Una de las características destacadas de nuestros mejores amigos son sus capacidades sensitivas muy aguzadas, en especial su olfato y audición. Pero lo que suele presentarse como una ventaja a la hora de conocer su entorno e interactuar con otros individuos, también los hace mucho más sensibles que nosotros a una serie de estímulos.
Por ello, no es extraño que su comportamiento se altere cuando se ven expuestos a un exceso de estimulaciones visuales, sonoras u olfativas. Si tu perro tiene miedo a los ruidos fuertes y te preguntas qué puedes hacer para ayudarlo, en este artículo encontrarás algunos consejos valiosos. ¡Sigue leyendo para saber más!
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¿Por qué mi perro tiene miedo a los ruidos fuertes?
Probablemente ya has observado cómo tu perro se pone alerta y parece escuchar cosas cuando tú no has oído absolutamente nada. Lejos de ser fruto de tu imaginación, esta situación realmente sucede y se debe a que los perros son capaces de percibir un asombroso rango de vibraciones y frecuencias que pasan totalmente desapercibidas para los oídos humanos.
Por ello, es perfectamente natural que tu peludo perciba con mucha facilidad ruidos desconocidos o alteraciones sonoras abruptas que se produzcan en su entorno, ya sea adentro del hogar o al aire libre. Y aunque solemos pensar inmediatamente en ruidos generados por los seres humanos, como gritos, cohetes, bocinas de coches, música muy fuertes (etc.), lo cierto es que los perros también pueden tener miedo a sonidos producidos por la propia naturaleza, como los truenos, por ejemplo.
En estos contextos, el instinto de supervivencia hace que los perros reaccionen para protegerse de cualquier posible amenaza a su integridad física o mental. Por ello, es tan frecuente que los perros se escondan o huyan cuando escuchan ruidos fuertes, aunque algunos pueden sencillamente permanecer inmóviles, como si estuvieran paralizados por el miedo.
Otra posibilidad, si tu perro tiene miedo a los ruidos fuertes, es que haya heredado genéticamente este comportamiento de sus progenitores. Es decir, un cachorro puede tener mayor o menor sensibilidad a los estímulos sonoros según los patrones de conducta que ‘carga’ en sus genes.
En la mayor parte de los casos, ello explica porque un perro tiene miedo a los ruidos fuertes y tiende a mostrar un comportamiento inusual ante ellos. Pero, existen casos más complejos y específicos donde un perro que ha sido expuesto de forma prolongada/crónica a estímulos sonoros violentos que le generan miedo, puede llegar a desarrollar un trauma o una fobia.
¿Cómo saber si mi perro tiene miedo o fobia?
Por lo general, cuando hablamos de una fobia o de un trauma, el perro suele asociar el estímulo sonoro a ciertas personas, animales, objetos o entornos/ambientes, mostrando síntomas de miedo incluso cuando el estímulo no está presente, pero la «fuente» que lo produce sí. Por ejemplo, algunos perros pueden esconderse o quedar paralizados solo de ver el secador de cabello u otro utensilio que ha asociado con el ruido que le genera temor.
Un caso aún más complejo puede darse cuando un perro tiene un historial de abusos físicos y emocionales, ya que la violencia es una de las principales causas de traumas y fobias en los perros. En estos casos, es posible que el perro tenga miedo a una diversidad de estímulos, ya sean sonoros, visuales u olfativos, porque su inseguridad es tan grande que le impide desarrollar una conducta exploratoria que es perfectamente natural y esperada en un perro saludable, que debería mostrar curiosidad por los entornos e individuos que se le presentan en su día a día.
Los canes que han vivido mucho tiempo en un contexto de aislamiento, en lo que fueron privados de la convivencia con otros individuos y la exposición a estímulos en general, pueden desarrollar el llamado ‘síndrome de privación sensorial’, mostrándose muy nerviosos o miedosos ante cualquier situación.
