Seguro que en más de una ocasión habrás oído hablar de la posibilidad de que tu perro sufra un shock anafiláctico pero ¿Qué es exactamente y qué es lo que lo origina? ¿Es realmente grave?
En este artículo de SoyUnPerro vamos a repasar todos los detalles que debes conocer sobre este tipo de shock, cuales son sus síntomas, cómo actuar y por supuesto, buenos consejos para prevenirlo ¿Preparad@?
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¿Qué es un shock anafiláctico?
El shock anafiláctico es una reacción alérgica que se produce nada más el perro se ve expuesto a un alérgeno. Este debe haber contactado con el perro con anterioridad, para que se desencadene la hipersensibilidad. Es una urgencia, por suerte, poco frecuente.
El perro debe ser trasladado de inmediato a una clínica veterinaria. Podemos apreciar síntomas tanto a nivel local como generalizados. Este último caso es de mayor gravedad y el perro puede fallecer si no recibe atención.
Síntomas de shock anafiláctico en perros
Los síntomas de un shock anafiláctico pueden iniciarse de forma local. En los casos más graves el cuadro clínico es generalizado y aparece tanto de manera inmediata como a lo largo de varias horas. Estos son los síntomas que nos deben poner en alerta:
- En la zona de contacto con el alérgeno se produce dolor, picor, inflamación y enrojecimiento.
- Nerviosismo, hipersalivación, vómitos y/o diarrea.
- Problemas para respirar / Estridor, que es un sonido áspero y agudo producido por la hinchazón de la laringe.
- Debilidad general.
- Colapso circulatorio, convulsiones.
- Sin tratamiento, el perro entra en coma y fallece.
¿Cómo se produce un shock anafiláctico?
Las causas más comunes de la aparición del shock anafiláctico en perros son las picaduras de insectos o el consumo de determinados fármacos, sobre todo antibióticos. En concreto, el medicamento que se asocia a un porcentaje mayor de shocks anafilácticos es la penicilina. Otra causa, pero muy infrecuente, es la inoculación de vacunas.
Picaduras de insectos
Las picaduras de insectos como abejas, avispas u hormigas provocan inflamación, dolor y enrojecimiento en la zona. Esta suele carecer de pelo, como la trufa o los pies. Una sola picadura, fuera de las molestias locales que ocasiona, no suele tener mayores repercusiones. En estos casos, es conveniente que intentemos identificar el insecto, por si acaso.
Pero, si el perro ha sido atacado por numerosos insectos, sí puede sufrir un shock anafiláctico debido a las toxinas que estos pueden transmitir a perros que ya han sido picados con anterioridad. Si identificamos síntomas de shock anafiláctico debemos acudir de inmediato al veterinario.
Cuterebriasis
La cuterebriasis es otra causa de shock vinculada a insectos. Se debe a gorgojos cuyas larvas penetran en la piel del perro. Se ven como bultos con un pequeño orificio por el que respiran. Aparecen sobre todo en la mandíbula, los costados o el abdomen, pues el perro los adquiere del suelo.
Si es el caso de nuestro perro, podemos utilizar unas pinzas finas para extraer, con cuidado, al gorgojo. Hay que extremar las precauciones para no aplastarlo ni romperlo porque eso es lo que generaría el shock anafiláctico. Si no estamos seguros de poder hacerlo bien, mejor acudir al veterinario.
Tratamiento para el shock anafiláctico
No existen tratamientos caseros para recuperar a un perro que está sufriendo un shock anafiláctico. Por ello se hace imprescindible acudir al centro veterinario más cercano. Al perro hay que administrarle adrenalina. La adrenalina sirve de antídoto para las reacciones alérgicas.
Puede ponerse mediante inyección subcutánea, pero es habitual colocar una vía para suministrar la medicación por vía intravenosa. Además, así se aprovecha para iniciar la fluidoterapia. Según las características de cada caso es posible que el veterinario recurra también al aporte de oxígeno, antihistamínicos o corticoides.
¿Se puede prevenir un shock anafiláctico?
El shock anafiláctico es una situación de gravedad y representa un peligro para la vida del perro. No vamos a poder prevenir todas las situaciones susceptibles de desencadenar este shock, pero sí podemos seguir unas normas mínimas para evitar poner en riesgo innecesario a nuestro perro. Son las siguientes:
- No permitir que juegue con insectos o permanezca cerca de colmenas o avisperos. Si localizamos alguno cerca de casa o por el lugar de paseo, hay que avisar a las autoridades para que lo retiren.
- Nunca hay que darle al perro ningún fármaco que no nos haya prescrito el veterinario antes ni en una dosis o pauta de administración diferente a la recomendada por él. Incluso aunque el perro ya lo haya utilizado.
- Por otra parte, si nuestro perro ha mostrado ya alguna reacción a un medicamento, no hay que volver a ofrecérselo.
- Tampoco hay que permitir que alguien que no sea veterinario vacune a nuestro perro. Es muy raro, pero, si se da un shock anafiláctico, el perro debe estar en una clínica equipada con todo lo necesario como para estabilizarlo.
Bibliografía
Carlson y Giffin. 2002. Manual práctico de veterinaria canina. Madrid. Editorial el Drac.