La uremia es el nombre que se le da al cuadro clínico derivado de una elevación en los niveles de urea. Este proceso afecta al funcionamiento de todo el organismo y produce una serie de síntomas relativamente fáciles de detectar.
Por uremia también se conoce a la cantidad de urea que se contabiliza en la sangre cuando se hace un análisis. Es habitual que se deba a un fallo en el funcionamiento de los riñones y requiera de tratamiento veterinario ¿Quieres conocer todos los detalles relacionados con la uremia?
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La urea y los riñones
Los riñones son órganos que desempeñan un papel fundamental en el organismo. Forman parte del sistema urinario junto a los uréteres, la vejiga y la uretra. Su tarea es depurar la sangre de sustancias tóxicas y eliminarla del cuerpo en forma de orina.
La orina de un perro sano debe ser amarilla y transparente. Además, los riñones regulan los líquidos, los electrolitos y el equilibrio ácido-base. La urea, por su parte, es el componente principal de la orina.
Se forma sobre todo en el hígado y es el resultado del metabolismo de las proteínas. En los casos de uremia la urea se encuentra aumentada en la sangre. La causa fundamental es un fallo en el funcionamiento de los riñones.
¿Cómo se diagnostica la uremia?
Si el veterinario sospecha de una urea elevada, tomará una muestra de sangre. Analizándola es posible saber cuál es su valor. Numerosas clínicas cuentan con aparatos para realizar este análisis en cuestión de minutos. De no ser así, se envía a un laboratorio externo. En cualquier caso, en la hoja de resultados se anotan los valores que se consideran normales en el perro.
Así podemos saber si la urea está elevada y cuánto. Normalmente cuando se altera este parámetro también lo hace la creatinina. Esta es un producto de desecho que también eliminan los riñones. Un fallo renal eleva tanto urea como creatinina, además del fósforo. El problema es que los riñones compensan sus deficiencias durante largo tiempo.
De esta forma, cuando apreciamos síntomas de uremia el daño renal está muy avanzado. En este sentido en la actualidad se puede analizar un biomarcador de función renal denominado SDMA. Este aparece alterado antes, lo que permite iniciar un tratamiento precoz. Por eso se recomienda hacer análisis de sangre anuales a perros de más de siete años.
La uremia y la insuficiencia renal
Decimos que un perro tiene insuficiencia renal cuando sus riñones no consiguen eliminar los productos de desecho que se acumulan en la sangre. Esto permite que se eleve la urea, lo que da lugar a la uremia o síndrome urémico, que produce síntomas que afectarán a todo el organismo.
El fallo en los riñones puede presentarse de manera aguda, si los síntomas se inician repentinamente, o crónica, si lo hacen gradualmente durante meses. Este último caso es más frecuente, sobre todo en los perros de más edad. Se relaciona con el envejecimiento, que repercute en la eficacia de los riñones para desempeñar su trabajo.
Causas de insuficiencia renal
Cualquier causa que afecte a los riñones es capaz de provocar uremia. Las más comunes son la nefritis y la nefrosis. La nefritis es un proceso inflamatorio que se produce asociado a diferentes enfermedades. Destacan la hepatitis, la erliquiosis o la borreliosis o enfermedad de Lyme.
Por su parte, la nefrosis se desarrolla por cambios degenerativos consecuencia de sustancias tóxicas para el riñón. Estas sustancias nefrotóxicas son el ácido acetilsalicílico, el ibuprofeno o algunos antibióticos como la gentamicina. Además, puede producirse una insuficiencia renal aguda en emergencias como las siguientes:
- Obstrucción del tracto urinario, por ejemplo por la formación de un cálculo.
- Rotura de vejiga o de uretra.
- Shock, que deja a los riñones sin el necesario flujo sanguíneo.
- Insuficiencia cardíaca congestiva porque la tensión arterial disminuye y se reduce el aporte sanguíneo en los riñones.
- Intoxicaciones, siendo especialmente grave la que provoca la ingesta de anticongelante.
Síntomas de uremia en un perro
Si apreciamos alguno o varios de estos síntomas en nuestro perro, es recomendable acudir al veterinario para realizar un análisis y verificar que se trate de un problema de uremia:
- Aumento en el consumo de agua.
- Incremento en la cantidad de orina eliminada, ya que los riñones dañados no consiguen concentrar la orina.
- Deshidratación.
- Apatía, depresión.
- Falta de apetito, adelgazamiento, mal aspecto del pelaje.
- Decoloración marronácea de la lengua, aliento con mal olor.
- Úlceras en la boca y estomatitis, que es la inflamación de la mucosa bucal, la lengua y las encías. Edemas.
- Vómitos, diarrea, hemorragias gastrointestinales.
- Pérdida de piezas dentales.
¿Cuál es el tratamiento para la uremia?
Desgraciadamente, los daños en los riñones van a ser irreversibles. Por ello, el tratamiento se dirige a mantener la calidad de vida del perro todo lo posible y a controlar los síntomas. Para disminuir la urea es importante la alimentación. Al producirse por el metabolismo de las proteínas, conviene modificar la dieta del perro y ofrecerle una adaptada a enfermos renales.
Esta no va a contener sal y sí una cantidad correcta de fósforo y de proteínas de buena calidad. Dado que se produce deshidratacion y alteraciones en la ingesta y en la eliminación de agua es necesario que nos aseguremos de que el perro bebe. Ofrecerle la comida húmeda es otra opción para mejorar su hidratación.
En función de la sintomatología y de la gravedad del cuadro, el veterinario puede prescribirnos diferentes medicamentos, vitaminas o quelantes del fósforo. Los perros que se descompensan se agravarán de manera repentina. En estos casos hay que hospitalizarlos para administrarles fluidos intravenosos y estabilizarlos.
Bibliografía
Carlson y Giffin. 2002. Manual práctico de veterinaria canina. Madrid. Editorial el Drac.