Hace ya algunos años que la terapia con perros se ha convertido en un método eficaz y contrastado, para ayudar a mejorar muchos tipos de patologías de orden psicológico.
En este artículo os hablamos de cómo y por qué funcionan este tipo de terapias, qué razas se utilizan, cuál es su entrenamiento y las ventajas que se pueden apreciar con unas pocas sesiones.
¿En qué casos se aplica terapia canina?
Este tipo de terapia en la que el perro es el protagonista, se está aplicando con mucho éxito en una gran mayoría de problemas que afectan al equilibrio psicológico, afectivo y emocional.
Cómo por ejemplo depresión, problemas de adaptación el medio, autismo, maltrato, exclusión social, drogadicción, abandono, trastornos de conducta, soledad, aislamiento e incluso alzheimer.
El número de casos en los que la terapia con perros favorece la recuperación del paciente o persona a tratar es realmente amplio. Gracias a, de alguna forma, volver a nuestros orígenes con los animales, este tipo de tratamientos está resultando ser altamente efectivo.
¿Cómo funciona la terapia con perros?
La terapia se aplica de muchas maneras, dependiendo de la patología psicológica o problema de orden social o de conducta que deseamos abordar.
Por ejemplo, en los casos de niños que requieren de una atención especializada después de una operación, cuya recuperación va a ser lenta y progresiva, la terapia con animales facilita su motivación para recuperar la movilidad o la motricidad perdida.
En estos casos, el niño se siente más motivado al verse responsable de su cuidado. Además esto le ayuda a recuperar su movilidad, al tener que cuidarlo, cepillándolo, jugando con él, dándole de comer, etc.
En situaciones más complejas, como el autismo, niños que han sido sometidos a maltrato o abuso, o carecen de autoestima por alguna razón, los perros son fantásticos para ayudarles a recuperar su sentimiento de valía.
El sólo hecho de relacionarse con el animal les aporta una visión muy diferente del mundo que han tenido hasta ahora, sintiéndose parte de él y responsabilizándose de sus acciones.
Ventajas de este tipo de terapia
En los análisis extraídos de estudios realizados para determinar qué beneficios reales se obtiene del trabajo terapéutico con la ayuda de perros, se pueden apreciar los siguientes resultados:
- El perro no está condicionado por ningún patrón de comportamiento que pueda interferir en su comunicación con el paciente. Su capacidad de atención y la constancia con la que realiza su función son mayores.
- El animal no finge. Se muestra tal cual es, de forma que transmite una pureza y honestidad que consiguen que la comunicación con el paciente sea auténtica. Son un ejemplo viviente de autoestima, dado que nos muestran cómo amar y resultar amados sin la necesidad de dejar de ser nosotros mismos.
- Los perros utilizan un lenguaje no verbal, lo cual sirve de ayuda para potenciar la empatía y la capacidad de percibir sentimientos ajenos.
- El perro, y muy especialmente el de terapia, busca como norma general y por naturaleza la calma y el equilibrio allá donde se encuentre.
- El animal vive el momento, ayudando al paciente a recuperar su sentido del presente, sacándolo de sus posibles traumas pasados, propiciando con su actitud y su gracia natural, un estado de felicidad.
Entrenamiento de perros para terapia
Antes de adiestrar un perro para la labor de terapia, ha debido pasar por una exhaustiva selección en la que se valora el carácter, temperamento y aptitudes físicas y cognitivas del animal.
Una vez que cumple favorablemente con todos los requisitos necesarios, es asignado a un entrenador especializado, quien le guiará durante todo el proceso de adiestramiento.
La principal función del adiestrador, será establecer un estrecho vínculo con el animal y después procederá a simular todas las situaciones a las que este tendrá que enfrentarse en el futuro, obteniendo de él la reacción adecuada a cada una de ellas.
El tiempo de adiestramiento puede variar entre un par de meses o algunos más. Esto va a depender del tipo de terapia a la que esté destinado el perro.
¿Cuales son las mejores razas para hacer terapia?
No existen unas razas mejores ni peores para este tipo de terapia, si bien es cierto que algunas son más susceptibles de ser utilizadas para este tipo de labor.
Los factores determinantes son el tamaño y temperamento y no la raza en sí misma.
En este sentido, algunas razas son más frecuentes de ser vistas en dichas terapias; como es el caso del Golden Retriever o el Labrador.