionales que nos pueden ayudar en estos casos son los especialistas en conducta canina o etólogos. Y hay que buscar su consejo desde el primer momento. Esperar no va a resolver el problema. Al contrario, la situación puede complicarse si damos con un perro mucho más grande o se llega a producir una auténtica agresión.
La importancia de la educación canina
Pero, en cualquier caso, lo ideal es tener claro que para evitar la agresividad y cualquier otro problema de conducta es básico socializar y educar convenientemente al perro desde el momento en el que llega al hogar, sea cachorro o adulto. Por supuesto, además de cubrir sus necesidades básicas en cuanto a espacio, alimentación, ejercicio y cuidados veterinarios.
Por eso es fundamental que nos informemos muy bien de lo que verdaderamente supone compartir vida con un perro antes siquiera de pensar en adoptar uno. Entender la psicología canina y tener claro cómo debe ser el manejo del perro es la mejor manera de prevenir este tipo de problemas en la convivencia.
¿Por qué mi perro ataca a otros perros?
No te gustará leer esto, pero lo cierto es que, en buena parte de los casos de agresividad canina la culpa es nuestra. Fallamos en algún aspecto como los ya mencionados. Falta educación, la socialización es deficiente, no ofrecemos apenas estimulación o ejercitamos muy poco al perro. Estas situaciones están entre los desencadenantes de un ataque.
Los perros necesitan, además, un entorno estable, con unas rutinas determinadas. Se debe a que se sienten tranquilos en la previsibilidad, cuando saben qué pueden esperar después de cada acción. Sin todas estas condiciones probablemente tendremos un perro estresado y la agresividad puede ser la forma en la que lo manifieste.
Además, es una situación muy común ir paseando al perro, detectar a otro en las inmediaciones y, antes incluso de que nuestro propio perro lo perciba, nos ponemos tensos, tiramos de la correa, intentamos irnos, etc. Con esto transmitimos nuestra energía nerviosa al perro que, muy probablemente, reaccionará atacando al otro en cuanto se le acerque.
Cómo solucionar que mi perro ataque otros perros
Lo mejor es que nos pongamos en manos del profesional, pero mientras llega la consulta o durante el desarrollo del tratamiento, podemos seguir unas pautas, al menos para evitar un ataque. Lo primero, aunque cueste, es mantener la calma. Si te va a dar confianza puedes sacar a pasear al perro con un bozal para asegurarte de que no pueda morder.
Por supuesto, lleva siempre a tu perro con la correa. En cuanto veas un perro, haz que el tuyo se siente y permanezca quieto. Según descubra a su congénere es probable que se tense, comience a gruñir o a ladrar, tire hacia él, etc. Por eso es importante que, partiendo de que lo tenemos sentado, a la mínima señal lo frenemos, por ejemplo, con un «quieto».
Es decir, con el perro sentado, si comienza a levantarse hacia el otro perro, diremos «no, quieto» y, si obedece, comentaremos, «muy bien» y daremos un premio. De esta forma le estamos transmitiendo que lo que queremos ante la presencia de otro perro es que esté sentado y tranquilo. Y tenderá a repetir ese comportamiento.
Agresividad canina y castración
Cuando los perros enteros, es decir, aquellos que no están castrados, detectan la presencia de un perra en celo intentarán por todos los medios llegar hasta ella. Si en ese camino se encuentran con perros rivales es más que probable que se produzcan peleas. Evidentemente, este riesgo desaparece en los perros castrados.
La castración se recomienda como parte de una tenencia responsable para evitar este y otros problemas de salud. Pero hay que saber que no toda la agresividad canina tiene un componente sexual, por lo que es un dato a tener en cuenta si esperamos una solución milagrosa.