Si es la primera vez que tienes cachorrito, seguro que tienes un millón de dudas y preguntas rondando por tu cabeza. No te apures, es algo completamente normal, todos hemos tenido las mismas dudas.
Los pilares básicos a la hora de cuidar a un cachorro que acaba de incorporarse a la familia son tres: la alimentación, la salud y la educación y convivencia. Vamos a explicar todos los detalles que debes conocer de cada uno de ellos y verás cómo en poco tiempo, lo tienes todo bajo control.
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La alimentación del cachorro
Los cachorros no pueden tomar los mismos alimentos que los perros adultos ya que no tienen desarrollados todos sus dientes ni tampoco su sistema digestivo. Dependiendo de su edad necesitará una alimentación u otra, tal cómo explicamos a continuación.
Los cachorros de menos de dos meses de vida maman directamente de su madre, se alimentan de leche materna. Si han sido separados de su madre, debemos ir a la clínica veterinaria y comprar leche especial para perros lactantes.
La leche de vaca, la que tomamos los humanos, no sirve para estos cachorros. No cometas el error de alimentar a tu cachorro con leche de vaca pensando que es lo correcto. Ellos necesitan una leche especial que debes comprar en clínicas veterinarias, sin excepción. Otra opción es dejarlos con su madre hasta que llegados los dos meses y medio o tres, se desteten de forma natural y podamos comenzar a alimentarlos con comida sólida.
Los cachorros de más de tres meses pueden comer pienso específico para cachorros, aunque al principio es recomendable humedecerlo con agua o leche para perros. De esta forma quedará una especie de papilla, más sencilla de comer para ellos (menos dura).
Es sobre los cuatro meses y medio o cinco meses, cuando ya comen prácticamente de todo, siempre y cuando sea específico para cachorros. No es conveniente cambiar de alimentación cada dos por tres, porque eso desajustará la flora intestinal de nuestro cachorro, produciéndole diarreas.
Los cachorros deben comer entre tres y cuatro veces al día. Si el saco de comida nos indica que según su peso nuestro perro debe comer 100 gramos diarios, dividiremos eso entre el número de tomas. Por ejemplo, si le damos cuatro veces de comer que es lo más habitual, le daremos 25 gramos de comida cada vez. Entre desayuno, almuerzo, merienda y cena, habrá completado los 100 gramos que nos indicaba el fabricante.
Aunque tampoco debemos ceñirnos al 100% en las indicaciones del fabricante ya que hay perros más activos que otros y piensos de mayor calidad que otros. Si apreciamos que nuestro perrito adelgaza, debemos aumentarle la ración de comida (la cantidad). Si esto no soluciona su delgadez, entonces acudiremos al veterinario.
Su salud es lo primero
A menudo los cachorros tienen parásitos internos (intestinales principalmente) que deben ser tratados. No te asustes pensando que tu perro está grave…. es algo completamente normal, la inmensa mayoría de cachorros tienen parásitos intestinales.
Simplemente debemos ir al veterinario para comenzar con su cartilla de vacunas y que le hagan su primera revisión. También le darán algún tratamiento para eliminar dichos parásitos, de esta forma podrá absorber mucho mejor los nutrientes y crecer sano y fuerte.
Todos los perros necesitan ser vacunados, todos sin excepción. Existen vacunas obligatorias cómo la de la rabia, y otras opciones pero muy recomendadas, cómo la del parvovirus. No vacunar a un cachorro es lo mismo que exponerlo a graves enfermedades que pueden acabar con su vida.
Debemos ser conscientes de que los cachorros tienen un sistema inmune mucho más débil, en pleno desarrollo. Por ello es sumamente importante protegerlos frente a enfermedades externas, sin saltarnos ni una sola de sus vacunas.
Aparte de las vacunas, para tratar bien a nuestro cachorro debemos realizarle revisiones veterinarias periódicas. Mantenerlo protegido frente a pulgas, garrapatas y bañarlo regularmente (sólo cuando tienen más de tres meses).
Y aun haciéndolo todo correctamente, es posible que en más de una ocasión debamos pedir cita con el veterinario. Hay perros que nacen más fuertes y otros más débiles (inmunitariamente hablando) al igual que sucede con los humanos.
Educación y convivencia
En primer lugar debemos centrarnos en la convivencia, para cuidar bien a un cachorro el debe tener en casa una cama mullida donde poder descansar y hacer largas siestas. Una cama que esté en una zona templada, ni fría ni excesivamente cálida.
También debe tener siempre a su disposición, un cuenco/bebedero con agua limpia y fresca en abundancia. Si el agua se calienta porque hace mucho calor, es conveniente cambiársela cada pocas horas para que la tenga fresquita.
En casa debemos ser muy estrictos con las normas, es decir, si hemos decidido no dejar al cachorro subir al sofá, no le dejaremos nunca. De nada sirve dejarle cuando estamos nosotros y no dejarle en otras ocasiones, o un día si pero otro no… eso es un gran error.
Al igual que es un gran error intentar educar a nuestro cachorro cómo si se tratará de un perro adulto. Un cachorro es el equiparable a un bebe humano: Sólo quiere comer, jugar y dormir. Y eso es lo que debemos dejar que haga, disfrutar de su infancia y jugar con el siempre que podamos.
La educación o el adiestramiento de un cachorro debe comenzar muy lentamente a partir de los seis meses de vida, y nunca debemos tomarnos su educación en serio hasta que cómo mínimo tenga un año de edad.
La socialización es la tarea de relacionar a nuestro perro con todo su entorno, los parques del barrio, otros perritos, otros humanos, etc…
Socializar correctamente a un perro marca la diferencia entre tener un perro agresivo o asustadizo, de un perro sano y simpático. Es una tarea muy sencilla pero que debemos aplicar constantemente, principalmente durante su primer año de vida.
Y prácticamente esto es todo lo que necesitas saber para tratar a un cachorro correctamente, cómo se merece. Recuerda siempre que tu eres su familia para el, el te ve cómo su padre o madre. Cuídalo, dale muchos, pero que muchos mimos, cariño y simplemente sé muy feliz con el.