Finalmente, también debemos considerar que el envejecimiento y algunas patologías degenerativas conllevan a la pérdida progresiva de la audición en los peludos. Y cuando un perro no es capaz de percibir con claridad qué está sucediendo en su entorno, es normal que se muestre más miedoso y más reactivo ante numerosos estímulos de su día a día, pudiendo inclusive desarrollar una fobia.
¿Cómo ayudar a un perro con miedo a ruidos fuertes?
Para saber cómo ayudar correctamente a un perro que tiene miedo a los ruidos fuertes, es fundamental identificar cuando se trata de un ‘miedo natural’ que se presenta específicamente cuando el perro se expone a estímulos sonoros violentos o repentinos, y cuando estamos frente a una fobia o trauma.
Ello porque en los dos últimos casos (traumas y fobias), se requiere de un tratamiento profesional, idealmente con la orientación de un veterinario etólogo, que debe tener en cuenta el historial y las necesidades específicas de cada perro. Muchas veces, un proceso de desensibilización sistemática realizado por un especialista es suficiente para permitirle al peludo recuperar su confianza y familiarizarse con los estímulos que le generan temor. Pero algunos casos más complejos requieren también del uso de fármacos que pueden combinarse con terapias alternativas para el manejo del miedo y la ansiedad.
A su vez, cuando hablamos de un perro saludable y que no tiene un historial de abusos o aislamiento, sino que muestra síntomas de miedo en situaciones puntuales, en las que se expone a ruidos fuertes o violentos (por ejemplo, miedo a una tormenta con truenos o en una festividad donde se lanzan cohetes), sí es posible llevar a cabo algunas buenas prácticas para reducir su incomodidad y ayudarlo a lidiar mejor con estas emociones negativas. Para ayudarte, preparamos una lista con algunos consejos útiles, ¡échale un vistazo a continuación!
6 Consejos para reducir el miedo a los ruidos
- Evita dejar tu perro solo en fechas o ambientes donde se producen muchos ruidos: por ejemplo, en las Fiestas de fin de año cuando todos sabemos que habrá una gran cantidad de pirotecnia.
- Reduce la intensidad del ruido que ingresa al hogar desde el exterior cerrando puertas y ventanas. También puedes poner una música suave y tratar de entretener a tu perro con algún juego o juguete que le guste.
- Construye un «refugio» en tu hogar: tu perro se sentirá mucho más seguro sabiendo que tiene un lugar tranquilo donde refugiarse cuando tenga miedo a cualquier estímulo extraño. No necesitas mucho para construirle un buen refugio, puedes usar su propio trasportín (si lo tiene) o incluso una caja de cartón con una manta calentita y algunos juguetes en su interior. Solo recuerda ubicar el refugio de tu perro en una habitación del hogar donde los ruidos se perciban con menor intensidad.
- Recompensa las buenas conductas de tu peludo: cada vez que tu perro sea valiente o que tenga un buen comportamiento en un contexto difícil, ofrécele una recompensa para fomentar la repetición de estas buenas conductas. El refuerzo positivo es el mejor aliado en la educación de los perros y puedes usar como premio sus golosinas favoritas, juguetes o incluso caricias.
- Considera usar fermonas sintéticas (DAP): estas sustancias imitan las feromonas naturales producidas por las perras durante la lactancia. Son útiles para bajar los niveles de ansiedad y restablecer el estado de calma en el organismo de los perros. Pero antes de empezar a usarlas en tu hogar, te sugerimos consultar con tu veterinario de confianza para asegurarte de elegir un producto con eficacia comprobada.
- Prueba con tranquilizantes naturales. Muchas hierbas alimentos tienen una ligera acción calmante en los perros, ayudándoles a manejar mejor la ansiedad y el miedo en ciertos contextos. Por ejemplo, las infusiones de manzanilla, valeriana, melisa y hierba de San Juan favorecen la relajación y ayudan a conciliar el sueño. También puedes dar masajes a tu perro para ayudarlo a relajar o probar terapias alternativas, como las flores de Bach o la aromaterapia, que promoverán un mayor bienestar en situaciones negativas.